El accidente cerebrovascular o ACV es una de las emergencias médicas más frecuentes y peligrosas que existen. Este es una causa generalizada de discapacidad severa en todo el mundo y constituye la tercera razón más común de muerte, después de las enfermedades del corazón y el cáncer (Benavides et al., 2018).
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De acuerdo a los especialistas, la atención médica inmediata es crucial para reducir el daño cerebral y las complicaciones relacionadas con este síndrome clínico. De tal forma que, cuanto antes reciban tratamiento, mejor les irá a las y los pacientes (Mayo Clinic, 2022; O’Hara, 2022). Debido a ello, es muy importante conocer cuáles son los síntomas, tratamiento y pronóstico de esta condición.
¿Qué es un accidente cerebrovascular?
El accidente cerebrovascular también es conocido como ataque cerebral, stroke o ictus; y popularmente se le llama ‘derrame cerebral’. Esta condición es un síndrome clínico de desarrollo rápido, ocasionada por una perturbación focal de la función cerebral, de origen vascular, con síntomas de duración superior a las 24 horas (Moyano, 2010). En otras palabras, es una condición caracterizada por un problema repentino de irrigación de sangre en una determinada zona del cerebro.
En términos generales, existen dos tipos de accidente cerebrovascular:
- Isquémico: se presenta cuando hay una pérdida de suministro de sangre a un área del cerebro.
- Hemorrágico: ocurre cuando hay sangrado en el cerebro debido a la ruptura de un vaso sanguíneo.
Es necesario señalar que alrededor del 85% de los accidentes cerebrovasculares son de tipo isquémico (O’Hara, 2022).
Las consecuencias de esta afección dependerán de lugar y tamaño de las lesiones, así como de qué tan inmediata halla sido la atención médica tras el accidente. Además, la edad de la o el paciente y su estado previo también pueden determinar las secuelas tras esta condición (Mayo Clinic, 2022).
Síntomas del accidente cerebrovascular
Algunas opciones de tratamiento son más eficaces cuando el tiempo entre el accidente cerebrovascular y la atención médica es más corto. Por ello, es muy importante conocer los síntomas de esta condición. Algunas de las señales más comunes de este síndrome clínico son:
- Dificultad para articular palabras o entender lo que se dice.
- Confusión.
- Entumecimiento repentino, debilidad o parálisis en la cara, el brazo o la pierna. Por lo general, esto afecta solo un lado del cuerpo.
- De manera repentina se presenta visión borrosa o ennegrecida en uno o ambos ojos, o visión doble.
- Dolor de cabeza súbito y grave, que puede estar acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento.
- Problemas para caminar debido a mareos o falta de coordinación.
(Mayo Clinic, 2022).
BE FAST
Reconocer a tiempo los signos de un accidente cerebrovascular es muy importante para disminuir sus posibles consecuencias. Por ello, organizaciones de salud preventiva estadounidenses suelen promover el acrónimo BE FAST (se rápido), el cual representa 6 aspectos clave a los que hay que poner atención en la detección de posibles ACVs:
- B, por balance (equilibrio): poner atención a pérdidas repentinas de equilibrio.
- E, por eyes (ojos): pérdida o distorsión de visión.
- F, por face (rostro): Rostro “caído” o desigual. Cuando se le pide a la persona que sonría, se cae un lado de la cara.
- A, por arm (brazo): debilidad repentina de brazos o piernas. Cuando se le pide a la persona que levante los brazos, se caen o no puede levantarlos.
- S, por speech (discurso o habla): dificultad para hablar, arrastrar las palabras o dificultad para entender el habla. Cuando se le pide a la persona que repita una frase simple, arrastra las palabras o habla de forma extraña.
- T, por time (tiempo): Esto representa tanto anotar el momento en que ocurren los síntomas, como reducir el tiempo que lleva recibir atención médica. Es crucial llamar a los servicios de emergencia inmediatamente.
(Mayo Clinic, 2022; Meschia, citado por O’Hara, 2022).
Causas de un accidente cerebrovascular
Los accidentes cerebrovasculares pueden clasificarse de acuerdo a su origen y tiempo. En este sentido se tienen las siguientes causas:
- Isquémico: ocurre cuando los vasos sanguíneos del cerebro se estrechan o bloquean, reduciendo de manera importante el flujo sanguíneo. Este bloqueo puede ser el resultado de la acumulación de depósitos de grasa, coágulos sanguíneos u otros desechos que se desplazan por la sangre y se alojan en los vasos del cerebro. Este tipo de ACV es el más común.
- Hemorrágico: se presenta cuando un vaso sanguíneo en el cerebro gotea o se rompe, provocando una hemorragia. Las razones de este tipo de lesiones pueden deberse a diferentes factores, como: presión arterial alta no controlada, tratamiento con anticoagulantes, aneurismas, traumatismos, o incluso, un ACV isquémico que cause hemorragia.
- Isquémico transitorio o mini accidente cerebrovascular: es un período temporal de síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular. Este se produce por una disminución temporal del suministro de sangre a una parte del cerebro, debida a la presencia de un coágulo o desechos en los vasos sanguíneos. Puede durar tan solo cinco minutos y, por lo general, no causa daño permanente. No obstante, tener un accidente isquémico transitorio aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular más adelante.
(Mayo Clinic, 2022).
Factores de riesgo
Entre los factores más importantes que pueden aumentar el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular tenemos los siguientes:
- Sobrepeso
- Falta de actividad física
- Consumo excesivo de alcohol
- Uso de sustancias como la cocaína y las metanfetaminas
- Hipertensión arterial
- Tabaquismo y tabaquismo pasivo
- Colesterol alto
- Diabetes
- Apnea obstructiva del sueño
- Enfermedades cardiovasculares
- Antecedentes familiares de ACV o ataque cardiaco
- Haber sufrido un ataque cardiaco o un ACV transitorio
- Infección por COVID-19
Además, existen variables personales que aumentan el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular
- Las personas mayores (más de 54 años) tienen mayor riesgo que las más jóvenes.
- Esta afección suele presentarse con mayor frecuencia en personas de origen africano e hispano, que en sujetos de otros orígenes étnicos.
- Los hombres presentan mayor riesgo de sufrir ACV que las mujeres, pero es más común que las mujeres mueran por ello.
- El uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que incluyen estrógeno aumenta el riesgo.
(Mayo Clinic, 2022).
Complicaciones de un accidente cerebrovascular
La falta de flujo sanguíneo hacia el cerebro ocurrida en un accidente cerebrovascular, provoca que el tejido cerebral no reciba oxígeno y nutrientes. Por ello, las células cerebrales comienzan a morir en cuestión de minutos. Esta situación puede ocasionar discapacidades temporales o permanentes cuyo tipo, aparición, gravedad y naturaleza dependen de qué parte fue afectada y por cuánto tiempo. Algunas de las complicaciones más comunes en este sentido son:
- Parálisis o pérdida de movimiento muscular. Por lo general, se presenta de un lado del cuerpo, afectando los músculos de la cara, el brazo o las piernas.
- Dificultad para hablar o tragar, causada por la afectación de los músculos de la boca y la garganta.
- Pérdida de memoria o dificultad para pensar, razonar, opinar o comprender conceptos.
- Problemas para controlar las emociones y susceptibilidad a sufrir depresión.
- Dolor, entumecimiento, u otras sensaciones inusuales.
- Cambios en la conducta.
- Disminución de las capacidades para llevar a cabo el aseo personal y las tareas cotidianas.
(Mayo Clinic, 2022).
Es necesario destacar que el ACV hemorrágico presenta complicaciones más altas de morbilidad que el tipo isquémico. Cuando el daño cerebral ocasionado por cualquier clase de ACV es demasiado extenso, comienza a generalizarse, afectando funciones vitales a un nivel que puede llevar a la muerte de la persona afectada (Benavides et al., 2018).
Prevención de un accidente cerebrovascular
Tomando en cuenta los factores de riesgo mencionados, es posible determinar algunas medidas que reducirían el peligro de padecer un accidente cerebrovascular; especialmente cuando ya se ha sufrido uno. Entre los puntos más importantes en este sentido se encuentran los siguientes:
- Mantener controlada la hipertensión arterial
- Reducir la cantidad de colesterol y grasas saturadas y trans en la alimentación
- Dejar de fumar
- Realizar ejercicio aeróbico de forma regular
- Controlar la diabetes
- Mantener un peso saludable
- Tener una dieta rica en frutas y verduras
- Reducir la ingesta de alcohol y evitar el consumo de sustancias como la cocaína y las metanfetaminas
- Tratar la apnea del sueño
(Mayo Clinic, 2022).
Cuando ya se ha sufrido un accidente cerebrovascular, los médicos suelen utilizar distintos tipos de medicamentos antiplaquetarios y anticoagulantes. Si este es el caso, es muy importante respetar las indicaciones del tratamiento con el fin de reducir el riesgo de otro ACV.
Tratamiento de los accidentes cerebrovasculares
El tratamiento del ACV depende de su tipo: isquémico o hemorrágico.
- Isquémico: Su objetivo es restablecer rápidamente el flujo sanguíneo del cerebro. Para ello, se utilizan diferentes procedimientos:
- Administrar medicamentos intravenosos de emergencia que sean capaces de disolver un coágulo. Debe realizarse dentro de las 4 o 5 horas a partir del momento en que aparecieron los síntomas.
- Procedimientos endovasculares de emergencia. Esto es, tratamientos directamente dentro del vaso sanguíneo bloqueado. Dichos procedimientos mejoran significativamente los resultados y reducen la discapacidad a largo plazo. Estos pueden consistir en medicamentos administrados directamente en el cerebro o la extracción del coágulo con un recuperador de estent.
- Para disminuir el riesgo de sufrir otro ACV se realiza un procedimiento preventivo que consiste en abrir una arteria estrechada debido a la placa de ateroma.
- Hemorrágico: Se centra en controlar el sangrado y reducir la presión en el cerebro que causa el exceso de líquido. Algunos procedimientos que cumplen este propósito son:
- Medicamentos especializados que reducen la presión intracraneal y anticoagulantes.
- Cirugía para extraer la sangre y aliviar la presión en el cerebro; o bien, para reparar problemas vasculares asociados con accidentes cerebrovasculares hemorrágicos.
- Recorte quirúrgico. Un procedimiento que consiste en colocar una pequeña pinza en la base del aneurisma para detener el flujo sanguíneo hacia este.
- Coiling. Consiste en introducir un catéter en una arteria de la ingle, guiándola hasta el cerebro. El objetivo es colocar diminutas espirales desmontables en el aneurisma para rellenarlo, bloqueando el flujo sanguíneo.
- Extirpación quirúrgica de la malformación arteriovenosa con el fin de eliminar el riesgo de ruptura y reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico.
- Radiocirugía estereotáctica. Procedimiento que consiste en aplicar múltiples haces de radiación altamente focalizados.
(Mayo Clinic, 2022).
Rehabilitación
El impacto del accidente cerebrovascular depende del área del cerebro afectada y de la cantidad de tejido dañado. Por lo general, las y los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular necesitan seguir un programa de rehabilitación. Dichos programas se enfocan en ayudar a las personas a recuperar la mayor funcionalidad posible, con el objetivo de regresar a una vida independiente. Es importante tomar en cuenta que los efectos de un accidente cerebral son peores al principio, pero existe esperanza de rehabilitación. Aunque hay algunas excepciones, alrededor de 9 de cada 10 casos son muy graves al inicio. Y luego, en el transcurso de uno a tres meses con la rehabilitación adecuada, ya sea terapia del habla, física u ocupacional, o una combinación de ambas, los pacientes se recuperan y mejoran significativamente (Meschia, citado por O’Hara, 2022).
Tras ocurrido un accidente cerebrovascular, la evolución más probable es de recuperación. Por lo general, la recuperación funcional global ocurre dentro de los primeros 6 meses desde el inicio del ACV; siendo precedida por la recuperación neurológica en un promedio de 2 semanas (Moyano, 2010).
La rehabilitación del ACV es un proceso complejo, que requiere de un equipo multidisciplinario de profesionales especializados, entre los que se encuentran médicos, kinesiólogos, enfermeros, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, neuropsicólogos y nutricionistas. Esta puede dividirse en dos etapas:
- Aguda o intrahospitalaria: se inicia tan pronto la o el paciente esté listo y pueda tolerarla, y se lleva a cabo con una intensidad suficiente que suele ser mayor a 3 horas al día.
- Subaguada-crónica o post-hospitalaria: la frecuencia e intensidad dependen del grado de discapacidad y pronóstico en cada caso. Puede administrarse en centros especializados, o incluso, de manera ambulatoria.
(Alessandro et al., 2020).
Evaluación y atención del problema
Por su alta frecuencia, los accidentes cerebrovasculares son considerados un problema de salud pública a nivel mundial. Desafortunadamente, este tipo de síndromes clínicos son cada vez más comunes. Un hecho que puede atribuirse al aumento en el consumo de comida procesada, a los estilos de vida sedentarios, y a que las personas simplemente viven más años. Por fortuna, en la actualidad, las nuevas tecnologías en exploración clínica y diagnóstico permiten tener un mejor conocimiento de la anatomía y fisiología de la circulación cerebral. Un ejemplo de este avance es la optimización de técnicas de neuroimagen, como la ecografía Doppler transcraneal, resonancia magnética de imágenes en casos con enfermedad cerebrovascular isquémica carotídeo, tomografía axial computarizada, resonancia magnética de imágenes, tomografía por emisión de positrones o la angiorresonancia (Benavides et al., 2018). Estas herramientas son de gran importancia, ya que el correcto tratamiento de un accidente cerebrovascular depende mucho de un diagnóstico adecuado.
Por otro lado, la gravedad evidente y la creciente frecuencia de este tipo de trastornos ha conducido a sistemas de salud de todas partes del mundo a organizar respuestas especialmente diseñadas para este problema. Un ejemplo de esto es la creación de unidades de accidente cerebrovascular o UACVs. Las cuales están conformadas por equipos multidisciplinarios preparados para evaluar y tratar de forma rápida y efectiva a pacientes con sospecha de ACV agudo. Dichos equipos incluyen profesionales como personal médico, enfermería, radiología, kinesiólogos, fonoaudiólogos, técnicos de laboratorio y nutricionistas. Al agilizar los procesos de detección y atención, estas unidades no solo son capaces de salvar muchas vidas, sino que, además, reducen los costos y recursos de aquellos sistemas sanitarios que las utilizan (Sociedad Neurológica Argentina, 2019).
Referencias:
- Alessandro, L., Olmos, L., Bonamico, L., Muzio, D., Ahumada, M., Russo, M., Allegri, R., Gianella, M., Capora, H., Delorme, R., Vescobo, M., Lado., V., Mastroberti, L., Butus, A., Galluzzi, H., Décima, G., Ameriso, S. (2020). Rehabilitación multidisciplinaria para pacientes adultos con accidente cerebrovascular. Medicina, volumen (80), número (1).scielo.org.ar
- Benavides, P., Sánchez, L., Álvarez, P., Manzano, V., Zambrano, D. (2018). Diagnóstico, imagenología y accidente cerebrovascular. Enfermería Investiga, Investigación, Vinculación, Docencia y Gestión, volumen (2), número (1). dialnet.unirioja.es
- Mayo Clinic (2022). Accidente Cerebrovascular. MayoClinic.org. mayoclinic.org
- Moyano, A. (2010). El accidente cerebrovascular desde la mirada del rehabilitador. Revista Hospital Clínico Universidad Chile, volumen (21), pp. 348-355. redclinica.cl
- O’Hara, J. (2022). Mayo Clinic Q&A podcast: World Stroke Day: know the warning signs, take action. MayoClinic.org. mayoclinic.org
- Sociedad Neurológica Argentina (2019). Consenso sobre accidente cerebrovascular isquémico agudo. Medicina, volumen (79), número (2). scielo.org.ar
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