El academicismo rígido: crítica al elitismo académico

La crítica más importante dirigida hacia el academicismo rígido proviene de su tendencia a buscar generalizaciones y absolutos. Estándares que las ciencias sociales no pueden alcanzar.

La construcción de la ciencia como un todo se encuentra basada en la aceptación de principios y métodos comunes, que den cohesión y sentido al conocimiento adquirido por las disciplinas que la integran. Por tal motivo, la sujeción a normas establecidas bajo un acuerdo institucional permite a los científicos desarrollar su labor a partir de una misma metodología, y transmitirla a través de un mismo lenguaje. No obstante, en diferentes momentos de la historia, esta clase de academicismo rígido ha sido objeto de distintos tipos de crítica; sobre todo, cuando esta postura es aplicada de forma rigurosa e intransigente.

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Si se toma en cuenta que el enfoque académico tradicional se encuentra profundamente influenciado por la tradición positivista, no es de extrañarse que sea principalmente en el marco de las ciencias sociales donde la mayoría de estas objeciones nacen. De esta forma, disciplinas como la sociología, la antropología y la propia psicología han sido el escenario de un rechazo total o parcial hacia las explicaciones universalistas y los solipsismos metodológicos promovidos por los enfoques institucionales (Gordo, 2006). 

Crítica a la idealización y simplificación de la realidad defendida por el academicismo

Una de las objeciones más importantes en torno al academicismo en la ciencia, es la crítica dirigida hacia su propia concepción de la realidad. Las corrientes académicas que adoptan esta postura buscan describir los fenómenos estudiados en virtud de sus propiedades más básicas y comunes. De esta forma, los conceptos nacen de lo que “debería ser”, y no de lo que “es” realmente (Fernández, 2014). Aunque esta fórmula permite sintetizar el conocimiento de forma tal que pueda ser comprendido y transmitido; al final, lo aleja del mundo que se experimenta verdaderamente, y que se supone debe representar.

En este sentido, la simplificación e idealización de la realidad tiene consecuencias importantes tanto en la transmisión y aprendizaje del conocimiento, como en su instrumentación. En primer lugar, la descripción de los fenómenos se realiza a partir de la omisión de aquello que no cuadra con el concepto general; produciendo una descripción parcializada de los fenómenos que estudia. Por consiguiente, las investigaciones que parten de estas nociones generales se ven condenadas a buscar entidades ideales en un campo donde todos los eventos y objetos son complejos e imperfectos.

Por otro lado, esta cara del academicismo tiene un impacto especial en las ciencias sociales; ya que describe a las personas como simples objetos de estudio que requieren atención, y no como agentes sociales verdaderos que juegan un papel singular y propio en un universo complejo del cual no pueden ser separados (Martínez, 2010).

Crítica a la metodología rigurosa e impersonal del academicismo

El academicismo ha sido objeto de crítica, no solo por su forma de entender el mundo, sino por los medios que propone para acceder a él. En este sentido, los investigadores que se apegan a las metodologías institucionales suelen recurrir a estilos y modelos estandarizados, donde la información obtenida es adquirida, procesada, interpretada y categorizada según criterios comunes que se preocupan principalmente por adecuar el presunto nuevo conocimiento con lo que ya se sabe. De esta manera, el estudio se transforma en una actividad automatizada que excluye la entrada a nuevas perspectivas o formas creativas de investigación.

Aunque esta forma de actuar brinda a los investigadores la ventaja de no comenzar de cero en su trabajo y de construir una metodología común dentro de su disciplina; también los somete a la servidumbre académica, donde la ciencia se desarrolla en virtud de necesidades preformadas (Fernández, 2014).

Por otro lado, existe otra crítica dirigida hacia la metodología propuesta por el academicismo, la cual se relaciona con el carácter impersonal de su aproximación. De acuerdo con muchos manuales académicos, la observación e interpretación de los datos obtenidos deben realizarse de forma indirecta con el fin de ganar cierta objetividad. De esta forma, se pretende transformar al autor en solo una herramienta que pone en marcha una máquina metodológica; buscando anularse como individuo o variable (Fernández, 2014). Frente a esta situación, es posible cuestionar la verdadera efectividad de dicha estrategia, ya que cualquier tipo de intervención en el transcurso de un fenómeno implica la participación del observador en el mismo. Por ello, la supuesta postura impersonal se transforma en un ejercicio de simulación que solo limita la visión y el alcance de la investigación.

Crítica a la búsqueda de resultados universales emprendida por el academicismo

La crítica a los objetivos del academicismo se encuentra íntimamente relacionada con las objeciones en torno a la comprensión y tratamiento del conocimiento en dicha postura. En términos generales, un enfoque academicista suele buscar patrones y regularidades, de los cuales se puedan desprender principios generales o universales (Fernández, 2014). De esta forma, la simplificación aplicada a los conceptos y métodos científicos por las corrientes académicas tradicionales, se transmite también a sus resultados; lo que implica que describen la naturaleza y función de los fenómenos que estudian de forma idealizada, y no real. En este sentido, el problema principal producido por esta tendencia puede ser observado cuando se busca instrumentar el conocimiento adquirido en el mundo real, a partir de estrategias prácticas que pretenden predecirlo y controlarlo, sin poder comprenderlo en toda su complejidad.

Crítica a la institucionalización y adoctrinamiento promovido por el academismo

Además de los argumentos en contra del abordaje del conocimiento que realiza el academicismo, es posible destacar una crítica importante dirigida hacia su transmisión en el ámbito educativo, y a su influencia en la formación de nuevos profesionales. Para este efecto, es necesario mencionar que las instituciones suelen enseñar el contenido educativo siguiendo modelos determinados que excluyen, o incluso rechazan, cualquier otro tipo de enfoque ajeno a los suyos (Martínez, 2010). De esta forma, las universidades y escuelas se transforman en simples transmisoras de información institucionalmente aprobada, e instructoras de métodos establecidos, sin preocuparse de infundir curiosidad científica sobre nada que vaya más allá de sus programas y objetivos académicos.

Curiosamente, la rigidez metodológica se ve expresada a un nivel muy cerrado en el marco de la educación; resultando en que los alumnos aprenden a seguir las normas impuestas por cada profesor, instruyéndose en complacerlos para calificar bien y pasar de año, y no realmente para adquirir conocimiento útil; o bien, capacitarse para buscarlo por sus propios medios (Jurado, 2009).

La necesidad de alternativas al academicismo rígido

Como se ha observado, el academicismo en la ciencia promulga la formalidad, generalización y universalidad de conceptos, métodos y principios. Una tendencia que favorece la creación y transmisión del conocimiento y le brinda validez, frente a corrientes pseudocientíficas. No obstante, cuando esta tendencia se transforma en una postura rígida que limita la creatividad, la libertad y el uso de nuevas perspectivas teóricas, técnicas y metodológicas en la ciencia; es necesario acceder a otras alternativas que logren considerar los fenómenos de estudio en términos mucho menos simplistas.

Es así, que ciertos autores han buscado opciones que puedan contrarrestar las distintas propiedades del academicismo, cuando este se presenta de forma totalitaria. Un ejemplo de ello, son los esfuerzos de algunos organismos universitarios por construir sus programas educativos en virtud de demandas sociales concretas. De esta forma, las distintas disciplinas diseñan sus investigaciones en razón de problemas reales que afectan a comunidades determinadas, produciendo conocimiento útil para una realidad específica (Trinchero, 2014).

Por otro lado, podemos encontrar una alternativa en términos académicos en el uso de ensayos como medio de exponer hipótesis y resultados; lo que permite a los autores exponer sus ideas sin disimular su participación e inevitable influencia en los diferentes trabajos de investigación en que están involucrados (Fernández, 2014).

Una alternativa general

Al final, es posible darse cuenta que el objetivo de las diferentes críticas en torno al academicismo, no pretenden su abolición absoluta; sino combatir los vicios conceptuales y metodológicos que sus manifestaciones más extremistas provocan. De esta forma, la solución propuesta por gran parte de los críticos de esta tendencia, es la apertura de las diferentes instituciones científicas y académicas a posturas que consideren los fenómenos de estudio dentro del contexto en el que se manifiestan. Solo de esta forma será posible construir una ciencia que realmente logre explicar el mundo que nos rodea en toda su complejidad, y no solo nos presente una visión idealizada y parcializada de nuestra realidad.

Referencias

  • Fernández, A. (2014). Por un saber ensayístico o contra el rígido academicismo. Redes.com: revista de estudios para el desarrollo social de la Comunicación, número (10), pp. 237-352. dialnet.unirioja.es
  • Gordo, A. (2006). Antipsychologicum: El papel de la psicología académica: de mito científico a mercenaria del sistema. Barcelona, España. Virus Editorial. researchgate.net
  • Jurado, F. (2009). El enfoque sobre competencias: Una perspectiva crítica para la educación. Revista Complutense de Educación, volumen (20), número (2), pp. 343-353.
  • Martínez, S. (2010). Conversaciones en la bañera: para una crítica del academicismo en las ciencias sociales. Miradas, encuentros y críticas antropológicas. google.com/scholar
  • Trinchero, H., Petz, I. (2014). La cuestión de la territorialización en las dinámicas de integración universidad- sociedad: Aportes para un debate sobre el «academicismo. Papeles de trabajo – Centro de Estudios Interdisciplinarios en Etnolingüística y Antropología Socio-Cultural. scielo.org.ar
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.