El sonambulismo es un fenómeno que ha cautivado la curiosidad humana durante siglos. Este trastorno de la activación se caracteriza por la realización de actividades motoras complejas durante el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM). Es relativamente común y, en la mayoría de los casos, inofensivo. Si bien muchas personas que padecen sonambulismo no requieren tratamiento específico, esta condición está relacionada con otros trastornos que pueden ocasionar manifestaciones como fatiga diurna o problemas conductuales y emocionales; las cuales pueden requerir intervención médica especializada (Stallman, 2017).
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¿Qué es el sonambulismo?
El sonambulismo es una alteración del sueño que se caracteriza por la actividad motora y la conducta deambulatoria durante el sueño. Es más frecuente en menores que en adultos y muchos casos se superan antes de los diez años. Por lo general, los incidentes aislados de sonambulismo no indican ningún problema grave ni requieren tratamiento. Sin embargo, cuando el sonambulismo se vuelve recurrente, puede sugerir la presencia de un trastorno del sueño subyacente que aún no ha sido diagnosticado (Mayo Clinic, 2021).
Este trastorno se enmarca dentro de las parasomnias del tipo alteraciones del despertar, que se atribuyen a una anomalía constitucional del proceso de despertar conocida como ‘despertar parcial’. En este estado disociado, la persona exhibe conductas complejas sin ser consciente de ello, debido a la incapacidad de retomar el sueño o despertar por completo. Es como si el cuerpo despertara mientras el cerebro aún sigue dormido, lo que desencadena una conducta automática sin consciencia ni memoria del evento (Pareja, 2019).
El sonambulismo está vinculado a la activación del sueño NREM y puede manifestarse con diferentes grados de complejidad. Por lo general, se inicia durante el sueño de ondas lentas, típicamente en el primer tercio de la noche. Se considera un ‘trastorno de activación’ debido a la excitación autonómica y motora que lleva al paciente a una vigilia incompleta y a la fragmentación del sueño NREM (López, Sainos, 2020).
La prevalencia del sonambulismo es difícil de determinar debido a las limitaciones metodológicas para identificar y medir adecuadamente este trastorno. Dado que los episodios ocurren durante la noche y suelen carecer de recuerdo consciente, se depende en gran medida de la descripción retrospectiva del individuo o de sus compañeros de habitación. Además, puede haber diferencias en la interpretación subjetiva de la conducta (Pareja, 2019).
Manifestaciones del sonambulismo
El sonambulismo se caracteriza por una serie de manifestaciones conductuales, cognitivas, perceptuales y neurofisiológicas que ocurren durante los episodios. En general, los episodios de sonambulismo suelen presentarse temprano durante la noche, aproximadamente una o dos horas después de conciliar el sueño. Además, es poco común que ocurran durante una siesta. La frecuencia de los episodios puede variar, desde ser poco frecuentes hasta ser más recurrentes, y su duración suele ser de varios minutos, aunque en algunos casos puede extenderse por un período más largo (Mayo Clinic, 2021).
Manifestaciones conductuales del sonambulismo
Las personas que sufren de sonambulismo pueden presentar las siguientes manifestaciones conductuales:
- Abandonar la cama y comenzar a caminar de manera automática y sin un propósito claro.
- Sentarse en la cama y abrir los ojos, pero sin responder o comunicarse con los demás.
- Mirada perdida y ojos vidriosos.
- Comportamiento motor congruente con el sueño, que puede ser simple o complejo.
- Dificultad para despertarse durante un episodio.
- Pueden manifestarse distintas formas de comunicación verbal, como murmurar, vocalizar, gritar o hablar, aunque la comunicación suele ser inútil o limitada.
- En algunos casos, las y los sonámbulos pueden llevar a cabo acciones como llevar objetos de un lugar a otro y reorganizar muebles sin estar conscientes de lo que están haciendo.
- Las y los sonámbulos pueden regresar espontáneamente a la cama o eventualmente acostarse para dormir en otro lugar.
De manera mucho menos frecuente:
- En situaciones más extremas, las personas que sufren de sonambulismo pueden salir de su hogar durante un episodio, incluso llegando a saltar por ventanas en su estado de confusión.
- En casos excepcionales, se han reportado episodios de sonambulismo en los que la persona afectada llega a conducir un automóvil sin tener consciencia de sus acciones.
- Realización de actividades como cocinar y comer sin estar plenamente conscientes de su comportamiento.
- En casos muy raros, se ha observado que las personas que padecen sonambulismo pueden tener comportamientos sexuales inapropiados durante los episodios, sin ser conscientes de ello.
(Pareja, 2019; López, Sainos, 2020; Mayo Clinic, 2021).
Durante los episodios, los ojos del sonámbulo están abiertos, pero su expresión facial es de confusión (López, Sainos, 2020).
Manifestaciones cognitivas y perceptuales del sonambulismo
El sonambulismo se caracteriza por diversas manifestaciones cognitivas y perceptuales que contribuyen a la experiencia y comportamiento de los individuos durante los episodios. Estas manifestaciones incluyen:
- Durante el sonambulismo, las personas pueden experimentar una percepción distorsionada o incorrecta del entorno que las rodea. Esto puede llevar a una falta de respuesta adecuada a estímulos externos, lo que significa que no reaccionan o interactúan de manera adecuada con su entorno.
- Las y los sonámbulos suelen experimentar un estado de confusión mental durante los episodios. Pueden tener dificultades para comprender su situación o tomar decisiones coherentes debido a la desconexión entre el sueño y la vigilia.
- Es común que las y los individuos muestren agitación y una sensación de amenaza. Pueden tener una respuesta exagerada o inapropiada a estímulos o situaciones que los rodean, lo que refleja su estado alterado de conciencia.
- Durante los episodios de sonambulismo, se observa un deterioro en las habilidades cognitivas superiores, como el juicio, la planificación y la resolución de problemas. Las y los sonámbulos pueden tomar decisiones irracionales o realizar acciones que no serían típicas en un estado de vigilia normal.
- Después de un episodio de sonambulismo, es frecuente que los individuos no recuerden el evento por la mañana. Pueden experimentar una falta de memoria o tener solo recuerdos fragmentarios del episodio, lo que contribuye a la sensación de desconexión entre el sueño y la vigilia.
- Durante el sonambulismo, algunas personas pueden exhibir analgesia, lo que significa que no experimentan dolor de manera normal. Como resultado, es posible que no se den cuenta de las lesiones que puedan ocurrir durante los episodios hasta que se despierten.
(Stallman, 2017; Mayo Clinic, 2021).
Manifestaciones neurofisiológicas del sonambulismo
Un estudio realizado en adultos con sonambulismo o terrores nocturnos, identificó tres patrones electroencefalográficos característicos en los primeros 10 segundos posteriores al “arousal”.
- Actividad difusa y rítmica delta: se caracteriza por una actividad prominente y rítmica en las regiones anteriores bilaterales del cerebro.
- Actividad difusa e irregular delta y theta entremezclada con actividad alfa y beta: esta mezcla de frecuencias refleja una actividad cerebral anómala durante el estado de sonambulismo.
- Prominente actividad alfa y beta: la actividad alfa está asociada con un estado de relajación, mientras que la actividad beta está relacionada con una mayor activación cortical.
(López, Sainos, 2020).
Por otro lado, las video-polisomnografías realizadas en pacientes con sonambulismo revelan alteraciones en la arquitectura del sueño. Se observa una incapacidad para mantener un sueño de ondas lentas estable y consolidado. El sueño de ondas lentas muestra una distribución inusual a lo largo de los ciclos de sueño, con anomalías en el patrón cíclico alternante, que es un marcador de la inestabilidad del sueño NREM. Además, se observa una acumulación irregular de actividad de onda lenta y un elevado número de despertares espontáneos con activación electroencefalográfica, incluso en las noches sin episodios de sonambulismo (López, Sainos, 2020).
Además de los cambios en la actividad cerebral, se han encontrado patrones de disminución regional de la perfusión cerebral en áreas como la región frontal, parietal, corteza prefrontal dorsolateral e ínsula en pacientes con sonambulismo. Estos hallazgos podrían explicar las alteraciones de conducta características del sonambulismo, como la percepción errónea de estímulos externos, la falta de juicio y la autopercepción alterada (López, Sainos, 2020).
Causas del sonambulismo
El sonambulismo puede tener múltiples causas, por lo que cada persona puede experimentar diferentes desencadenantes. La comprensión de las causas subyacentes puede ayudar en la gestión y prevención de los episodios de sonambulismo.
Algunos de los factores relacionados con el sonambulismo más comunes son:
- La falta de sueño adecuado y la privación crónica del mismo.
- Situaciones estresantes y emocionales.
- La fiebre alta, especialmente en niños y niñas.
- Cambios repentinos en los patrones de sueño, como cambios en los horarios de sueño debido a viajes, o interrupciones frecuentes del sueño.
- Los trastornos respiratorios del sueño, como la apnea obstructiva del sueño, pueden estar asociados con el sonambulismo.
- Algunos fármacos, como hipnóticos, sedantes y ciertos medicamentos psiquiátricos.
- Desórdenes psiquiátricos y neurológicos como el síndrome de Tourette y la migraña
- El consumo de alcohol u otras sustancias puede desencadenar episodios de sonambulismo.
- Síndrome de piernas inquietas.
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico.
- La tipificación de HLA-DQB1 en sonámbulos y sus familias sugiere que el sonambulismo puede estar asociado con una transmisión excesiva de los alelos HLA-DQB1-*05 y *04, lo que indica una posible influencia genética en el trastorno.
- El sonambulismo es más común en niños y tiende a disminuir en la adultez. Sin embargo, en algunos casos, el sonambulismo puede persistir en la edad adulta y estar asociado con otras enfermedades preexistentes.
- El síndrome premenstrual puede estar asociado con un mayor riesgo de sonambulismo, aunque es notable que este trastorno tiende a disminuir durante el embarazo, especialmente en mujeres primerizas.
- Algunas enfermedades como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Graves.
(López, Sainos, 2020; Mayo Clinic, 2021).
Trastornos asociados al sonambulismo
El sonambulismo, además de ser un trastorno en sí mismo, se ha asociado con diversos problemas del sueño y condiciones relacionadas. Estos trastornos y problemas incluyen:
- Despertares bruscos durante la noche, en los que la persona puede sentirse desorientada o confundida.
- Problemas de movimiento rítmico, como sacudir las piernas o balancear el cuerpo.
- Trastornos respiratorios durante el sueño, como la apnea obstructiva del sueño. Estos trastornos pueden afectar la calidad del sueño y contribuir a la aparición del sonambulismo.
- Terrores nocturnos. Otro trastorno del sueño relacionado que se caracteriza por despertares bruscos, acompañados de miedo intenso y comportamiento de escape o lucha.
- El sonambulismo también puede estar asociado con somniloquia, que es hablar o vocalizar durante el sueño. Estos episodios de hablar dormido pueden ocurrir tanto durante el sonambulismo como en otros momentos del sueño.
- Bruxismo, que es el rechinar o apretar los dientes durante el sueño. Ambos trastornos pueden estar relacionados con la actividad motora durante la fase de sueño profundo.
(Stallman, 2017; López, Sainos, 2020).
Además de estos trastornos del sueño, el sonambulismo también se ha relacionado con el cansancio diurno y problemas conductuales y emocionales, especialmente en menores. Sin embargo, se ha descubierto que estos problemas diurnos son mejor explicados por trastornos del sueño comórbidos que por el sonambulismo en sí mismo. Por lo tanto, es importante realizar una evaluación exhaustiva de otros trastornos del sueño en casos de sonambulismo con síntomas diurnos y problemas adicionales (Stallman, 2017).
Tratamiento del sonambulismo
En la mayoría de los casos de sonambulismo ocasional, no se requiere un tratamiento específico, ya que esta condición tiende a desaparecer en la adolescencia. Sin embargo, si el sonambulismo provoca lesiones, perturbaciones en la vida familiar o interrupción del sueño para la persona afectada, puede ser necesario buscar tratamiento. A continuación, se presentan algunas medidas a considerar:
- Cuando el sonambulismo está relacionado con la privación del sueño, un trastorno del sueño o una enfermedad preexistente, es importante abordar y tratar adecuadamente esa condición.
- Si se sospecha que el sonambulismo es causado por el consumo de ciertos medicamentos, puede ser necesario ajustar o cambiar la medicación bajo la supervisión de un profesional de la salud.
- Despertar anticipado. Esta estrategia implica despertar al sonámbulo aproximadamente 15 minutos antes de la hora en que suele ocurrir el sonambulismo. Luego, se mantiene despierto por unos minutos antes de volver a dormir. Esto puede interrumpir el ciclo de sueño en el que ocurre el sonambulismo.
- En algunos casos, se pueden recetar medicamentos como benzodiacepinas o ciertos antidepresivos para ayudar a controlar el sonambulismo. Estos medicamentos deben ser prescritos y supervisados por un médico.
- Un profesional de la salud mental puede brindar terapia o asesoramiento para mejorar la calidad del sueño, reducir el estrés y enseñar técnicas de relajación. También pueden trabajar en la identificación y manejo de posibles desencadenantes emocionales o conductuales del sonambulismo.
(Mayo Clinic, 2021).
Es importante tener en cuenta que no existen tratamientos específicos respaldados por ensayos clínicos para el sonambulismo. Sin embargo, se han propuesto enfoques de bajo riesgo. Por otro lado, la seguridad es primordial, por lo que se recomienda tomar medidas preventivas como bloquear puertas y ventanas externas, eliminar objetos que puedan romperse y evitar encerrar a los sonámbulos en sus habitaciones (López, Sainos, 2020).
Manifestaciones del sonambulismo en adultos
El sonambulismo en adultos presenta manifestaciones distintas a las observadas en los niños. A diferencia de los sonámbulos infantiles, muchas y muchos adultos sonámbulos tienen la capacidad de recordar elementos específicos de los episodios de sonambulismo, así como los ensueños asociados a ellos. Esta diferencia se destaca claramente, ya que los niños suelen presentar una amnesia completa del episodio y del contenido de la ensoñación que lo desencadenó (Pareja, 2019).
Por otro lado, el sonambulismo en adultos también puede manifestarse de manera más peligrosa y potencialmente violenta. En algunos casos extraordinarios, las y los adultos sonámbulos pueden exhibir comportamientos agresivos y violentos durante los episodios, lo que puede resultar en lesiones tanto para ellas o ellos mismos, como para las personas que los rodean (Pareja, 2019).
Considerando lo anterior, es importante reconocer que el sonambulismo en adultos puede presentar manifestaciones más complejas que en los niños. Por lo tanto, se deben tomar precauciones adicionales para garantizar la seguridad de los adultos sonámbulos y su entorno, implementando medidas de seguridad.
Precauciones ante las manifestaciones del sonambulismo
Es posible considerar ciertas precauciones y medidas de seguridad cuando se padece sonambulismo. A continuación, se presentan algunas de ellas:
- Si el sonambulismo ha provocado lesiones o existe riesgo de que ocurran, es importante tomar precauciones como cerrar y asegurar todas las ventanas y puertas exteriores antes de dormir; trabar las puertas interiores o colocar alarmas o campanillas en ellas; bloquear las entradas o escaleras con una reja o puerta de seguridad; o cerciorarse de que no haya cables eléctricos u otros objetos que puedan causar tropiezos.
- No es necesario despertar a la o el sonámbulo. Se recomienda acompañar a la persona suavemente hasta su cama sin agitarla o confundirla, ya que podría desorientarse si se despierta de repente.
- La fatiga puede contribuir al sonambulismo. Ante el cansancio, es pertinente acostarse más temprano, establecer un horario regular para dormir o tomar una siesta corta.
- Crear una rutina tranquila y relajante antes de ir a dormir. Realiza actividades calmantes como leer libros, resolver rompecabezas o tomar un baño tibio.
- Identificar los factores estresantes y buscar formas de manejarlos.
- Llevar un registro por varias noches del tiempo que transcurre desde la hora de acostarse hasta que ocurre un episodio de sonambulismo. Si se encuentra un patrón consistente, esta información puede ser útil para despertarse antes del episodio.
- Evitar el consumo de alcohol.
(Mayo Clinic, 2021).
Es importante señalar que estas son solo sugerencias generales, por lo que es recomendable consultar con un médico o especialista en trastornos del sueño para obtener una evaluación y recomendaciones específicas en función de la situación individual en cada caso.
Referencias:
- López, A., Sainos, C. (2020). Parasomnias del sueño de ondas lentas, trastornos de activación. Manual de trastornos del sueño. Universidad Nacional Autónoma de México, Secretaría de Desarrollo Institucional. cloudfront.net
- Mayo Clinic (2021). Sonambulismo. MayoClinic.org. mayoclinic.org
- Pareja, J. (2019). Semiología onírica del sonambulismo: implicaciones patogénicas y clínicas. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina. ucm.es
- Stallman, H. (2017). Assessment and treatment of sleepwalking in clinical practice. Australian Family Physician, volumen (46), número (8). racgp.org.au
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