El positivismo ha sido objeto de diversas críticas y análisis desde su formalización en el siglo XIX y su redefinición a principios del siglo XX. Como resultado, sus principios centrales se exponen muchas veces como improcedentes o limitados a nivel teórico y práctico. Llegando al punto de considerarse actualmente como una postura anacrónica. No obstante, es necesario reconocer que esta corriente filosófica aún tiene una poderosa influencia en el desarrollo del conocimiento y la tecnología; siendo posible afirmar que disciplinas como la psicología deben su carácter científico al verificacionismo inspirado por el positivismo.
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Por otro lado, es importante destacar lo común que es considerar nociones como positivismo, empirismo, filosofía de la ciencia y método científico, como elementos equivalentes o inseparables. Un error que se comete incluso dentro del ámbito académico. Esta cuestión ocasiona que el papel de la postura positivista sea malinterpretado o sobrevalorado en incontables ocasiones. Por esta razón, es fundamental analizar de forma más detallada cuáles son los principios que definen esta corriente y su influencia en el desarrollo de la ciencia. Esto, con el fin de entender el verdadero rol que dicha postura juega en la obtención y construcción del conocimiento.
¿Qué es el positivismo?
El positivismo es una postura filosófica inspirada en el empirismo y el verificacionismo. En términos muy generales, esta corriente considera que todas las ideas se basan en la experiencia sensorial sujeta a métodos empíricos de verificación (Matsumoto, 2009). Esto implicaría que el conocimiento solo puede provenir de hechos reales que han sido verificados por la experiencia. Lo que, a su vez, negaría, o al menos limitaría, el papel de la teoría como fuente de saber (Díaz, citado por Pérez, 2015).
El positivismo propone que todo conocimiento debe centrarse en la observación del mundo físico y material, y no en nociones concebidas anteriormente a los hechos estudiados. De esta forma, busca rechazar todo el conocimiento absoluto, manteniéndose en un nivel relativo (Miranda, 2007). Esta postura característicamente se adhiere a un criterio de verificabilidad, lo que lo lleva a cuestionar muchas de las afirmaciones de la religión, la moral y la metafísica (Audi, 2004).
Cabe señalar que la rigidez de los principios del positivismo impide que éste se desarrolle como una corriente unitaria. Lo que significó que dicho movimiento filosófico se integrara por distintas posturas con distintos grados de adhesión a la doctrina, y que sufriera transformaciones a lo largo del tiempo. Uno de los replanteamientos más importantes del positivismo en este sentido, es el llamado neopositivismo; el cual fuera uno de los generadores más importantes de la noción de filosofía de la ciencia surgida en el Circulo de Viena, a principios del siglo XX (Díaz, 2014).
Principios del positivismo
El positivismo se define a partir de ciertos principios o ideas específicas. Las cuales son seguidas en diferente grado por los distintos enfoques que se identifican con esta corriente. Es necesario destacar que cada uno de estos principios encarna en sí mismo un problema cuya resolución a nivel teórico o práctico, define y distingue el enfoque de cada autor positivista.
- Criterio de verificabilidad: propone que una afirmación contingente auténtica sobre el mundo debe ser verificable a través de la experiencia o la observación. Esto significa que para que una aserción tenga sentido, debe ser posible acumular evidencia o justificación que garantice que ésta es cierta.
- Verdad necesaria: dicta que los enunciados significativos son de dos tipos:
- Tautologías o verdades analíticas, que son cognoscibles a priori, y que no describen el mundo, sino que son verdaderas o falsas gracias a las reglas del lenguaje.
- Verdades contingentes, que son sintéticas y cognoscibles a posteriori a través de la experiencia.
- Fundacionalismo: consiste en que todas las creencias justificadas descansan finalmente en creencias que no están inferencialmente justificadas. Esto implica la existencia de verdades autoevidentes o enunciados protocolares que no son el producto de la experiencia. Cabe señalar que no existe un acuerdo sobre los criterios que definen estos enunciados protocolares.
- Empirismo fundamental: implica el considerar las sensaciones como única evidencia de la existencia del mundo físico y como fuente primordial de certeza.
(Audi, 2004).
El papel del positivismo en la ciencia
El positivismo propone dos ideas fundamentales que determinaron y aún influyen en el camino de la ciencia:
- El papel de la observación (la percepción) como principal herramienta de investigación.
- La necesidad de evidencias tangibles que garanticen la veracidad de las declaraciones realizadas por los investigadores.
(Miranda, 2007).
No obstante, al ser visto como uno de los pilares utilizados en la construcción de una filosofía de la ciencia, a principios del siglo veinte, el positivismo ha sido considerado como una plataforma muy importante en el desarrollo de la ciencia dentro del paradigma que conocemos de ella actualmente. Muchas personas atribuyen a esta corriente el reconocimiento del conocimiento científico como la única fuente de saber; y al método científico como la única herramienta para obtenerlo (Pérez, 2015). En este sentido, cabe aclarar que el movimiento positivista, no es directamente responsable de la fase empírica de la ciencia o los métodos desarrollados en ella; los cuales son propios de cada disciplina (Díaz, 2014).
En cambio, la influencia del positivismo en la ciencia se ve reflejada realmente en la formalidad metodológica exigida a sus manifestaciones y en el rechazo de proposiciones sin respaldo de evidencias. Al final, dicho influjo se ve traducido en un esfuerzo por construir una ciencia que reconozca la realidad de manera objetiva y empírica (Pérez, 2015).
En lo referente a disciplinas como la psicología, el positivismo parte de la idea de que, tanto en la vida social, como en las ciencias naturales, el tratamiento lógico y matemático de las experiencias debe ser la fuente exclusiva de toda la información que valga la pena. A partir de dicho principio, este enfoque filosófico busca la explicación, control y predicción de los fenómenos naturales y tangibles a los que dirige su estudio (Pérez, 2015).
El positivismo y el desarrollo de la psicología como ciencia
Al igual que cualquier otra disciplina científica, la psicología se ve influenciada por el positivismo en torno a la necesidad de evidencia comprobable que respalde sus propuestas. No obstante, dicho enfoque propone, además, una respuesta a uno de los problemas fundamentales de esta ciencia: la relación entre los procesos mentales y el mundo físico.
En este sentido, el positivismo plantea que los enunciados que contienen expresiones de tipo mental tienen el mismo significado; y, por ende, pueden reducirse a enunciados que describen procesos y disposiciones conductuales y corporales. Estas proposiciones serían públicamente verificables permitiendo su estudio en términos objetivos. A esta postura se le conoce como conductismo filosófico y es una corriente de pensamiento heredera del enfoque psicológico conductista de principios del siglo XX (Audi, 2004).
Es precisamente en el surgimiento de la escuela conductista representada por John Watson, donde es posible observar el esfuerzo más notable de la psicología por cumplir los criterios del positivismo. Buscando con ello, transformar esta disciplina en una ciencia formal. De esta manera, el conductismo busca dejar a un lado el estudio de los estados mentales, ya que no pueden observarse directamente. Interesándose en cambio, sólo en la conducta, un elemento que si puede percibirse, analizarse y medirse (Miranda, 2007).
Es posible afirmar que la principal fortaleza de una psicología influenciada por los principios del positivismo, es que esta corriente se encuentra orientada a un esquema de investigación donde la realidad es estudiada de manera objetiva y empírica, buscando siempre elementos de verificación. Este influjo no solo es observable en el conductismo, sino que se traduce en la demanda de evidencia que respalde cada una de las propuestas de esta disciplina en el terreno de la investigación.
Debilidades de una psicología surgida del positivismo
El positivismo tiene limitaciones muy claras, las cuales serían transmitidas a una psicología construida enteramente sobre sus principios. En primer lugar, el verificacionismo extremo propuesto por esta corriente obstaculiza la construcción de generalizaciones; lo que, a su vez, limita el desarrollo de conocimiento útil y transmitible (Audi, 2004). En este sentido, es verdad que el rechazo de absolutos brinda a cualquier disciplina una postura crítica ante sus propios resultados; no obstante, si la psicología se adhiriera completamente a los principios del positivismo, se reduciría a la observación, medición y reporte de fenómenos y manifestaciones independientes, sin generar realmente conclusiones formales y transferibles.
Por otro lado, la incapacidad del positivismo en llegar a un acuerdo sobre la naturaleza de los enunciados protocolares o tautologías, debilitaría fundamentalmente la solidez de las propuestas de aquellas ciencias que se construyeran exclusivamente sobre esta teoría. En relación a esto, es posible decir que realmente son las corrientes psicológicas como el conductismo quienes proponen una posible respuesta a esta cuestión, y no al revés; lo que implica que el positivismo no es una plataforma teórica sólida sobre la cual construir conocimiento.
Finalmente, la crítica más importante en contra de desarrollar la psicología sobre los principios del positivismo, consiste en las limitaciones que implica el hacer de la percepción inmediata el único canal de conocimiento. Ante esto, es posible decir que muchos avances en genética, biología molecular, mecánica cuántica y astrofísica hubieran sido imposibles, si la práctica científica se hubiera limitado sólo a lo que es observable (Pérez, 2015).
El positivismo en la psicología actual
Analizando lo anterior, es posible darse cuenta que el positivismo es una corriente que representa el carácter empírico que la ciencia ha debido adoptar para distinguir el conocimiento de las simples creencias. No obstante, el enfoque científico no puede ser reducido a esta o a ninguna otra postura, ya que esto significaría limitar su visión a solo una cara de la realidad que se pretende estudiar. En este sentido, es importante que la psicología tome en consideración los distintos esquemas, diseños y métodos que son indispensables para el análisis de los fenómenos de su campo. Solo de esta forma, será posible que esta disciplina se transforme en la ciencia formal que por mucho tiempo ha buscado ser.
Referencias
- Audi, R. (2004). Diccionario Akal de Filosofía. Madrid, España. Ediciones Akal S. A.
- Díaz, V. (2014). El concepto de ciencia como sistema, el positivismo, neopositivismo y las “investigaciones cuantitativas y cualitativas”. Salud Uninorte, volumen (30), número (2), pp. 227-244. redalyc.org
- Matsumoto, D. (Ed.) (2009). The Cambridge Dictionary of Psychology. Cambridge University Press. pbworks.com
- Miranda, M. (2007). El impacto del positivismo en la psicología. Repositorio de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. repository.uaeh.edu.mx
- Pérez, J. (2015). El Positivismo y la Investigación Científica. Revista Empresarial, UCSG, volumen (9), número (3), pp. 29-34. editorial.ucsg.edu.ec
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