Epilepsia generalizada o crisis generalizadas: características

La crisis que caracteriza la epilepsia generalizada implica una descarga que afecta todas las áreas del cerebro.

La epilepsia generalizada es un trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral normal se ve alterada, dando lugar a convulsiones, períodos de comportamiento y sensaciones inusuales, o incluso, pérdida de la consciencia. A diferencia de la epilepsia focal, que se origina en una sola parte del cerebro, las crisis generalizadas afectan a todas las áreas del cerebro. Estas formas de epilepsia presentan una amplia variedad de síntomas, desde la mirada fija, hasta movimientos repetitivos de los brazos o las piernas (Mayo Clinic, 2021).

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La incidencia de la epilepsia y los trastornos relacionados es preocupante, ya que se estima que alrededor del 3% de la población sufrirá de epilepsia a los ochenta años, y aproximadamente el 10% ha experimentado convulsiones en algún momento de sus vidas. Por ello, es importante comprender las características asociadas a los diferentes tipos de crisis para abordar adecuadamente los cuadros convulsivos y buscar el mejor enfoque terapéutico (Aguirre, De León, 2019).

¿Qué es la epilepsia generalizada o crisis generalizada?

La epilepsia generalizada se caracteriza por una descarga incontrolable de las neuronas en ambos hemisferios cerebrales, lo que resulta en una crisis epiléptica que se propaga a través de toda la masa encefálica. En este tipo de crisis, la consciencia puede verse alterada, como una posible manifestación inicial, y se presentan conductas motoras bilaterales (López et al., 2019).

Los mecanismos de generación de la epilepsia generalizada son complejos e implican interacciones entre estructuras corticales y subcorticales en el cerebro. Algunos de estos mecanismos incluyen:

  • Respuesta anormal de la corteza hiperexcitable: La corteza cerebral responde de manera anormal a las proyecciones de entrada inicialmente normales del tálamo, lo que contribuiría a la generación de la epilepsia generalizada.
  • Generador subcortical primario: Existe la presencia de un generador subcortical primario. Es decir, una región específica en el cerebro que desempeñaría un papel fundamental en la génesis de las crisis epilépticas generalizadas.
  • Inervaciones corticales anormales: También se observan inervaciones corticales anormales desde estructuras subcorticales, lo que contribuiría a la aparición de las crisis generalizadas.

(López et al., 2019).

Las diferentes formas de crisis epilépticas generalizadas dependen de la región y las proyecciones anatómicas involucradas. Según modelos experimentales, se ha encontrado que estructuras del tallo cerebral, como el cuerpo geniculado lateral, las vías ascendentes a través de los cuerpos mamilares, el tálamo anterior, la sustancia negra y circuitos relacionados, están implicados en la generación y propagación de las crisis generalizadas (López et al., 2019).

Tipos de epilepsia generalizada

La epilepsia generalizada o crisis epilépticas generalizadas suelen tipificarse de la siguiente manera:

  • De ausencia: Estas crisis se caracterizan por episodios de mirada fija en el espacio, con o sin movimientos corporales sutiles, como parpadeo de los ojos o chasquido de labios. Suelen durar entre 5 y 10 segundos y pueden ocurrir en grupo, con una frecuencia de hasta 100 veces al día. Las crisis de ausencia pueden causar una pérdida breve de la consciencia y suelen ser más comunes en niños.
  • Tónicas generalizadas: Estas crisis provocan rigidez muscular y pueden afectar el conocimiento. Por lo general, afectan los músculos de la espalda, brazos y piernas, lo que puede llevar a caídas.
  • Generalizadas atónicas: Estas crisis, también conocidas como convulsiones de caída, causan la pérdida del control muscular. Suelen afectar principalmente las piernas, lo que puede dar lugar a caídas o colapsos repentinos.
  • Generalizadas clónicas: Estas crisis se asocian con movimientos musculares repetitivos o rítmicos y espasmódicos. Por lo general, afectan el cuello, la cara y los brazos.
  • Mioclónicas: Estas crisis se presentan como movimientos espasmódicos breves y repentinos, similares a sacudidas, que suelen afectar la parte superior del cuerpo, incluyendo los brazos y las piernas.
  • Tónico-clónicas generalizadas: Estas crisis son el tipo más intenso de crisis epiléptica. Anteriormente se les conocía como «crisis de tipo gran mal» (epilepsia mayor). Las crisis tónico-clónicas generalizadas pueden causar una pérdida abrupta del conocimiento, rigidez muscular, espasmos y sacudidas del cuerpo. En ocasiones, pueden resultar en pérdida del control de la vejiga o mordedura de la lengua.

(Mayo Clinic, 2021).

Además, se menciona el status epilepticus. Condición caracterizada por una crisis epiléptica que dura más de cinco minutos o por crisis epilépticas que se suceden sin que haya recuperación del estado de conciencia entre ellas (Aguirre, De León, 2019).

Crisis epilépticas generalizadas convulsivas y no convulsivas

Por otro lado, las crisis generalizadas pueden ser clasificadas en dos categorías principales: convulsivas y no convulsivas.

  • Convulsivas: Se caracterizan por presentar movimientos anormales del cuerpo o de las extremidades. Las epilepsias generalizadas de este tipo son: clónicas, tónicas y tónico clónicas.
  • No convulsivas: Se caracterizan por una alteración parcial o total de la capacidad de respuesta del individuo y pueden presentar pérdida del tono postural. Los principales tipos de crisis generalizadas no convulsivas son las crisis de ausencia, la epilepsia mioclónica, y las crisis atónicas.

(López et al., 2009)

Causas de la epilepsia generalizada o crisis generalizada

La epilepsia generalizada idiopática es aquella en la que el cuadro convulsivo no es atribuible a una causa orgánica o funcional particular. Se ha propuesto que este tipo de epilepsia puede ser el resultado de algunas variables aún en estudio:

  • Factores genéticos: En algunos casos, la epilepsia idiopática puede ser hereditaria, lo que significa que hay una predisposición genética a desarrollar convulsiones.
  • Desarrollo anormal del cerebro: Puede haber anormalidades en la estructura o funcionamiento del cerebro que predisponen a la epilepsia idiopática. Estas anormalidades pueden ser congénitas o desarrollarse durante la infancia.
  • Desequilibrios químicos en el cerebro: Alteraciones en los niveles de neurotransmisores, como el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico (GABA), pueden contribuir al desarrollo de la epilepsia idiopática.

(Aguirre, De León, 2019).

Existen, por otro lado, algunos casos donde las crisis pueden ser atribuidas a una causa identificable. Algunos de estos factores son:

  • Lesiones cerebrales traumáticas: Un traumatismo craneoencefálico, como una lesión cerebral debido a un accidente o una caída, puede desencadenar convulsiones.
  • Infecciones cerebrales: La presencia de infecciones como meningitis, encefalitis o abscesos cerebrales puede causar epilepsia secundaria.
  • Tumores cerebrales: Los tumores intracraneales, tanto benignos como malignos, pueden irritar el tejido cerebral y provocar convulsiones.
  • Accidentes cerebrovasculares: Los accidentes cerebrovasculares, como los infartos o las hemorragias cerebrales, pueden dañar el tejido cerebral y aumentar el riesgo de epilepsia.
  • Anomalías cerebrales congénitas: Algunas personas nacen con malformaciones cerebrales que pueden desencadenar epilepsia secundaria.
  • Trastornos metabólicos: Ciertos trastornos metabólicos, como la porfiria o la hipoglucemia, pueden afectar el funcionamiento del cerebro y desencadenar convulsiones.
  • Abuso de sustancias: El consumo excesivo de alcohol o drogas ilícitas puede aumentar el riesgo de epilepsia secundaria.

(Aguirre, De León, 2019; Mayo Clinic, 2021).

Complicaciones frente a las crisis epilépticas generalizadas

La epilepsia generalizada o crisis generalizada puede llevar consigo diversas complicaciones que representan riesgos tanto para la persona afectada como para otras personas a su alrededor. Estas complicaciones pueden incluir:

  • Caídas: Durante una convulsión, existe el riesgo de sufrir una caída, lo que puede resultar en lesiones en la cabeza o fracturas óseas. La falta de control muscular y la pérdida de consciencia durante una convulsión pueden aumentar el peligro de lesiones físicas.
  • Ahogamiento: Las personas con epilepsia tienen una mayor probabilidad de ahogarse mientras nadan o se bañan, en comparación con la población general. La posibilidad de experimentar una convulsión mientras se está en el agua puede conducir a situaciones de riesgo.
  • Accidentes automovilísticos: Si una convulsión provoca la pérdida de consciencia o el control durante la conducción de un automóvil u operación de maquinaria, puede representar un peligro para la persona afectada y para otros en la vía pública.
  • Complicaciones en el embarazo: Las convulsiones durante el embarazo pueden ser peligrosas tanto para la madre como para el bebé. Además, algunos medicamentos antiepilépticos aumentan el riesgo de defectos congénitos.

(Mayo Clinic, 2021).

Efectos psicológicos de la epilepsia generalizada o crisis generalizada

La epilepsia generalizada no solo afecta el aspecto físico, sino que también puede tener un impacto significativo en la salud emocional y mental de las personas que la padecen. Algunos de los efectos psicológicos que pueden surgir debido a la epilepsia generalizada incluyen:

  • Depresión: Las personas con epilepsia tienen una mayor propensión a experimentar depresión. La carga emocional de vivir con una condición crónica, las preocupaciones relacionadas con las convulsiones, y los efectos secundarios de los medicamentos antiepilépticos pueden contribuir al desarrollo de la depresión.
  • Ansiedad: La incertidumbre y el miedo a tener convulsiones, la preocupación por la seguridad y las restricciones impuestas por esta condición pueden generar niveles elevados de ansiedad.
  • Pensamientos y conductas suicidas: Existe un mayor riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas en las personas con epilepsia. Las dificultades emocionales, el estrés y los desafíos asociados con esta condición pueden desencadenar sentimientos de desesperanza y desesperación.

(Díaz et al., 2022).

Es importante destacar que estos problemas psicológicos no solo se relacionan con las convulsiones en sí mismas; sino que también pueden ser resultado de factores como el estrés familiar, la limitación de las actividades diarias, la falta de autoestima y el estigma social asociado al diagnóstico de epilepsia.

Además de estos efectos psicológicos, las personas con epilepsia generalizada también pueden experimentar dificultades adicionales, como trastornos del sueño, de conducta o somáticos y problemas de aprendizaje en el caso de los niños. Estos síntomas no solo afectan al individuo, sino que también pueden tener un impacto en el bienestar de los cuidadores y la familia.

Es importante destacar que la mayoría de las personas afectadas por la epilepsia pueden llevar una vida laboral normal. Sin embargo, pueden enfrentar dificultades para encontrar empleo estable debido al estigma asociado con la condición.

Tratamiento de la epilepsia generalizada o crisis generalizada

El tratamiento de la epilepsia generalizada se basa en encontrar un equilibrio entre evitar los factores desencadenantes y el uso adecuado de fármacos antiepilépticos. Además, el estilo de vida juega un papel crucial en el tratamiento, incluyendo recomendaciones para evitar desencadenantes comunes y enfatizar la importancia de la adherencia a la medicación (Caldera, Burneo, 2018).

Es importante señalar que alrededor del 70% al 80% de los casos convulsivos pueden ser controlados exitosamente con monoterapia; es decir, el uso de un solo medicamento antiepiléptico. Por otro lado, aproximadamente del 10 al 15% de los casos requieren terapia combinada, que consiste en el uso de múltiples medicamentos antiepilépticos. Sin embargo, alrededor del 10% de los casos no pueden ser controlados únicamente con terapia farmacológica (Aguirre, De León, 2019).

Cuando el control de las convulsiones no se logra con medicamentos, se considera una evaluación quirúrgica. Si no se identifica un foco específico y la epilepsia es generalizada, las opciones quirúrgicas más comunes son la estimulación del nervio vago o la callosotomía (Aguirre, De León, 2019; Mayo Clinic, 2021).

El enfoque farmacológico para el tratamiento de la epilepsia generalizada implica diferentes estrategias según los mecanismos involucrados en la generación y propagación de las convulsiones.

Es importante tener en cuenta que la estrategia farmacológica debe adaptarse a diferentes componentes, como el tipo de convulsiones, el perfil del fármaco en términos de efectos secundarios y posibles interacciones, y las características individuales del paciente, como edad, comorbilidades y estilo de vida.

Precauciones frente a la epilepsia generalizada

Finalmente, es necesario destacar que las crisis generalizadas o epilepsia generalizada es una condición que requiere precauciones y cuidados especiales para mantener el control de las convulsiones y mejorar la calidad de vida. Algunas medidas importantes a tener en cuenta incluyen:

  • Tomar los medicamentos correctamente y consultar al médico antes de realizar cambios en la dosis.
  • Priorizar el sueño adecuado para evitar desencadenantes de convulsiones.
  • Utilizar un brazalete de alerta médica para que el personal de emergencias esté al tanto de la condición y pueda proporcionar el tratamiento adecuado.
  • Practicar una rutina de ejercicio regular para mantenerse físicamente saludable y reducir la depresión, siempre teniendo en cuenta el descanso y la hidratación adecuada.
  • Adoptar decisiones saludables en el estilo de vida, como controlar el estrés, limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaco.

Además, es importante desarrollar estrategias de afrontamiento y buscar apoyo para lidiar con las convulsiones y sus efectos en la vida diaria. Algunas recomendaciones en este sentido incluyen:

  • Informarse y educar a amigos y familiares sobre la epilepsia para fomentar la comprensión y el apoyo.
  • Mantener la independencia en la medida de lo posible, continuar con el trabajo si es factible y explorar opciones de transporte público en caso de no poder conducir.
  • Buscar un médico en el que se confíe y se sienta cómodo.
  • Evitar preocuparse constantemente por las convulsiones y buscar técnicas de manejo del estrés.
  • Buscar grupos de apoyo de epilepsia para conectarse con personas que comprendan las experiencias y brinden apoyo emocional.

(Mayo Clinic, 2021).

De esta manera, al tomar precauciones y contar con estrategias de afrontamiento adecuadas, será posible que las personas que padezcan esta condición puedan tener una vida plena y activa, a pesar de los inconvenientes que la epilepsia generalizada pueda significar.

Referencias:

  • Aguirre, L., De León, A. (2019). Perspectivas en el abordaje farmacológico de la Epilepsia: una revisión extensa de la farmacoterapia. Revista Ecuatoriana de Neurología, volumen (28), número (3). senescyt.gob.ec
  • Caldera, D., Burneo, J. (2018). Epilepsia mioclónica juvenil. Revista de Neuro-psiquiatría, volumen (81), número (4). org.pe
  • Díaz, E., González, B., Guerrero, R., Losada, R., Rodrigo, M., Serratosa, J., Soto, V. (2022). Afrontando la Epilepsia. Enfoque Editorial S.C. apiceepilepsia.org
  • Hampel, K., Garcés, M., Gómez, A., Palanca, M., Villanueva, V. (2019). Desafíos diagnósticos en epilepsia. Revista de Neurología, volumen (68), número (6). sncpharma.com
  • López, M., Rocha, L., Miquel, M., Hernández, M., Toledo, R., Coria, G., García, L., Pérez, C., Aranda, G., Manzo, J. (2009). Conceptos básicos de la epilepsia. Revista Médica de la Universidad Veracruzana, volumen (9), número (2).medigraphic.com4
  • Mayo Clinic (2021). Epilepsia. MayoClinic.org.mayoclinic.org
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.