Fuga de líquido cefalorraquídeo: causas y efectos

Una fuga de líquido cefalorraquídeo es producida por una lesión o fisura en las capas externas que protegen el cerebro y la médula espinal.

El líquido cefalorraquídeo es una sustancia clara que se encuentra alrededor del cerebro y la médula espinal. La función de dicho fluido es proteger estas estructuras de lesiones, proporcionarles nutrientes y actuar como un sistema de eliminación de desechos. Cuando ocurre una perforación o desgarro en la capa más externa de tejido que rodea el cerebro o la médula espinal, se produce una fuga de líquido cefalorraquídeo o LCR. Esta pérdida puede ocurrir en el cráneo o en cualquier punto a lo largo de la columna vertebral, y ocasiona una condición conocida como hipotensión intracraneal (Mayo Clinic, 2021; O’Hara, 2021; Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2022).

Contenidos relacionados:

Tipos, síntomas y causas de la fuga de líquido cefalorraquídeo

Existen dos tipos de fuga de líquido cefalorraquídeo: pérdidas craneales y pérdidas espinales. Cada una de estas condiciones presenta síntomas y causas específicas.

Fuga craneal de líquido cefalorraquídeo

Como su nombre lo sugiere, la fuga o pérdida craneal de líquido cefalorraquídeo ocurre a nivel del cráneo. Específicamente en la membrana externa que rodea y protege al cerebro (duramadre).

Síntomas de la fuga craneal de líquido cefalorraquídeo:

Entre los síntomas más importantes de esta condición se encuentran los siguientes:

  • Salida de una sustancia transparente y acuosa (drenaje de LCR) por un lado de la nariz o el oído
  • Pérdida de la audición
  • Sabor metálico en la boca
  • En algunos casos puede desarrollarse meningitis (inflamación de las capas que protegen el cerebro y la médula espinal, llamadas meninges)

(Mayo Clinic, 2021; Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2022).

Causas de la fuga craneal de líquido cefalorraquídeo:

Una fuga craneal de líquido cefalorraquídeo puede tener diversos orígenes. Entre ellos se encuentran los traumatismos craneales, ciertas cirugías de la cabeza o el cerebro, el aumento en la presión del cerebro, las malformaciones del oído externo y, en ocasiones, pueden ocurrir después de eventos aparentemente insignificantes, como un esfuerzo o un estiramiento. También existen casos en los que la causa de la fuga es desconocida (Mayo Clinic, 2021; Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2022).

Fuga espinal de líquido cefalorraquídeo

Este tipo de pérdida de LCR puede ocurrir en cualquier parte de la columna vertebral.

Síntomas de la fuga espinal de líquido cefalorraquídeo:

Entre los síntomas más notables de esta afección se encuentran los siguientes:

  • Dolor en la parte posterior de la cabeza que suele mejorar cuando se está recostado y se agrava cuando se está de pie
  • Dicho dolor puede comenzar o empeorar tras realizar un esfuerzo; o bien, iniciar de forma repentina (aunque este último caso no es muy frecuente)
  • Rigidez o dolor de cuello y hombros
  • Zumbido en los oídos o cambios en la audición
  • Mareos
  • Hipersensibilidad a la luz
  • Náusea o vómitos
  • Cambios en la visión
  • Variaciones en la cognición o el comportamiento

(Mayo Clinic, 2021; Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2022).

Causas de la fuga espinal de líquido cefalorraquídeo:

Las causas de la fuga espinal de líquido cefalorraquídeo pueden ser diversas. Entre ellas se encuentran las lesiones en la columna vertebral o la cabeza, ciertas cirugías a nivel de la columna vertebral, la punción lumbar, la colocación de sondas para administrar anestesia epidural o analgésicos, los espolones óseos a lo largo de la columna vertebral y las anomalías de la duramadre alrededor de las raíces nerviosas. Además, pueden existir conexiones anormales entre la duramadre y las venas, y en algunos casos, la fuga puede ocurrir tras esfuerzos aparentemente insignificantes como estornudar, toser o defecar, así como también por estiramientos. También es posible que la causa de la fuga sea desconocida, lo que se conoce como pérdida espontánea de líquido cefalorraquídeo (Mayo Clinic, 2021; Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2022).

Es importante señalar que las cirugías de columna constituyen una causa poco frecuente de fuga de LCR. Esto se debe a que, de presentarse una lesión durante una operación de este tipo, la pérdida de líquido cefalorraquídeo es evidente, por lo que suele ser reparada inmediatamente (Méndez et al., 2017).

Factores de riesgo en la fuga de líquido cefalorraquídeo

Los especialistas han identificado varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de experimentar una fuga de líquido cefalorraquídeo. En el caso de las pérdidas craneales de LCR, se considera que las lesiones previas a nivel de la cabeza pueden incrementar el riesgo de una fuga de este tipo. Del mismo modo, los procedimientos quirúrgicos previos realizados en el cráneo o alrededor de este también se asocian con un mayor riesgo. Aunado a esto, la obesidad y la apnea obstructiva del sueño son factores adicionales que pueden aumentar la probabilidad de una fuga de líquido cefalorraquídeo. Además, la presencia de tumores en la base del cráneo o de anormalidades fisiológicas en la base del cráneo o el oído interno también se consideran factores de riesgo (Mayo Clinic, 2021).

En cuanto a las fugas espinales de líquido cefalorraquídeo, las lesiones previas en la espalda y la cabeza pueden incrementar la posibilidad de su aparición. Asimismo, las cirugías o procedimientos anteriores realizados en la columna vertebral o alrededor de esta se asocian igualmente con un mayor riesgo. Los trastornos del tejido conectivo, como el síndrome de Marfan o el síndrome de Ehlers-Danlos, también se consideran factores de riesgo en este tipo de fugas (Mayo Clinic, 2021).

Además de estos factores, existen variables que se han relacionado con la aparición tardía de lesiones postoperatorias que pueden dar lugar a una fuga de líquido cefalorraquídeo. En este sentido, tenemos, por ejemplo, la edad avanzada del paciente intervenido, el tratamiento con radiación previo a la cirugía o procedimiento, la presencia de puntas óseas residuales, la osificación excesiva del ligamento amarillo, las cirugías de revisión múltiples y la tracción excesiva de la raíz nerviosa o la lesión inadvertida de la duramadre durante la instrumentación (Méndez et al., 2017).

Diagnóstico de la pérdida de LCR y sus dificultades

Uno de los principales problemas en el diagnóstico de la fuga de líquido cefalorraquídeo, especialmente en el tipo espinal, es el hecho de que el dolor de cabeza característico de esta condición puede ser fácilmente confundido con otras afecciones, como la migraña. Debido a ello, muchos profesionales inexpertos llegan a un diagnóstico erróneo; o bien, las personas afectadas posponen la visita al médico, al considerar sus síntomas como sólo molestias temporales (Méndez et al., 2017; O´Hara, 2021).  

La detección de una fuga de líquido cefalorraquídeo suele comenzar con un examen físico adecuado que evalúe la presencia de cefalea ortostática, o el drenado de un líquido claro por oído y orejas (Méndez, 2017). Además, existen distintas pruebas que ayudan a confirmar el diagnóstico clínico. Algunas de ellas son:

En el caso de las fugas craneales de líquido cefalorraquídeo, se utilizan pruebas como la resonancia magnética con gadolinio, que permite resaltar mejor las posibles anomalías en el cerebro. También se realiza el análisis del líquido del oído medio a través de la timpanometría para ver si contiene líquido cefalorraquídeo. Otra prueba útil es la mielografía por tomografía computarizada, que busca pérdidas de líquido cefalorraquídeo en cualquier parte de la base del cráneo (Mayo Clinic, 2021).

En el caso de las fugas de líquido cefalorraquídeo espinal, se emplean pruebas como la resonancia magnética para detectar anomalías en la columna vertebral. También se utiliza el registro del flujo de LCR a través de cisternografía radioisotópica. Además, se utilizan otras pruebas como la mielografía y la medición de la presión de LCR mediante punción lumbar (Mayo Clinic, 2021).

¿Cómo se trata una fuga de líquido cefalorraquídeo?

El tratamiento de una fuga de líquido cefalorraquídeo puede variar dependiendo de si se trata de una pérdida craneal o espinal. Algunas pérdidas de LCR, tanto craneales como espinales, pueden mejorar con reposo y medidas conservadoras. Sin embargo, en muchos casos, esta condición requiere un tratamiento especializado, y es importante destacar que el curso del tratamiento debe ser indicado por un médico. Por lo tanto, siempre se recomienda buscar la atención de un especialista ante cualquier síntoma de este tipo.

En el caso de la pérdida de líquido cefalorraquídeo craneal, se emplean diversas medidas comunes para su tratamiento. Estas incluyen la cirugía en la mayoría de los casos espontáneos, el reposo en cama con la cabeza elevada para reducir la presión intracraneal y tomar ablandadores de heces para prevenir la distensión abdominal.

Por otro lado, en el tratamiento de la fuga de líquido cefalorraquídeo espinal se utilizan diferentes enfoques terapéuticos. Estos incluyen el uso de un parche de sangre epidural, que ayuda a sellar la fuga y promover la cicatrización de los tejidos. También se pueden realizar inyecciones de sellantes especiales para cerrar la fuga. En casos en los que los tratamientos anteriores no sean efectivos, se puede recurrir a la cirugía o a la embolización transvenosa, una técnica en la que se bloquean selectivamente los vasos sanguíneos para detener la fuga de líquido cefalorraquídeo (Mayo Clinic, 2021).

Es importante tener en cuenta que el tratamiento específico adecuado se determinará según las características individuales de cada caso, y es fundamental contar con la orientación de un profesional médico especializado en el manejo de las fugas de líquido cefalorraquídeo.

Complicaciones de una fuga de líquido cefalorraquídeo

Finalmente, es muy importante mencionar que una pérdida de líquido cefalorraquídeo es un padecimiento que debe ser tratado de manera oportuna. De lo contrario, pueden presentarse diversas complicaciones. Entre las más importantes tenemos las siguientes:

  • Ingreso de aire en los espacios que rodean el cerebro (neumoencéfalo por tensión)
  • Parestesias por compresión de las raíces nerviosas
  • Meningitis de forma inmediata
  • Pseudomeningocele como una complicación tardía

(Méndez et al., 2017; Mayo Clinic, 2021).

Referencias:

  • Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (2022). Fuga de LCR. MedlinePlus. medlineplus.gov
  • Mayo Clinic (2021). Pérdida de líquido cefalorraquídeo. MayoClinic.org. mayoclinic.org
  • Méndez, A., Álvarez, G., Pérez, C., Klériga, E., Pérez, J., Duarte, K., Franco, M. (2017). Parche hemático para el manejo de fístula de líquido cefalorraquídeo postlaminectomía. Revista Mexicana de Anestesiología, volumen (40), número (4), pp. 306-311. medigraphic.com
  • O’Hara, J. (2021). Mayo Clinic Q&A podcast: Cerebrospinal fluid leaks are commonly misdiagnosed. News Network Mayo Clinic. mayoclinic.org
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

Artículos diarios sobre psicología, neurociencias y salud para profesionales, estudiantes y mentes inquietas

CONTENIDO RELACIONADO

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.