El determinismo en psicología

Al plantear que todo evento está sujeto a leyes causales, el determinismo es inherente al desarrollo de la psicología como ciencia.

La discusión sobre si las acciones humanas son el resultado de la libre voluntad de las personas o están inexorablemente determinadas por una red de influencias, ya sean del entorno físico, social, genético o neurobiológico, ha ocupado las mentes de innumerables pensadores y pensadoras a lo largo de los siglos. En este contexto, es posible afirmar que el determinismo tiene una influencia indiscutible en el nacimiento y desarrollo de la psicología; misma que se extiende desde las disertaciones filosóficas que dan lugar a su base teórica, hasta los fundamentos que sustentan esta disciplina como una ciencia.

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A continuación, exploraremos la conexión que existe entre el determinismo y la psicología, analizando cómo este enfoque filosófico ha sido crucial para consolidar el estudio de la conducta como una ciencia rigurosa y sistemática.

¿Qué es el determinismo?

El determinismo, como postura filosófica formal, nace como una teoría que postula que el estado del mundo, en cualquier momento dado, determina de manera única un futuro posible. Inspirada por el éxito de Newton al integrar nuestro conocimiento físico del mundo, esta doctrina fue avanzada por Laplace en los primeros años del siglo XIX. En esencia, esta acepción del determinismo sostiene que, si conocemos la posición de todos los objetos y las fuerzas naturales presentes en cada momento, seríamos capaces de prever con absoluta precisión el estado futuro del mundo (Audi, 2004).

No obstante, la evolución del pensamiento determinista contemporáneo ha desafiado la idea de que la física newtoniana sea la teoría suprema. La incertidumbre ha reemplazado la certeza, y algunos autores y autoras dudan de la posibilidad de integrar todas las teorías existentes en una única visión unificada. Además, las y los deterministas actuales no aceptan la premisa de que, para cada fenómeno, no importa cuán precisamente sea descrito, exista una teoría o sistema de leyes que garantice la predicción exacta de dicho fenómeno a partir del conocimiento preciso del estado anterior del sistema.

De esta manera, la expresión determinismo ha trascendido su asociación original con la física newtoniana adquiriendo nuevos significados. En un sentido más general, se emplea ahora para denominar cualquier doctrina metafísica que sugiere que hay una única historia posible para el mundo. Por otro lado, desde la perspectiva de la filosofía de la ciencia, el determinismo se erige como una postura que busca desentrañar las relaciones de dependencia entre todos los acontecimientos del mundo. No obstante, esta noción ha experimentado una transformación a lo largo del tiempo, evolucionando desde la certeza absoluta hasta coexistir con la incertidumbre inherente a las complejidades del conocimiento contemporáneo (Matsumoto, 2009; Strapasson, Dittrich, 2011).

El determinismo en la ciencia

El determinismo científico, como corriente de pensamiento, se distingue por sus postulados fundamentales, los cuales han sido formulados de diversas maneras a lo largo del tiempo. En esencia, esta postura parte de tres proposiciones centrales:

  • Causa Suficiente: De acuerdo con esta perspectiva, todo fenómeno tiene una causa suficiente que lo precede. Esta premisa sugiere que cada evento en el universo no es simplemente un acto aislado, sino que está vinculado a condiciones y fuerzas antecedentes que lo determinan de manera ineludible.
  • Un único futuro posible: En cualquier momento dado y considerando el pasado, solo existe un futuro posible. Este principio implica que, si se conocen todas las circunstancias anteriores y las leyes de la naturaleza, el curso de los acontecimientos está predeterminado y no existe margen para la variabilidad.
  • Predicción absoluta: La clave del determinismo científico radica en la capacidad de predicción. Afirmar que, con el conocimiento de todas las circunstancias antecedentes y las leyes de la naturaleza, un agente podría prever, en cualquier momento dado, la historia subsiguiente del universo. Esto implica una visión determinista que niega la existencia del azar, aunque reconoce que nuestra ignorancia sobre las leyes de la naturaleza o las condiciones antecedentes relevantes puede dar la impresión de que ciertos eventos son impredecibles, creando la ilusión de que ocurren casualmente.

(Audi, 2004).

El determinismo científico se fundamenta en un hecho general acerca del orden natural: su gobernación por leyes universales. Este enfoque ha sido crucial para el desarrollo de las ciencias, ya que proporciona una base conceptual que busca explicar y prever fenómenos a través de principios reguladores. Así, el determinismo científico se erige como un pilar sobre el cual se construye el conocimiento científico, estableciendo una conexión intrínseca entre la comprensión de las leyes naturales y el progreso científico.

Las diversas caras del determinismo en psicología

En el ámbito de la psicología, el determinismo ha adoptado diversas formas a lo largo de su desarrollo como disciplina científica. Entre estas corrientes y teorías psicológicas, se destacan varias manifestaciones que buscan explicar la conducta y los fenómenos cognitivos desde distintos ángulos.

Por ejemplo, el determinismo psíquico proclama que todo comportamiento, pensamiento y emoción poseen algún significado o razón, a menudo de manera inconsciente, postulando que muy pocos actos en la vida humana son el resultado de decisiones conscientes o racionales.

En contraste, la teoría del determinismo recíproco destaca la interacción constante entre el comportamiento de una persona, sus características personales internas y el entorno externo. Este concepto implica un ciclo ininterrumpido en el que la personalidad y percepciones de una persona, su comportamiento y su entorno se influyen mutuamente.

Por otro lado, la teoría del aprendizaje social explora cómo el entorno social afecta el comportamiento de una o un individuo y cómo, a su vez, las personas influyen en su entorno. Esta perspectiva destaca las interacciones continuas y cambiantes entre individuo y sociedad, reconociendo la mutua influencia a lo largo del tiempo (Matsumoto, 2009).

En otra vertiente, el determinismo biológico propone explicar el comportamiento individual y las estructuras sociales desde una perspectiva biológica, especialmente a través de la acción de los genes. Aunque las concepciones biologicistas contemporáneas reconocen la dinámica interactiva entre genes y condiciones ambientales, destacan la importancia de la epigenética y la genética molecular para comprender cómo factores externos pueden modular la expresión genética (Pedrol, 2015).

En conjunto, estas teorías psicológicas, aunque diversas en enfoques y énfasis, comparten una inclinación hacia el determinismo en su acepción más simple.

Determinismo o libertad

El determinismo, como doctrina universal, abarca todas las acciones y elecciones humanas. Sin embargo, su implicación directa es la aparente contradicción con la existencia del libre albedrío. Si todas las acciones están predefinidas por factores antecedentes, surge la pregunta de si la libertad es más que una ilusión, ya que las elecciones se convierten en consecuencias inevitables de circunstancias previas, incluso después de una deliberación consciente.

El término ‘libre albedrío’ se convierte en un campo de disputa, debatiéndose si la libertad se atribuye a la voluntad, la persona, las acciones, las elecciones o las deliberaciones. En la perspectiva del determinismo, cada suceso futuro parece fijo y único, sin posibilidad de desarrollos alternativos. Se plantea así el dilema central de si los seres humanos son genuinamente libres en sus acciones o si están determinados por fenómenos externos más allá de su control (Audi, 2009; Jatuff, 2023).

En última instancia, el enfrentamiento entre determinismo y libertad plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la acción humana, la responsabilidad moral y la posibilidad de elección auténtica. Ante estos dilemas, numerosos filósofos y psicólogos han explorado estas cuestiones a lo largo del tiempo, ofreciendo diversas perspectivas que desafían y enriquecen nuestra comprensión de la compleja relación entre la determinación y la libertad en la experiencia humana (Strapasson, Dittrich, 2011).

Determinismo y libertad

Las interpretaciones de ‘libre’ varían, pero la mayoría converge en dos elementos fundamentales: la libertad exige la ausencia de determinación o ciertos tipos específicos de determinación, y uno elige libremente, solo si la tarea es, por así decirlo, por su propia voluntad. A partir de aquí, las concepciones difieren. Algunos abogan por la libertad entre indiferentes, destacando la posibilidad de cursos alternativos de acción. Otros se centran en la libertad de la espontaneidad, vinculando la libertad con ‘hacer lo que uno quiere’. La autonomía también se presenta como una concepción de la libertad, donde la elección es autodeterminada por el carácter, la identidad personal, valores elevados o información (Audi, 2004).

El enfrentamiento se intensifica cuando se considera el problema de la contingencia en la libertad práctica. El incompatibilismo sostiene que el determinismo obstaculiza la libertad, pero hay divergencias sobre si todo está determinado. Los deterministas fuertes niegan la existencia de la libertad, asociando la conducta con factores contextuales y genéticos. En el extremo opuesto, el anarquismo metafísico argumenta que las personas son libres y responsables, desafiando la idea de un futuro determinado. Este debate lleva a la paradoja: si todo está determinado por factores más allá del control, entonces los actos, elecciones y carácter quedan también fuera de ese control.

Ante este dilema, el compatibilismo emerge como una respuesta que busca conciliar la libertad con el determinismo. Así, aquellos que aceptan el determinismo abogan por el ‘determinismo débil’, argumentando que la libertad y la responsabilidad son consistentes con condiciones determinadas. Este enfoque refleja la idea de que, aunque todo esté determinado, las personas aún pueden actuar de acuerdo con sus deseos, valores o control. Sin embargo, algunos críticos señalan que, si todo está determinado por factores externos, la libertad y la responsabilidad se ven comprometidas (Audi, 2009).

El determinismo es inherente a la psicología

La concepción del determinismo juega un papel crucial en la fundamentación de la psicología como disciplina científica y profesión efectiva. Las y los partidarios del enfoque determinista argumentan que, al alejarse de esta perspectiva, el psicólogo impone limitaciones innecesarias al desarrollo de la psicología como ciencia y profesión (Strapasson, Dittrich, 2011).

En términos generales, el determinismo postula que todos los eventos del mundo están interrelacionados y dependen de otros eventos. Aplicado a la psicología, esto implica que todos los comportamientos, elecciones, acciones, pensamientos, voluntades y deseos humanos están condicionados por otros eventos. No obstante, aceptar el determinismo no implica necesariamente conocer todos los determinantes de una conducta, ya que la falta de conocimiento no invalida su existencia.

La psicología, como ciencia, busca describir y explicar eventos psicológicos, lo cual implica identificar sus determinantes. Si se abandonara el determinismo y se aceptara una porción significativa de comportamiento humano como indeterminada, la ciencia psicológica perdería su viabilidad, ya que no podría cumplir con su función fundamental de explicar ‘por qué’ las personas se comportan de cierta manera (Strapasson, Dittrich, 2011).

En el ámbito profesional de la psicología, el determinismo también es crucial. La intervención psicológica tiene sentido solo si se entiende que el psicólogo o psicóloga es una fuerza que puede influir y determinar la conducta humana. Por ejemplo, la práctica clínica carecería de sentido si estos profesionales consideraran que su trabajo no afectaría el comportamiento de sus clientes.

Aunque se podrían plantear versiones moderadas del indeterminismo, sugiriendo que ciertos aspectos del comportamiento son libres hasta cierto punto, esto plantea un problema insuperable. No se puede determinar con certeza cuándo la conducta es libre, lo que limita la capacidad del psicólogo para comprender y modificar la conducta de manera efectiva (Strapasson, Dittrich, 2011).

El determinismo científico y la psicología

Es innegable que el determinismo científico ha desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de la psicología como ciencia. Esta perspectiva se basa en la idea de que el orden natural está regido por leyes universales, lo que implica que los fenómenos en el mundo, incluido el comportamiento humano, están sujetos a causas y condiciones específicas que los determinan de manera predecible.

Como ya se ha comentado, desde la óptica del determinismo científico, cada evento tiene una causa suficiente, y en cualquier momento dado, considerando el pasado, solo existe un futuro posible. De esta manera, con el conocimiento completo de todas las circunstancias antecedentes y las leyes de la naturaleza, sería teóricamente posible predecir con precisión la evolución futura del universo (Audi, 2004).

La relación entre el determinismo científico y la psicología se evidencia en el intento de la disciplina por comprender y explicar el comportamiento humano a través de la identificación de sus determinantes. Las y los psicólogos, al adoptar una postura determinista, buscan descubrir las causas y condiciones que subyacen a los procesos mentales y conductuales. Este enfoque implica la creencia de que, incluso cuando los eventos psicológicos pueden parecer complejos y, a veces, impredecibles, existe una red subyacente de factores que los determinan de manera sistemática.

La negación del azar por parte de los deterministas también influye en la manera en que los psicólogos y psicólogas abordan la variabilidad en el comportamiento. Aunque es posible reconocer que la aparente aleatoriedad puede deberse a nuestra ignorancia de ciertos factores, la esencia misma del determinismo sugiere que, en última instancia, todos los comportamientos están atados a causas específicas y predecibles.

El determinismo no es fatalismo

La confusión conceptual entre determinismo y fatalismo a menudo genera argumentos en contra del determinismo, basados en la supuesta inconsistencia de atribuir responsabilidad a las y los seres humanos si todo está determinado. Se argumenta que, si los determinantes del comportamiento residen en otros acontecimientos del mundo, no sería apropiado responsabilizar a un individuo por sus acciones. Sin embargo, esta crítica revela una confusión entre determinismo y fatalismo.

El fatalismo, contrario al determinismo, postula que, aunque todo está causado, los seres humanos no desempeñan ningún papel en cambiar o influir en el curso de los acontecimientos. Esta perspectiva resulta claramente insostenible al observar la vida cotidiana, donde nuestras acciones influyen continuamente en el mundo que nos rodea (Strapasson, Dittrich, 2011).

Es crucial distinguir entre determinismo y fatalismo para comprender que adoptar el determinismo no implica negar la responsabilidad humana. Bajo el determinismo, una persona puede ser considerada responsable de sus acciones, entendiendo que la responsabilidad no denota necesariamente una acción libre, sino un punto de convergencia entre los determinantes individuales y ambientales. La cultura juega un papel determinante adicional, influyendo en la probabilidad de que dicha persona repita ciertos comportamientos. Así, la penalización y el reconocimiento se convierten en determinantes adicionales que afectan la conducta futura del individuo.

La decisión de castigar a alguien por una conducta inapropiada no cuestiona si su comportamiento fue determinado o no, sino que se centra en comprender qué determinó ese comportamiento y cómo intervenir de manera efectiva. En este contexto, la penalización y el reconocimiento se consideran factores determinantes que pueden influir en la conducta futura, justificando así la intervención (Strapasson, Dittrich, 2011). Es importante reconocer estas distinciones para evitar malentendidos sobre la relación entre determinismo, responsabilidad y acciones humanas en el ámbito de la psicología.

Ventajas de una psicología basada en el determinismo

La adopción de una postura determinista en psicología ofrece varias ventajas fundamentales que contribuyen al desarrollo y eficacia de la disciplina:

  • Fundamentación científica: El determinismo proporciona una base sólida y coherente para la investigación y la práctica psicológica. Al asumir que los fenómenos psicológicos están sujetos a leyes causales, la psicología puede seguir un enfoque científico al buscar entender y explicar el comportamiento humano.
  • Predicción y explicación: La asunción determinista permite a los psicólogos buscar patrones y relaciones causales en el comportamiento. Esto facilita la predicción de comportamientos futuros y la explicación de eventos pasados, proporcionando una guía valiosa tanto en la investigación como en la intervención psicológica.
  • Intervenciones efectivas: En el ámbito clínico y de intervención, el determinismo respalda la idea de que el comportamiento humano es modificable. Al comprender los determinantes subyacentes, las y los psicólogos pueden diseñar intervenciones más efectivas para cambiar comportamientos no deseados o promover el bienestar psicológico.
  • Responsabilidad y ética: Aunque se pueda argumentar que el determinismo plantea desafíos para la noción tradicional de responsabilidad, también brinda un marco ético claro. Al reconocer los determinantes del comportamiento, se pueden establecer medidas responsables y éticas en la intervención, considerando el impacto ambiental y personal en las acciones de las y los individuos.
  • Consistencia teórica: La adhesión al determinismo proporciona una consistencia teórica en la psicología. Permite la integración de diversas teorías y enfoques bajo la premisa común de que el comportamiento humano está sujeto a causas identificables, lo que fortalece la coherencia dentro de la disciplina.
  • Eficacia profesional: La psicología como profesión se beneficia al adoptar el determinismo, ya que brinda a las y los psicólogos herramientas conceptuales y metodológicas para abordar problemas y desafíos de manera efectiva.

Referencias:

  • Audi, R. (2004) Diccionario Akal de Filosofía. Ediciones Akal S. A.
  • Jatuff, J. (2023). Determinismo, psicología y moral en las fuentes de William James. Cuestiones de Filosofía, volumen (9), número (32), pp. 105-125. revistas.uptc.edu.co
  • Matsumoto, D. (Ed.) (2009). The Cambridge Dictionary of Psychology. Cambridge University Press. pbworks.com
  • Pedrol, R. (2015). Determinismo Biológico vs Determinismo Mediado en el Desarrollo Humano. Alternativas cubanas en Psicología, volumen (3), número (7). alfepsi.org
  • Strapasson, B., Dittrich, A. (2011). Notas sobre o determinismo: implicações para a psicologia como ciência e profissão. Avances en Psicología Contemporánea, volumen (29), número (2). scielo.org.co

Créditos imagen de portada: Foto de Oleksandr P

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.