El duelo por la pérdida de una mascota

Es frecuente que las personas que conviven con animales experimenten un proceso de duelo tras la pérdida de su mascota; como si hubieran perdido a cualquier otro miembro de la familia.

El duelo es un proceso natural de adaptación emocional que experimentamos todas las personas a lo largo de nuestra vida. El proceso del duelo no siempre va ligado a la pérdida de un individuo; como podría ser por la muerte de un ser querido. Rupturas sentimentales, separaciones, divorcios, abandonos, la ruptura de una familia, etc. son situaciones potenciales que podrían desencadenar un proceso de duelo. A pesar de que comúnmente el duelo se suele relacionar con el fallecimiento de un ser humano, también podemos experimentar un duelo por la perdida de una mascota; dado el vínculo emocional tan intenso que podemos llegar a tener con los animales, llegando a ser auténticos miembros de la familia.

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Animales y sus cuidadores humanos

Las personas que no conviven con animales en ocasiones perciben con cierta extrañeza el vínculo recíproco tan estrecho que puede llegar a existir entre este animal y sus familias humanas. Animales como los perros o los gatos pueden llegar a tener una esperanza de vida incluso superior a dos décadas; tiempo más que suficiente para compartir diversos ciclos evolutivos humanos, especialmente en la infancia. Por ello, no es de extrañar que la pérdida de una mascota sea similar que la de un familiar humano, conllevando un proceso de duelo.

En función de las causas del fallecimiento, si ha sido por causas naturales, de manera repentina o por sacrificio, se desencadenarán procesos de duelos de diversa índole, especialmente en el caso del sacrificio; ya que la persona se siente culpable por participar en la toma de esta decisión, aunque sea para aliviar el sufrimiento del animal.

Sin embargo, para muchas personas, los animales son solo eso, animales; seres que tienen menos valor, importancia, y por consiguiente derechos, que los humanos. Incluso hay determinadas personas que aún sostienen que los animales tienen menor capacidad de sufrimiento, o que directamente no experimentan dolor; como quienes defienden las corridas de toros.

Duelo por la pérdida de una mascota

El trabajo realizado por Romero (2016) confirma la existencia del duelo por la pérdida de una mascota en diez estudios empíricos. En este estudio, la autora encuentra una gran semejanza entre el duelo que experimentamos al fallecer un familiar y el duelo a consecuencia de la pérdida de una mascota. Además, se ha podido correlacionar el vínculo humano-animal con la intensidad del duelo; presentándose mayor intensidad del duelo los casos de un vínculo más fuerte.

Variables que afectan en el duelo por una mascota

Más allá de la variable de la vinculación humano-animal, en el duelo por la pérdida de una mascota existen otros aspectos que determinaran la intensidad con la que una persona experimenta el duelo. Kimura et al. (2011) encontró que la intensidad del duelo por la pérdida de una mascota estaba condicionada por los siguientes factores:

  • A mayor vinculación cuidador-mascota, mayor intensidad del duelo
  • La edad de la persona
  • El tamaño de la familia: en grupos familiares pequeños el duelo era más intenso
  • Existencia de situaciones vitales estresantes
  • Edad del animal fallecido
  • Si el animal vivía en la casa o en el jardín
  • La existencia de consultas con el veterinario

Dificultades en la resolución del duelo por la pérdida de una mascota

Tras la pérdida de un ser querido, hay personas que pueden presentar un duelo patológico o complicado. En 2009, Walsh describió 5 posibles factores que podían ser contraproducentes a la hora de superar el duelo por la pérdida de una mascota:

  • No reconocer o negar el duelo.
  • La muerte accidental: Se refiere a aquellas muertes traumáticas e inesperadas. Este tipo de muerte suele generar una mayor intensidad de sufrimiento.
  • La decisión de sacrificar a tu mascota -aunque sea por prescripción veterinaria-.
  • La pérdida ambigua: Cuando las personas cuidadoras abandonan a su mascota o la dan en adopción, a causa de no poder hacerse cargo de ellas.
  • La acumulación con otras pérdidas: tanto sentimental, como laboral o de fallecimiento.
  • Si la persona se apoyó en su mascota para tratar de superar otras pérdidas.
  • La función que cumplía la mascota.

Conclusiones

Una de las mejores formas de afrontar el duelo por la pérdida de una mascota es dando una nueva oportunidad a otro animal. No se trata de una sustitución -cada animal es único e irrepetible-, la nueva adopción se recomienda para lograr los beneficios psicológicos que comporta la propia adopción. Acoger un nuevo animal, ofreciéndole comida y un hogar seguro, tendrá un impacto emocional significativamente psicológico para la persona.

Del mismo modo, esta nuevo miembro de la familia te ayudará a seguir con tu rutina diaria, te aportará momentos de bienestar y felicidad, te dará compañía y el mejor de los beneficios; estarías salvando al animal de un destino presumiblemente fatal, viviendo en la calle. Esa sensación de haber contribuido a mejorar la vida de otro animal -o a salvarla- y el hecho de permitirte abrirle las puertas de tu casa a otro animal; te ayudará a encarar la pérdida.

Si el duelo finalmente se complica y se presentan sentimientos de tristeza recurrentes que interfieren con el resto de tus actividades diarias, debes pedir ayuda psicológica a un profesional de la salud mental, para evaluar el caso y llevar a cabo la intervención necesaria para mejorar tu situación.

Referencias:

  • Kimura, Y., Kawabata, H., Maezawa, M. (2011). Psychiatric investigation of 18 bereaved pet owners. Journal of Veterinary Medical Science, 73 (8), 1083- 1087. 
  • Romero-Navarro, M. E. (2016). El proceso de duelo tras la pérdida de una mascota: Una revisión sistemática. Recuperado de: hdl.handle.net
  • Walsh, F. (2009). Human- animal bonds II: The role of pets in family systems and family therapy. Family Process, 48(4), 481- 499.
  • Díaz Videla, M. (2015). El miembro no humano de la familia: las mascotas a través del ciclo vital familiar. Recuperado de: d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net
Gemma Adsuara
Gemma Adsuara
Graduada en Psicología por la Universitat Jaume I (España). En la actualidad, cursa el Máster en Psicología forense y criminal en la Universitat de Barcelona. Colaboradora habitual como redactora de artículos de divulgación en diversos medios y revistas de psicología.

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Gemma Adsuara
Gemma Adsuara
Graduada en Psicología por la Universitat Jaume I (España). En la actualidad, cursa el Máster en Psicología forense y criminal en la Universitat de Barcelona. Colaboradora habitual como redactora de artículos de divulgación en diversos medios y revistas de psicología.