Principio de Premack o principio de probabilidad diferencial

El principio de Premack o de probabilidad diferencial propone un marco conceptual para la modificación de conducta que toma en cuenta tanto el contexto como las particularidades de las personas.

El principio de Premack, también conocido como el principio de probabilidad diferencial, es una teoría fundamental dentro del estudio de la conducta y la modificación conductual. Formulado por el psicólogo David Premack, este principio establece que una conducta de alta probabilidad puede reforzar una conducta de baja probabilidad. Es decir, las actividades que una persona realiza con mayor frecuencia y agrado pueden ser utilizadas como reforzadores para aumentar la frecuencia de actividades que son menos preferidas.

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De esta manera, el principio de Premack amplía la visión tradicional del condicionamiento operante, introduciendo una perspectiva más flexible y contextualmente dependiente sobre lo que puede actuar como un refuerzo. En lugar de depender únicamente de reforzadores tangibles y específicos, el principio de Premack sugiere que las preferencias y las probabilidades de comportamiento inherentes a cada individuo juegan un papel crucial en la modificación conductual.

A continuación, se explorarán las bases teóricas y aplicaciones del principio de Premack, analizando su desarrollo y sus implicaciones dentro de la psicología conductual.

¿Qué es el principio de Premack?

El principio de Premack, o de probabilidad diferencial, se basa en la idea de que, si existen dos comportamientos posibles en una situación dada y difieren en su probabilidad de ocurrencia, entonces participar en el comportamiento más probable aumentará la probabilidad de participar en el comportamiento menos probable en el futuro (Matsumoto, 2009). Formulado por el psicólogo americano David Premack en 1959, este principio establece, en suma, que la oportunidad de realizar un comportamiento altamente probable puede reforzar la realización de un comportamiento menos probable (Miltenberger, 2013).

Imaginemos, por ejemplo, que una niña pasa mucho más tiempo viendo videos en su teléfono que haciendo sus tareas de la escuela. En esta situación (bastante común) sus padres establecen una contingencia basada en el principio de Premack cuando dicen: ‘En el momento que termines tu tarea, puedes utilizar tu teléfono’. En este caso, la oportunidad de ver videos en su teléfono (comportamiento de alta probabilidad) se utiliza para reforzar la realización de los deberes escolares (comportamiento de baja probabilidad).

Premack propuso que los reforzadores de actividad pueden identificarse observando la distribución relativa de los comportamientos en una situación de operante libre. Esto significa que se puede hacer una observación sistemática del tiempo que una persona dedica libremente a diferentes actividades. De esta manera, aquellas actividades que se realizan con mayor frecuencia se pueden utilizar como reforzadores para aumentar la frecuencia de actividades menos preferidas, siempre y cuando se establezca una contingencia entre ambos comportamientos (Cooper, Heron, Heward, 2014). Imaginemos el caso de un oficinista que prefiere pasar sus ‘coffee breaks’ platicando con sus compañeros, a bajar a la cafetería. Dicha actividad de alta tasa (y no una relacionada a la comida) podría hacerse contingente a otras deseables en el trabajo, pero de baja tasa.

Bases del principio de Premack o de probabilidad diferencial

A diferencia de las teorías tradicionales del condicionamiento operante, que enfatizan los estímulos como reforzadores, Premack se centra en las respuestas y las oportunidades de respuesta que estos estímulos proporcionan al organismo. En este sentido, su propuesta parte de cuatro supuestos:

  • Jerarquía de valores: Los organismos estructuran los eventos ‘discriminables’ de su entorno en una jerarquía de valores. Esta jerarquía refleja la importancia relativa que cada evento tiene para el organismo, basada en la probabilidad de que el organismo responda a cada estímulo.
  • Medición del valor: El valor de un evento se mide por la probabilidad de que un organismo interactúe con un estímulo, lo cual se estima a partir de la duración de dicha interacción. Esta dimensión psicológica del valor, asignada a los eventos, es tan real para el organismo como dimensiones físicas como el tamaño, el peso o el color. Sin embargo, a diferencia de dichas dimensiones, el valor depende fundamentalmente de la interacción que el organismo tenga con el evento.
  • Contingencias y refuerzo: Cuando un evento de mayor valor se hace contingente a uno de menor valor, se produce el refuerzo de la primera conducta en la relación, es decir, la conducta instrumental.
  • Contingencias y castigo: Inversamente, cuando un evento de menor valor se hace contingente a uno de mayor valor, se produce el castigo de la conducta instrumental.

(Gutierrez et al., 1994).

Es importante mencionar que, de acuerdo a la teoría de Premack, para predecir el comportamiento de las personas o la duración de sus respuestas, es esencial entender los determinantes del valor. Estos determinantes están intrínsecamente ligados a la interacción del organismo con el evento. Al observar sistemáticamente el tiempo de libre actividad que una persona dedica a diversas actividades, se puede estimar objetivamente el valor relativo de estas actividades.

Principio de Premack y castigo

Dentro de la modificación de conducta, el castigo es una técnica utilizada para disminuir la probabilidad de que un comportamiento indeseado ocurra en el futuro. Existen dos variantes básicas del procedimiento de castigo: el castigo positivo y el castigo negativo. La diferencia entre ambos radica en las consecuencias que siguen al comportamiento.

El castigo positivo se define como la aparición de un comportamiento seguido por la presentación de un estímulo aversivo, lo cual reduce la probabilidad de ocurrencia del comportamiento en el futuro. En otras palabras, un estímulo desagradable se introduce como consecuencia directa de la conducta indeseada, con el objetivo de disuadir la repetición de dicha conducta. Por otro lado, el castigo negativo implica la eliminación de un estímulo reforzante tras la aparición de un comportamiento, lo que también reduce la probabilidad de que el comportamiento se repita.

Una forma específica de castigo positivo se basa en el principio de Premack o de probabilidad diferencial. En la práctica, esto implica que, al presentar una actividad aversiva de manera contingente a la ocurrencia de una conducta indeseada, se reduce la probabilidad de que la conducta indeseada ocurra en el futuro (Miltenberger, 2013). Un ejemplo común es el forzar a un niño a lavar su ropa (actividad aversiva) cada vez que la ensucia por jugar en la tierra (conducta problema/preferida).

El castigo positivo basado en el principio de Premack es una estrategia efectiva para reducir comportamientos indeseados al hacer que las personas realicen actividades aversivas contingentes a estos comportamientos. Esta técnica aprovecha la preferencia natural de las y los individuos para evitar actividades de baja probabilidad, utilizándolas como un mecanismo de castigo para debilitar comportamientos problemáticos (Miltenberger, 2013)

Principio de Premack o de probabilidad diferencial en acción

El principio de Premack se aplica en diversos contextos de la vida cotidiana y como parte de programas de modificación conductual, utilizando comportamientos de alta probabilidad como reforzadores para incrementar la frecuencia de comportamientos de baja probabilidad.

Aunque este principio es considerado una herramienta invaluable en los programas de modificación de conducta, las estrategias identificadas y denominadas por Premack son parte del estilo educativo de muchas familias; quienes las utilizan de manera cotidiana para formar o corregir el comportamiento de sus miembros más jóvenes. Por ejemplo, cuando una madre le pide a su hijo adolescente que arregle su cuarto antes de salir con sus amigos, está aplicando el principio de Premack sin reflexionar en ello. La oportunidad de estar con sus amigos (comportamiento probable y preferido) después de completar la tarea (comportamiento menos probable) refuerza la conducta de hacer la tarea, haciendo más probable que el joven termine sus deberes antes de divertirse.

Por otro lado, el principio de probabilidad diferencial puede ser aplicado en el ámbito clínico de muchas formas. Algunos programas de reforzamiento diferencial de conductas alternativas se basan en el principio de Premack para mejorar el rendimiento de personas con algún tipo de discapacidad o trastorno mental limitante en algún grado. Así mismo, la relación establecida por este precepto puede ser utilizada como estrategia clínica. Por ejemplo, se le puede pedir a una joven con depresión que imagine pensamientos positivos (comportamiento de baja probabilidad) cada vez que realice una actividad probable o preferida, como tomar café, checar sus mensajes o incluso ir al baño. Esto con el fin de aumentar sus autoafirmaciones positivas.

Aplicaciones del principio de Premack o de probabilidad diferencial

El principio de Premack tiene aplicaciones significativas en diversos campos. En el ámbito educativo, el principio de Premack se utiliza para motivar a los estudiantes a completar tareas menos preferidas antes de participar en actividades más atractivas. Por ejemplo, un maestro puede permitir que las y los estudiantes jueguen durante el recreo (comportamiento de alta probabilidad) solo después de haber completado sus tareas académicas (comportamiento de baja probabilidad).

Así mismo, en el contexto de la educación especial, el principio de Premack puede adaptarse para satisfacer las necesidades individuales de las personas con discapacidad. Por ejemplo, una terapeuta puede utilizar actividades sensoriales o de movimiento (comportamientos preferidos) como reforzadores para motivar la realización de tareas de atención o habilidades sociales (comportamientos menos preferidos).

De igual manera, en la atención clínica de trastornos mentales, el principio de Premack se emplea para modificar conductas problemáticas y fomentar comportamientos adaptativos. Por ejemplo, en el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), se pueden usar intervalos de juego o descanso (comportamientos preferidos) como recompensas contingentes a completar tareas académicas o seguir instrucciones (comportamientos menos preferidos). Esta estrategia refuerza positivamente la autorregulación y la atención sostenida, ayudando a los pacientes a mejorar su funcionamiento ejecutivo y adaptativo.

Aunado a esto, en el ámbito de la psicología laboral, el principio de Premack se utiliza para aumentar la productividad y el cumplimiento de objetivos en entornos laborales. Por ejemplo, un gerente puede ofrecer períodos de descanso extendidos o actividades recreativas (comportamientos preferidos) como incentivos para completar proyectos o tareas tediosas (comportamientos menos preferidos). Al vincular las actividades preferidas con el logro de metas laborales, las y los empleados pueden sentirse más motivados y comprometidos con sus responsabilidades laborales.

Valor del principio de Premack para la psicología

Como hemos observado, teóricamente, el principio de Premack desafía y expande las concepciones tradicionales del refuerzo, tomando en cuenta la importancia de las interacciones y las probabilidades de comportamiento. Esta perspectiva ha influido significativamente en la comprensión y aplicación del refuerzo la psicología, ofreciendo una metodología basada en la observación y el análisis sistemático de las conductas.

Por otro lado, en el ámbito práctico, el principio de Premack ha mostrado ser útil en una amplia gama de aplicaciones, desde la educación y la atención clínica hasta la gestión laboral. Su capacidad para adaptarse a diferentes contextos y necesidades lo convierte en una herramienta indispensable para las y los profesionales de la psicología que buscan promover cambios conductuales positivos y sostenibles.

De esta manera, es posible afirmar que, el principio de Premack, o principio de probabilidad diferencial, es un componente esencial dentro de la psicología, proporcionando un marco eficaz para la modificación del comportamiento que es adaptable, empírico y centrado en la o el individuo. Su importancia radica en su capacidad para mejorar el aprendizaje, el tratamiento clínico y el rendimiento laboral, contribuyendo significativamente al bienestar y desarrollo de las personas.

Referencias:

  • Barraca, J. (2014). Técnicas de modificación de conducta: Una guía para su puesta en práctica. Editorial Síntesis.
  • Cooper, J., Heron, T. y Heward, W. (2014). Applied Behavior Analysis (2a ed.). Pearson. pdfdrive.com
  • Gutiérrez, C., Sandoval, M., Pereira, C., Caycedo, C. (1994). La Teoría de Premack y el análisis motivacional. Suma Psicológica, volumen (1), número (1). konradlorenz.edu.co
  • Martin, G., Pear, J. (2008). Modificación de conducta: Qué es y cómo aplicarla (8a ed.). Pearson. cideps.com
  • Matsumoto, D. (Ed.) (2009). The Cambridge Dictionary of Psychology. Cambridge University Press. pbworks.com
  • Miltenberger, R. (2013). Modificación de conducta: Principios y procedimientos (5a ed.). Ediciones Pirámide. academia.edu/

Créditos de imagen de portada: Foto de Julia M Cameron

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.