Condicionamiento clásico inhibitorio y excitatorio: procesos simples

El condicionamiento clásico, tanto inhibitorio como excitatorio, permite a las personas ajustar su comportamiento al contexto que las rodea.

El condicionamiento clásico, descubierto por Iván Pávlov mediante el estudio del sistema nervioso a través del sistema digestivo de los perros, es una de las bases teóricas más importantes en el campo de la psicología y la neurociencia. Pávlov identificó dos formas principales de condicionamiento: el condicionamiento excitatorio y el condicionamiento inhibitorio. El estudio de estas dos modalidades no solo ha contribuido a una comprensión más profunda del aprendizaje y el comportamiento animal, sino que también nos ha ayudado a entender mejor la manera en que las y los seres humanos interactuamos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.

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En términos muy generales, el condicionamiento excitatorio es el proceso mediante el cual un estímulo inicialmente neutro llega a provocar una respuesta condicionada al ser asociado repetidamente con un estímulo incondicionado. Por otro lado, el condicionamiento inhibitorio implica la asociación de un estímulo neutro con la ausencia de un estímulo incondicionado, resultando en una disminución o supresión de la respuesta condicionada. La comprensión de estos procesos y sus diferencias es crucial para entender los mecanismos que determinan nuestras reacciones emocionales, nuestros patrones de comportamiento y nuestras relaciones interpersonales.

Condicionamiento clásico

El condicionamiento clásico, también conocido como condicionamiento pavloviano, es un tipo de aprendizaje que implica la asociación de un estímulo neutro con un estímulo incondicionado que elicitaba una respuesta innata.

En términos del condicionamiento clásico, un estímulo incondicionado (EI) es aquel que de manera innata provoca una respuesta incondicionada (RI) en el sujeto. Esta respuesta incondicionada es una reacción automática y natural ante el estímulo incondicionado. Por otro lado, un estímulo neutro (EN) no provoca ninguna respuesta incondicionada específica; sin embargo, puede generar una respuesta genérica de orientación. Cuando un estímulo neutro se empareja repetidamente con un estímulo incondicionado, este estímulo neutro se convierte en un estímulo condicionado (EC), capaz de elicitar una respuesta similar a la respuesta incondicionada, conocida como respuesta condicionada (RC).

En el experimento de Pávlov, en un inicio, un grupo de perros presentaba una respuesta natural de salivación (RI) al presentárseles comida (EI). Posteriormente, durante la fase de ‘condicionamiento’, se hizo sonar una campana (EN) minutos antes de presentar los alimentos. Después de repetir este proceso varias veces, los perros comenzaron a asociar el sonido de la campana con la inminente llegada de la comida. Eventualmente, los perros salivaban al escuchar el sonido de la campana, incluso si la comida no estaba presente. De esta manera, la campana se transformó en estímulo condicionado (EC) al ser capaz de provocar la respuesta natural de salivación; ahora respuesta condicionada.

La relación predictiva entre el estímulo condicionado y el estímulo incondicionado define los distintos tipos de condicionamiento clásico. En este sentido, existirían dos tipos de condicionamiento clásico: condicionamiento excitatorio y condicionamiento inhibitorio (Pérez et al., 2017).

Condicionamiento clásico excitatorio

El condicionamiento excitatorio es un procedimiento de condicionamiento clásico en el que se produce una respuesta condicionada (RC) debido a la asociación entre un estímulo condicionado (EC) y un estímulo incondicionado (EI) (Solórzano, 2020 a). En este tipo de condicionamiento, el EC se presenta seguido del EI, y con el tiempo, el EC por sí solo puede provocar una respuesta similar a la que originalmente provocaba el EI. Este tipo de aprendizaje permite a los organismos predecir eventos importantes en su entorno y adaptar su comportamiento en consecuencia (Pérez et al., 2017).

Por ejemplo, en el laboratorio, una rata puede aprender a paralizarse ante una luz determinada (EC) porque ha aprendido que esta predice una descarga eléctrica (EI). Por otro lado, en la vida cotidiana, las personas aprenden a evitar ciertos alimentos después de haber experimentado malestar gástrico tras consumirlos. Aquí, el sabor de la comida (EC) se asocia con el malestar (RC).

Es importante señalar que la ordenación temporal del EC y el EI es crucial para la eficacia del condicionamiento, con algunos métodos produciendo respuestas más fuertes y rápidas que otros. Por ejemplo, en el condicionamiento de demora corta, el EC comienza poco antes del EI (hasta un minuto) y puede terminar después de que el EI haya comenzado, siendo este el método más efectivo para producir una fuerte RC. En contraste, El condicionamiento simultáneo, en el que el EC y el EI comienzan y terminan al mismo tiempo, no es muy efectivo para producir una RC fuerte (Pellón et al., 2014).

Condicionamiento clásico inhibitorio

El condicionamiento inhibitorio es un procedimiento en el cual un estímulo condicionado (EC) adquiere la capacidad de indicar la ausencia de un estímulo incondicionado (EI), lo que lleva a la supresión de una respuesta condicionada previamente aprendida. Este tipo de aprendizaje permite que los organismos predigan cuándo un evento significativo, como una amenaza o una recompensa, no va a ocurrir (Pérez et al., 2017).

En el condicionamiento inhibitorio, se distinguen principalmente dos tipos de procedimientos: la inhibición estándar y la inhibición diferencial. Ambos se caracterizan por tener dos fases.

En la primera fase de la inhibición estándar, se realiza un condicionamiento excitatorio donde el organismo aprende que un estímulo condicionado excitatorio (EC+) predice la aparición del EI. En la segunda fase, el EC+ se presenta de forma simultánea con un estímulo condicionado inhibitorio (EC-) sin la presencia del EI. Por ejemplo, en un experimento, un tono (EC+) se presenta junto con una luz (EC-) sin que ocurra la descarga eléctrica (EI), lo que enseña al organismo que la combinación de ambos estímulos predice la ausencia del EI.

Por otro lado, en la inhibición diferencial, la primera fase es igual a la de la inhibición estándar, con el EC+ prediciendo el EI. Sin embargo, en la segunda fase, se presenta solo el EC- sin el EI, enseñando al organismo que la presencia del EC- señala la ausencia del EI. Por ejemplo, enseñar a una rata que una luz roja (EC+) significa una descarga eléctrica, y una luz verde (EC-) la ausencia de dicha descarga.

Para que el condicionamiento inhibitorio sea efectivo, el organismo debe haber experimentado previamente la presencia del EI para aprender a identificar su ausencia. Sin esta experiencia previa, no es posible que el EC- adquiera propiedades inhibitorias (Pellón et al., 2014).

Diferencia entre condicionamiento inhibitorio y excitatorio

Como ya se ha visto, el condicionamiento clásico excitatorio y el inhibitorio son dos formas contrastantes de aprendizaje que involucran la asociación entre estímulos condicionados (EC) y estímulos incondicionados (EI), pero con resultados conductuales opuestos.

En el condicionamiento clásico excitatorio, los estímulos condicionados adquieren propiedades elicitadoras que antes no tenían, provocando respuestas observables como salivación, parpadeo o huida. Este tipo de condicionamiento se caracteriza por una contingencia positiva, donde la presentación del EC se sigue regularmente de la aparición del EI. Por ejemplo, cierto sonido de pasos (EI) puede provocar reacciones de excitación en un perro (RC) ante la anticipación de la llegada de su dueña.

Por otro lado, en el condicionamiento clásico inhibitorio, los estímulos condicionados adquieren la capacidad de indicar la ausencia del estímulo incondicionado. Aquí, la contingencia es negativa, lo que significa que la presentación del EC está relacionada con la ausencia del EI. Por ejemplo, la presencia de una cámara de seguridad (EC-) en una calle peligrosa que, tras cierto periodo de prueba, ha tenido éxito en reducir los incidentes violentos, puede eventualmente generar una respuesta de alivio o reducir el miedo condicionado al caminar en esa zona.

De esta manera, es posible afirmar que la principal diferencia entre estos dos procesos radica en cómo cada tipo de condicionamiento modifica el comportamiento del organismo. Mientras que en el condicionamiento excitatorio el EC se convierte en un predictor activo de la presencia del EI, en el condicionamiento inhibitorio el EC señala la ausencia del EI. Esto implica que, en el condicionamiento excitatorio, los organismos aprenden a responder ante la anticipación de eventos significativos, mientras que en el condicionamiento inhibitorio aprenden a inhibir respuestas ante señales que indican la ausencia de eventos relevantes (Vera, Alarcón, 2000).

El condicionamiento inhibitorio y excitatorio en la vida cotidiana

Tanto el condicionamiento clásico inhibitorio como el excitatorio son procesos de aprendizaje simples. No obstante, las relaciones que se establecen a partir de ellos se encuentran tramadas de manera compleja en muchas situaciones cotidianas.

Imaginemos, por ejemplo, una niña pequeña que ha devorado una bolsa entera de bombones; lo que eventualmente le ha causado empalago, vómito y diarrea. En este caso, el sabor, el olor y la propia vista de los bombones pueden haberse asociado con dichas respuestas desagradables, por lo que la presencia de los dulces podría provocar, en un futuro, reacciones de asco. Esta es una muestra típica de condicionamiento excitatorio, donde los dulces son el EC asociado a las manifestaciones físicas de desagrado (RC).

Ahora bien. Pensemos ahora en una adolescente que llega tarde a su casa con miedo de ser reprendida por su madre; quien ya la ha regañado antes por no estar en casa antes de anochecer. Para su suerte, al cruzar la puerta, se encuentra con que su mamá está platicando con una vecina en la sala. Por experiencias pasadas, la chica sabe que su madre no la regañaría frente a una visita, por lo que su ansiedad baja, saluda y se mete rápidamente a su cuarto. Este es un ejemplo de condicionamiento inhibitorio, donde la presencia de una tercera persona (EC-) garantiza que el regaño (EI) no ocurra, aun cuando su madre esté presente (EC+); por lo que la excitación (RC) se reduce.

La función del condicionamiento clásico inhibitorio y excitatorio

El condicionamiento clásico, tanto excitatorio como inhibitorio, desempeña un papel fundamental en la forma en que las personas interactúan con el mundo que las rodea. Este proceso de aprendizaje permite a los organismos, incluidos las y los seres humanos, adaptarse de manera eficaz a estímulos que pueden no estar inicialmente asociados con respuestas específicas (Pellón et al., 2014).

Mediante el condicionamiento clásico excitatorio, aprendemos a asociar estímulos neutros (EN) con estímulos incondicionados (EI) que naturalmente elicitan respuestas involuntarias. Por otro lado, el condicionamiento clásico inhibitorio nos enseña a reconocer estímulos que indican la ausencia de eventos significativos o amenazantes. De esta manera, ambas formas de condicionamiento clásico permiten a las personas ajustar su comportamiento y emociones de acuerdo con el contexto ambiental. Este aprendizaje no solo amplía nuestras capacidades adaptativas al prever y prepararnos para eventos futuros, sino que también facilita la economía conductual al evitar respuestas innecesarias ante estímulos neutros o no relevantes (Pérez et al., 2017).

Referencias:

  • Pellón, R., Miguéns, M., Orgaz, C., Ortega, N., Pérez, V. (2014). Psicología del aprendizaje. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • Pérez, V., Gutiérrez, M., García, A., Gómez, J. (2017). Procesos Psicológicos Básicos: Un análisis funcional. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • Solórzano, J. (2020 a). El condicionamiento clásico excitatorio e inhibitorio en la vida cotidiana. Universidad San Marcos. repositorio.usam.ac.cr
  • Solórzano, J. (2020 b). Fundamento del condicionamiento clásico. Universidad San Marcos. repositorio.usam.ac.cr
  • Vera, P., Alarcón, S. (2000). Condicionamiento excitatorio e inhibitorio de dos respuestas fisiológicas en un grupo de ratas. Psicothema, volumen (12), número (3), pp. 466-470. reunido.uniovi.es

Créditos de imagen de portada: Foto de Rutpratheep Nilpechr

R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.