Con el desarrollo a una velocidad exponencial de las tecnologías de la información y comunicación -TIC-, muchos hábitos han cambiado. Ahora, hacer compras, informarse, aprender, divertirse y hasta socializar y conocer gente nueva, se puede hacer desde los distintos dispositivos de bolsillo, bajo la única condición de tener una conexión a Internet. Sin embargo, así como ha traído múltiples beneficios, en la última década se ha comenzado a presentar un problema de salud pública; cada vez son más las personas que desarrollan adicción a la tecnología. A continuación, te contamos en qué consiste la tecnoadicción o cyberadicción, y te ofrecemos estrategias prácticas para no caer bajo las redes de la adicción a la tecnología.
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Qué es la adicción a la tecnología
En general, cuando hablamos de un comportamiento adictivo, nos referimos al consumo desmedido, que afecta una o diversas áreas de la vida de la persona. Es fácilmente identificable, cuando nos referimos a sustancias como drogas o alcohol, pues tras su consumo la vida de la persona se ve afectada. En el caso de la tecnología, se ha encontrado que el abuso de aplicaciones como mensajería instantánea, juegos y redes sociales, entre otras, pueden estar relacionadas con problemas de autoestima, mal funcionamiento en la vida cotidiana, disminución del rendimiento académico o laboral, y alteraciones familiares (Pedrero-Pérez, et al., 2018).
Signos de alerta
Si se presentan algunos de estos signos, es posible que tú o alguien cercano a ti, esté presentando adicción a la tecnología (Begonya, et. al, 2015):
- Alteración en el patrón de sueño o alimentación: Disminuir las horas de sueño o cambiar los horarios, como dormir en el día; o cambios en los hábitos alimenticios, saltarse comidas, e incluso perder o ganar peso.
- Descuido por la higiene: Dejar de bañarse, cepillarse los dientes o no cambiarse de ropa. También mantener la habitación desordenada y sucia.
- Cambios en los hobbies o espacios de ocio: Pérdida de interés por realizar actividades que no impliquen el uso del celular, la consola de videojuegos o el ordenador.
- Cambios en las amistades: Disminuye el contacto presencial con las personas para limitarse a un contacto virtual.
- Irritabilidad: En especial cuando debe suspenderse el uso de los aparatos electrónicos.
- Alteraciones en el rendimiento académico o laborar: Dejar de cumplir con las responsabilidades.
- Constante demanda de productos tecnológicos: Necesidad por tener los aparatos de última tecnología.
Prevalencia
A pesar de la gran cantidad de personas que tienen acceso a la tecnología, se ha encontrado que el porcentaje de personas que desarrolla una adicción es relativamente bajo. Se estima que en España la prevalencia está entre el 0,8% y el 5%, mientras que en Europa puede alcanzar hasta el 1,5% mientras que en países en vía de desarrollo puede ser mucho menor. A nivel mundial, se estima que puede estar entre el 1,5% al 8,2% (Begonya, et. al, 2015).
¿Qué puede desencadenar una adicción a la tecnología?
Son muchos los factores que pueden estar presentes y que interactúan entre si, para que una persona esté en riesgo de desarrollar adicción a la tecnología. Dentro de ellos se encuentran (Begonya, et. al, 2015):
- Factores genéticos y biológicos: Distintos estudios han encontrado que puede existir una predisposición genética que incrementa el riesgo de desarrollar cualquier adicción. Asimismo, a nivel cerebral es probable que exista una alteración en los circuitos motivacionales, de toma de decisiones y de recompensa.
- Personalidad: Personas con alta impulsividad, inestabilidad afectiva, necesidad de estimulación, baja tolerancia a la frustración; junto con baja autoestima e inmadurez, son más propensas a desarrollar conductas adictivas.
- Factores ambientales: Acontecimientos traumáticos, estresantes o la exposición a situaciones de crisis emocionales, sociales, académicas o laborales, puede desencadenar conductas adictivas.
- Entorno familiar: Un entorno familiar disfuncional o desestructurado es uno de los mayores factores de riesgo para que niños, niñas y adolescentes desarrollen algún trastorno, incluidas las adicciones.
- Comorbilidades: La adicción a la tecnología puede ser el trastorno de base, o el síntoma de otro trastorno psicológico comórbido.
Intervención para personas que presentan adicción a la tecnología
La intervención para la adicción a la tecnología debe abordarse desde un enfoque biopsicosocial y sistémico. Esto quiere decir que, además de tratar las conductas del individuo, se debe tener en cuenta su entorno, factores psicológicos, sociodemográficos asociados, y relaciones interpersonales; en especial en el ámbito familiar (Soto, 2013, citado por, Soto, Miguel y Pérez, 2018).
Asimismo, a nivel de la intervención individual, se recomienda realizar un abordaje de tipo cognitivo conductual, que favorezca la extinción o disminución de las conductas problemáticas, la generación de conductas alternativas saludables, y la desestructuración de ideas irracionales que ayuden a mantener la adicción, en este caso, a la tecnología. Dependiendo de la gravedad de la sintomatología, y de las dificultades a nivel adaptativo, esta intervención se puede realizar en un entorno de hospitalización, centro día, o completamente ambulatorio (Soto, Miguel y Pérez, 2018).
Adicionalmente, un abordaje interdisciplinario también constituye una alternativa con altos niveles de éxito. La combinación de una intervención psicológica, con psiquiatría, medicina, entre otros, permite establecer un tratamiento terapéutico personalizado, acorde con las necesidades de cada individuo (Soto, Miguel y Pérez, 2018).
La importancia de la prevención
Lejos de prohibir el uso de la tecnología, existen algunas recomendaciones que se pueden aplicar para que el acceso a esta no se convierta en un problema. Aunque suelen estar orientados a niños, niñas y adolescentes, cualquier persona puede ponerlas en práctica (Marco y Chóliz, 2017):
- Establecer horarios en los que se pueden usar los diferentes aparatos.
- Establecer los espacios en lo que no son permitidos, como por ejemplo en la mesa, la cama o el colegio.
- Facilitar otro tipo de actividades que no se limiten el uso de aparatos tecnológicos, sino que además se interactúe con otras personas.
- Preferiblemente, no tener aparatos electrónicos -consolas de videojuegos, celulares, tabletas, computadores, etc.- en la habitación.
- En caso de los menores, los padres y madres deben estar al tanto de cuáles son las aplicaciones y juegos a los que acceden sus hijas e hijos.
- También es favorable que los padres y madres se involucren en estas actividades.
Finalmente, en el caso de las adicciones a la tecnología, es fundamental tener presente qué otros aspectos o incluso síntomas rodean a cada persona. Como se mencionó previamente, a veces la adicción puede ser solo un síntoma de otros problemas, y son estos los que se deben atender inicialmente.
La tecnología no es en sí misma algo negativo. El desarrollo tecnológico ha permitido la normalización de actividades que nos pueden permitir crecer como personas y seguir evolucionando. Si los dispositivos e Internet se usan de una forma segura y responsable, son herramientas que pueden aportar mucho más de lo que podrían llegar a perjudicar.
Referencias:
- Begonya, N., et . al. (2015). Las nuevas tecnologías en niños y adolescentes. Barcelona: Hospital Sant Joan de Déu (ed). Recuperado de: www.researchgate.net
- Marco, C., y Chóliz, M. Eficacia de las ténicas de control de la impulsividad en la prevención de la adicción a videojuegos. Ter Psicol, 35 (1), 57-69. Recuperado de: scielo.conicyt.cl
- Pedrero-Pérez, E. J., et al. (2018). Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC): uso problemático de internet, videojuegos, teléfonos móviles, mensajería instantánea y redes sociales mediante el Multicage-Tic. Adicciones, 30 (1), 19-32. Recuperado de: www.cop-cv.org
- Soto, A., Miguel, N., y Pérez, V. (2018). Abordaje de adicciones a nuevas tecnologías: Una propuesta de prevención en el contexto escolar y tratamiento de rehabilitación. Papeles del psicólogo, 39 (2), 120-126. Recuperado de: www2.papelesdelpsicologo.es