Desensibilización sistemática: qué es, aplicaciones y limitaciones

La desensibilización sistemática es una herramienta terapéutica que ha demostrado su efectividad en el tratamiento de trastornos relacionados con la ansiedad.

La desensibilización sistemática (o DS) se destaca como la primera técnica de modificación de conducta creada específicamente para el tratamiento de trastornos psicológicos, y representa un modelo ejemplar en la evolución de las técnicas de atención clínica. Esta herramienta se caracteriza por su concreción estricta y protocolizada, y por su efectividad comprobada empíricamente por múltiples estudios; siendo bien recibida por profesionales y pacientes debido a su flexibilidad y sus sólidas bases teóricas (Barraca, 2014).

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La desensibilización sistemática se distingue por su capacidad para reducir la ansiedad a través de la relajación, la presentación gradual de estímulos y el aprendizaje de respuestas alternativas duraderas. Por tal motivo, esta herramienta ha sido aplicada con éxito en el tratamiento de distintos tipos de afecciones; especialmente, los trastornos fóbicos.

A continuación, abordaremos las características más importantes de la desensibilización sistemática, con el fin de comprender mejor la utilidad de esta valiosa herramienta terapéutica.

¿Qué es la desensibilización sistemática?

La desensibilización sistemática es una técnica de modificación de conducta desarrollada por el psiquiatra sudafricano Joseph Wolpe en los años cincuenta, destinada a reducir las respuestas de ansiedad condicionadas ante determinados estímulos. Este procedimiento se basa en principios de aprendizaje y condicionamiento y, en términos muy simples, busca reemplazar la respuesta de ansiedad con una respuesta de relajación (Barraca, 2014). Esta herramienta se basa en la idea de que existen determinados estímulos que generan, de forma automática, respuestas de ansiedad en las personas, y pretende que esos mismos estímulos provoquen, también de manera automática, respuestas incompatibles con la ansiedad. De esta forma, se impediría el desarrollo de la ansiedad y la puesta en marcha de la evitación (Labrador, 2011).

La desensibilización sistemática ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de diversas fobias, trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación, adicciones, trastornos somáticos, disfunciones sexuales y asma. Su éxito se debe a su base teórica consolidada y a la flexibilidad del procedimiento, lo cual la hace bien recibida por las y los pacientes.

Fases de la desensibilización sistemática

La eficacia de la desensibilización sistemática depende del correcto seguimiento de sus fases. En este sentido, el proceso se divide en cuatro pasos principales:

  • Aprendizaje de una técnica de relajación: Implica enseñar a la persona una técnica de relajación que proporcione un estado incompatible con la ansiedad. La elección de dicha técnica depende de la preferencia y efectividad para la persona en cuestión.
  • Elaboración de la jerarquía: Una vez que el o la paciente ha aprendido a relajarse, se procede a la elaboración de una jerarquía de estímulos vinculados a su fobia o temor. Esta lista se ordena en función del nivel de ansiedad que generan, desde los estímulos menos ansiógenos hasta los más intensos. Es crucial que esta jerarquía sea idiosincrásica, adaptada a las particularidades de cada paciente, incluso si la fobia es común.
  • Pruebas previas de calidad de la imaginación y respuesta emocional: Antes de iniciar la exposición gradual, es fundamental realizar una prueba de imaginación para asegurar que el o la paciente puede imaginar vívidamente las situaciones temidas, y experimentar una respuesta emocional ante estas imágenes. La prueba de imaginación permite ajustar el enfoque y garantizar la efectividad del procedimiento.
  • Aplicación de la secuencia de desensibilización sistemática: El proceso comienza con la persona en un estado de relajación, imaginándose en las escenas jerarquizadas de forma progresiva.Si durante la imaginación de una escena la persona experimenta ansiedad, se le indica que deje de imaginar y se enfoque nuevamente en la relajación. Después de un breve descanso, se repite la escena. Si la ansiedad persiste, se retrocede a la escena anterior que no generaba ansiedad y se vuelve a intentar. Este procedimiento asegura que el avance en la jerarquía ocurra solo cuando los estímulos no provocan ansiedad, evitando una sensibilización contraproducente.

(Barracas, 2014).

Variaciones de desensibilización sistemática

Se han desarrollado varias variantes de la desensibilización sistemática, que facilitan su aplicación en diferentes contextos y para diversos problemas:

  • Desensibilización en vivo: Se diferencia de la desensibilización sistemática en que los estímulos que provocan ansiedad se presentan de forma real y no imaginaria. Esta modalidad es adecuada para personas que tienen dificultades para imaginar vívidamente las situaciones temidas, o para quienes la imaginación no evoca una respuesta emocional significativa. Esta modalidad presenta desafíos, como la dificultad para encontrar situaciones en vivo que se ajusten tan precisamente a la jerarquía como las imaginarias, y el mayor reto de controlar el entorno real.
  • Desensibilización sistemática en grupo: Esta modalidad permite economizar tiempo y recursos, ya que el procedimiento se realiza simultáneamente para todas y todos los miembros del grupo. Se construyen jerarquías con elementos comunes, y todo el grupo aprende la técnica de relajación y enfrentan las escenas jerarquizadas. Este enfoque puede ser muy efectivo para fobias con características comunes entre varios pacientes, como el miedo a volar. Sin embargo, la precisión y el control del procedimiento pueden ser menores en comparación con una aplicación individual.
  • Desensibilización a través de realidad virtual: La realidad virtual es especialmente útil para tratar fobias específicas como la fobia a los animales o la agorafobia. Para que esta técnica sea efectiva, es crucial que la persona experimente una sensación inmersiva. Es decir, que sienta que está participando activamente en la escena recreada.
  • Desensibilización como técnica de control: Esta modalidad difiere de la DS tradicional en que no se retiran las escenas cuando aparece la ansiedad. En cambio, se pide a el o la paciente que mantenga la visualización de la escena ansiógena y que intensifique la relajación para contrarrestar y eventualmente eliminar la ansiedad.

(Barraca, 2014).

Aplicaciones de la desensibilización sistemática

La desensibilización sistemática ha demostrado ser una técnica eficaz en una variedad de problemas relacionados con la ansiedad y los miedos condicionados. A lo largo de los años, se ha utilizado con éxito en diversas situaciones clínicas y contextos terapéuticos. Algunas de las aplicaciones más importantes incluyen:

  • Trastornos de ansiedad y fobias específicas: La desensibilización sistemática es especialmente efectiva en el tratamiento de trastornos de ansiedad y fobias específicas. Entre las fobias específicas que se han tratado con éxito utilizando la DS se incluyen:
    • Exámenes
    • Fobia social (trastorno de ansiedad social)
    • Fobia a estímulos sonoros en niños y niñas autistas
    • Intervenciones dentales
    • Exámenes médicos
    • Fobia a volar en avión
    • Fobias infantiles (Se aplica con éxito en niños y niñas para superar miedos comunes como el miedo a la oscuridad, a los animales, entre otros)
  • Trastorno por adicción al juego: Ayuda a las y los individuos a reducir la ansiedad y el impulso asociados con el juego patológico.
  • Dolor de cabeza: Se ha empleado para reducir la ansiedad y el estrés que pueden contribuir al dolor de cabeza crónico.
  • Dolor crónico: La DS puede ser útil para ayudar a las o los pacientes a manejar la ansiedad y la angustia emocional relacionadas con el dolor crónico.
  • Pesadillas: En casos de pesadillas recurrentes, la DS puede ser utilizada para reducir la ansiedad asociada con el sueño y mejorar la calidad del mismo.

(Labrador, 2011; Vallejo, Vallejo, 2016).

Ventajas de la desensibilización sistemática

La desensibilización sistemática presenta varias ventajas significativas que la hacen una opción terapéutica valiosa, especialmente en el tratamiento de fobias específicas y otros trastornos relacionados con la ansiedad. Estas ventajas incluyen:

  • Permite a las personas imaginarse el estímulo temido de una manera más fácil y práctica que enfrentarlo directamente. Esto hace que el tratamiento sea más accesible y menos traumático para las o los clientes, especialmente en casos donde el contacto directo con el estímulo temido resulta intolerable.
  • Desde un punto de vista teórico y en comparación con otras técnicas de exposición, la desensibilización sistemática contribuye de manera más efectiva a la reducción de la ansiedad. Esto se debe a la combinación de varios factores, como la relajación, la presentación gradual del estímulo temido y el aprendizaje duradero de una respuesta alternativa.
  • Suele ser mejor recibida por los pacientes en comparación con otras técnicas de exposición. Esto puede deberse a su naturaleza menos invasiva y a la sensación de control que ofrece al cliente. Además, al ser un procedimiento flexible y con bases teóricas consolidadas, las y los pacientes pueden sentirse más seguros y motivados para participar activamente en el tratamiento.
  • Se basa en principios sólidos de aprendizaje y condicionamiento clásico, lo que proporciona un marco teórico robusto para su aplicación.
  • Las características del procedimiento de desensibilización sistemática pueden provocar menos reactividad en las o los pacientes y favorecer la adherencia al tratamiento. La exposición gradual y la combinación con técnicas de relajación pueden reducir la resistencia y la ansiedad asociada con el tratamiento, lo que facilita el proceso terapéutico y mejora los resultados a largo plazo.

(Miltenberger, 2013; Barraca, 2014; Vallejo, Vallejo, 2016).

Limitaciones de la desensibilización sistemática

Finalmente, es relevante señalar que, a pesar de los excelentes resultados que reporta el uso de la desensibilización sistemática en una amplia variedad de problemas y trastornos psicológicos relacionados con la ansiedad, esta presenta algunas limitaciones notables que es importante tener en cuenta.

En primer lugar, es muy importante considerar que la desensibilización sistemática no es una solución universal para todos los problemas o trastornos psicológicos relacionados con la ansiedad. Existen condiciones como la ansiedad generalizada, el trastorno por estrés postraumático, la fobia social generalizada, el mutismo selectivo, el trastorno de pánico o el trastorno obsesivo-compulsivo para los que este tratamiento puede no ser efectivo. En este sentido, estos trastornos pueden requerir enfoques terapéuticos diferentes y más específicos (Olivares et al., 2014).

Aunado a esto, es necesario tomar en cuenta que, en los últimos años, la desensibilización sistemática ha perdido parte de la popularidad que solía disfrutar entre las y los terapeutas conductuales. Aunque su eficacia ha sido demostrada en numerosos estudios, algunos profesionales han comenzado a cuestionar su aplicación. Una posible explicación de esta pérdida de popularidad podría ser el énfasis que la desensibilización pone en la conducta encubierta o íntima, como la imaginación, en lugar de centrarse exclusivamente en los comportamientos manifiestos. Esto ha llevado a algunos terapeutas a preferir enfoques más directos y centrados en la acción (Martin, Pear, 2008).

Referencias:

  • Barraca, J. (2014). Técnicas de Modificación de Conducta: Una guía para su puesta en práctica. Editorial Síntesis.
  • Labrador, F. (2011). Técnicas de Modificación de Conducta. Ediciones Pirámide. conductitlan.org.mx
  • Martin, G., Pear, J. (2008). Modificación de conducta: Qué es y cómo aplicarla (8a ed.). Pearson. cideps.com
  • Miltenberger, R. (2013). Modificación de conducta: Principios y procedimientos (5a ed.). Ediciones Pirámide. academia.edu
  • Olivares, J. Macià, D., Rosa, A., Olivares, P. (2014). Intervención psicológica: Estrategias, técnicas y tratamientos. Ediciones Pirámide.
  • Vallejo, L., Vallejo, M. (2016). Sobre la desensibilización sistemática. Una técnica superada o renombrada. Acción Psicológica, volumen (13), número (2). scielo.isciii.es

Créditos de imagen de portada: Foto de Lay Low

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
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Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.