A través de este artículo divulgativo se recopilan 5 mitos y falsas creencias relacionadas con el cerebro y la percepción sensorial humana propuestos por John Ruscio, Barry L. Beyerstein, Steven Jay Lynn y Scott Lilienfeld en ’50 grandes mitos de la psicología popular’ (2014).
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En palabras del popular defensor de los tratamientos y métodos basados en la evidencia, Scott Lilienfeld, «en una medida realmente sorprendente, muchas cosas que creernos ciertas respecto a la psicología, no lo son en realidad. Aunque docenas de fuentes de psicología popular están disponibles en las librerías y al alcance de nuestro teclado en la red, todas ellas están plagadas de mitos y falsas ideas. De hecho, en un mundo como el actual, caracterizado por una sobrecarga de información, la desinformación sobre la psicología está al menos tan extendida como la propia información» (Lilienfeld et al., 2014).
5 mitos populares sobre la percepción sensorial y el cerebro
Mito #1 «Solo usamos un 10% de nuestra capacidad cerebral»
Dentro de los mitos sobre el cerebro y la percepción sensorial, esta falsa creencia ocuparía un claro primer lugar. Efectivamente, se trata de un mito muy extendido, incluso entre estudiantes de psicología y otras personas instruidas. Sin embargo, esta desagradable noticia no consiguió desalentar a millones de personas que siguen consolándose con la creencia de que la fórmula mágica para hacer realidad sus sueños reside en el hecho de que todavía no han encontrado el secreto que les permita echar mano de su enorme reserva, supuestamente no utilizada, de capacidad cerebral (Beyerstein, 1999).
Con la ayuda de la neurología y la neuropsicología y de las técnicas para la obtención de imágenes cerebrales, como los electroencefalogramas (EEG), los escáneres obtenidos por tomografía axial computarizada (TAC) o por emisión de positrones (PET), y las máquinas de obtención de imágenes por resonancia magnética funcional (MRI), los investigadores han conseguido relacionar un gran número de funciones psicológicas con áreas específicas del cerebro. No hay áreas silenciosas a la espera de que se les asigne una función. De hecho, incluso las tareas más sencillas requieren generalmente la contribución de áreas de procesamiento distribuidas prácticamente por todo el cerebro (Lilienfeld et al., 2014).
Mito #2 «El cerebro de las personas zurdas y diestras es diferente»
Tiene una pizca de verdad, pero es una pizca tan pequeña que resulta muy difícil de encontrar entre el montón de desinformación que la sepulta. Las investigaciones han confirmado que los hemisferios izquierdo y derecho son relativamente mejores en diferentes actividades mentales, pero esto no significa que un hemisferio o el otro no puedan realizar una tarea determinada; es simplemente que uno de ellos puede llevarla a cabo más rápidamente y mejor que el otro. Por ello suele hacerse cargo de ella primero.
En el cerebro normal, el lado más rápido pide ayuda al otro lado. Y en la medida en que el tracto derecha-izquierda está intacto, los dos hemisferios comparten mucha información. Efectivamente, la investigación con técnicas de obtención de imágenes cerebrales muestra que los dos hemisferios se comunican rutinariamente durante la mayoría de tareas.
Mito #3 «La percepción extrasensorial tiene evidencia científica»
La creencia en lo paranormal se ve reforzada por la fuerte necesidad que tenemos de creer en algo superior a nosotros, una realidad que se encuentra más allá de lo que «los sentidos pueden experimentar» (Gilovich, 1991).
La percepción extrasensorial incluye tres capacidades (1) telepatía -lectura con la mente-, (2) clarividencia -conocimiento de la existencia de personas u objetos ocultos o lejanos-; y (3) precognición -predicción del futuro utilizando medios paranormales-. Muchos parapsicólogos -psicólogos que estudian los fenómenos paranormales- también describen la psicoquinesis -la capacidad de influir en objetos o procesos físicos mediante el poder de la mente como una habilidad paranormal- (Lilienfeld et al., 2014)
La Academia de las Ciencias Norteamericana analizó la literatura mundial existente sobre el fenómeno de la percepción extrasensorial y concluyó que las pruebas a favor de los poderes psíquicos eran escasas y poco convincentes. Por lo anterior, se emplaza a abstenerse de tomar decisiones vitales importantes sobre la base de lo que le digan médiums, brujos o adivinas, entre otros (Lilienfeld et al., 2014).
Mito #4 «Podemos infligir daños con nuestra mirada o con nuestros ojos»
El cuarto de los mitos sobre la percepción sensorial y el cerebro, sustentado en la teoría de la emisión visual o de la visión por extromisión, se remonta al menos al filósofo griego Platón (427-347aC), que hablaba de un ‘fuego’ que emanaba del ojo en el momento de la visión, un fuego que ‘se fusiona con la luz y produce la sensación que llamamos ver’ (Gross, 1999).
Las creencias relativas al mal de ojo capaz de infligir daños psicológicos a otros han estado muy extendidas en diversos países, especialmente en México y en los países del Mediterráneo, América Central y el mundo árabe. Ni el mal de ojo, ni los rayos o mensajes por observación tienes respaldo científico. Ninguna de ellas ha sido experimentalmente verificada. Los motivos de la creencia en la visión por extromisión siguen siendo poco conocidos (Winer et al., 2003).
La investigación sugiere que presentar a los estudiantes mensajes ‘refutacionales’, mensajes diseñados no meramente para explicar cómo funcionan los ojos, sino cómo no funcionan, en este caso, para explicar que no emiten rayos o partículas, llevan a reducciones a corto plazo en las creencias en la extromisión (Winer et al., 2002).
Mito #5 «Los mensajes subliminales nos impulsan a comprar»
El último puesto del ranking de los mitos sobre la percepción sensorial y el cerebro lo ocupa una creencia que aún a día de hoy sigue presente en la mayoría de manuales académicos de ámbitos como el Marketing y la Publicidad.
‘Subliminal’ significa ‘por debajo del limen’. El limen, mejor conocido como ‘umbral sensorial’ es el estrecho margen dentro del cual un estímulo decreciente pasa de ser apenas detectable a ser apenas indetectable (Lilienfeld et al., 2014). Si un estímulo es tan débil o está tan perfectamente camuflado por el ruido que no es capaz de desencadenar una respuesta fisiológica en el ojo o el oído del sujeto receptor, no puede tener ningún efecto en lo que este piensa, siente o hace (Lilienfeld et al., 2014).
Los resultados de otros experimentos más meticulosamente controlados acerca de la capacidad de los mensajes subliminales para influir en las opciones de los consumidores o en las actitudes de los votantes también fueron abrumadoramente negativos.
Pese a la convincente desmitificación del concepto por parte de la comunidad científica, la publicidad subliminal todavía reaparece de vez en cuando. Hasta hoy, no hay evidencia suficiente de que los mensajes subliminales puedan afectar a las decisiones de los consumidores o las opciones de los electores, y mucho menos producir recuerdos perfectos o unos senos más grandes (Lilienfeld et al., 2014).
Referencias:
- Beyerstein, Barry L. (1999). «Whence Cometh the Myth that We Only Use 10% of our Brains?». In Sergio Della Sala (ed.). Mind Myths: Exploring Popular Assumptions About the Mind and Brain. wiley.com
- Gross, C. G. (1999). The fire that comes from the eye. The Neuroscientist, 5(1), 58-64. journals.sagepub.com
- Lilienfeld, S. O., Lynn, S. J., Ruscio, J., & Beyerstein, B. 50 grandes mitos de la psicología popular. Biblioteca Buridán. buridan.es
- Ward, A., & Gilovich, T. (1991). How we know what isn’t so: The fallibility of human reason in everyday life. psycnet.apa.org
- Winer, G. A., Cottrell, J. E., Gregg, V., Fournier, J. S., & Bica, L. A. (2002). Fundamentally misunderstanding visual perception: Adults’ belief in visual emissions. American Psychologist, 57(6-7), 417. psycnet.apa.org
- Winer, G. A., Rader, A. W., & Cottrell, J. E. (2003). Testing different interpretations for the mistaken belief that rays exit the eyes during vision. The Journal of Psychology, 137(3), 243-261. tandfonline.com