La popularidad de las aplicaciones móviles de autoayuda ha crecido considerablemente en los últimos años, en particular como herramientas accesibles para el tratamiento de la salud mental. Estas aplicaciones móviles prometen ayudar a gestionar condiciones como la ansiedad, depresión y el estrés, permitiendo a las y los usuarios acceder a técnicas terapéuticas desde sus dispositivos electrónicos. No obstante, aunque su facilidad de uso y disponibilidad las ha convertido en una opción atractiva, aún existen serias dudas sobre su verdadera efectividad y validez científica.
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A continuación, exploraremos qué son las aplicaciones móviles de autoayuda y algunos de los tipos que existen en el mercado, así como la evidencia científica que respalda su uso, las críticas que han recibido estos programas, los riesgos asociados a ellos y el papel de las y los profesionales de la salud mental en la recomendación de su empleo.
¿Qué son las aplicaciones móviles de autoayuda?
Las aplicaciones móviles de autoayuda son programas diseñados específicamente para dispositivos móviles que ofrecen recursos y estrategias para gestionar la salud mental de manera autónoma. Algunos de estos programas suelen basarse en enfoques terapéuticos reconocidos, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la meditación mindfulness, y están dirigidas a personas que buscan apoyo para manejar problemas como la ansiedad, la depresión, el estrés o el insomnio. A través de estas herramientas, las y los usuarios pueden acceder a ejercicios guiados, diarios emocionales, meditaciones, o técnicas de relajación que, supuestamente, les permiten mejorar su bienestar mental sin necesidad de acudir a un o una profesional de la salud mental de manera presencial.
Uno de los atractivos principales de las aplicaciones móviles de autoayuda es su accesibilidad. Al estar disponibles en dispositivos móviles, estas herramientas pueden ser utilizadas en cualquier momento y lugar, brindando a las personas un recurso inmediato para lidiar con momentos de crisis o gestionar emociones difíciles. Además, muchas aplicaciones son de bajo costo o incluso gratuitas, lo que las convierte en una opción viable para aquellos que no tienen acceso a atención psicológica o que buscan una forma de complementar su tratamiento con recursos adicionales (Walkins et al., 2024a).
Sin embargo, aunque estas aplicaciones pueden ofrecer beneficios en términos de accesibilidad y conveniencia, su eficacia real ha sido cuestionada. A pesar de que algunas están basadas en principios psicológicos bien establecidos, la ausencia de supervisión profesional directa en la mayoría de estas herramientas plantea dudas sobre su capacidad para proporcionar un tratamiento efectivo, especialmente en casos más graves. Por esta razón, muchas veces se recomienda su uso como un complemento a la terapia tradicional, y no como un sustituto de esta (Linardon et al., 2019; Pérez, 2024).
Tipos de aplicaciones de autoayuda para la salud mental
Existen diversos tipos de aplicaciones móviles de autoayuda en el mercado enfocadas en el tratamiento de la salud mental; cada una de las cuales ofrece enfoques y funcionalidades diferentes según el problema que se desee abordar. Entre las más populares se encuentran las aplicaciones de meditación y mindfulness, como Headspace o Calm, que ofrecen ejercicios guiados para la relajación, la gestión del estrés y la mejora de la atención plena. Estas aplicaciones están diseñadas para ayudar a las personas a reducir la ansiedad diaria y mejorar su bienestar general mediante prácticas de meditación que pueden incorporarse fácilmente en su rutina.
Otra categoría importante son las aplicaciones basadas en la terapia cognitivo-conductual, como Moodpath o Woebot. Estas herramientas interactivas guían a los usuarios a través de ejercicios diseñados para identificar y modificar patrones de pensamiento negativos, supuestamente ayudándoles a desarrollar habilidades cognitivas más saludables. En el caso de Woebot, una de las características más innovadoras es el uso de inteligencia artificial para interactuar con las y los usuarios mediante conversaciones simuladas, lo que, supuestamente, le permitiría ofrecer un soporte emocional continuo sin la necesidad de intervención humana directa.
Adicionalmente, existen aplicaciones específicas para tratar condiciones particulares de salud mental, como la depresión o el trastorno de ansiedad generalizada. Por ejemplo, Daylio es una aplicación que permitiría a las y los usuarios llevar un registro diario de su estado de ánimo, teóricamente, ayudándolos a identificar patrones emocionales y posibles desencadenantes de sus síntomas (Greentology, 2023). Así mismo, en el campo de la depresión, Rejoyn ha sido aprobada por la FDA como la primera aplicación recetada específicamente para el tratamiento de esta condición, lo que marca un hito en el uso de tecnologías digitales para el tratamiento clínico (Moreno, 2024).
Estudios sobre la efectividad de las aplicaciones móviles de salud mental
A medida que las aplicaciones móviles de autoayuda han ganado popularidad, también han surgido esfuerzos por evaluar su efectividad mediante estudios clínicos. Algunas investigaciones han demostrado resultados positivos, sugiriendo que estas aplicaciones pueden ser útiles para reducir síntomas de depresión, ansiedad y estrés en usuarios que presentan condiciones leves a moderadas. Por ejemplo, un estudio publicado en Frontiers in Digital Health (2023) encontró que las aplicaciones basadas en la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) lograron mejoras significativas en usuarios con síntomas depresivos, especialmente cuando se combinaban con intervenciones tradicionales como la terapia presencial (Hornstein et al., 2023).
Así mismo, otra investigación publicada en The Lancet destacó que las aplicaciones de salud mental pueden ser efectivas para mejorar el bienestar general y reducir la gravedad de los síntomas, siempre que se utilicen de manera constante y como parte de un enfoque integral de tratamiento. Este estudio también destacó que estas aplicaciones son particularmente útiles para personas que no tienen acceso a terapias presenciales debido a barreras geográficas o económicas, proporcionando una forma accesible de apoyo emocional y herramientas de autocuidado.
Sin embargo, los resultados no han sido uniformemente positivos. Algunos estudios han señalado que las mejoras observadas en los usuarios de aplicaciones móviles de autoayuda pueden depender en gran medida de la adherencia al programa y de la motivación individual para utilizar la aplicación de manera regular (Hornstein et al., 2023). Además, los efectos a largo plazo de estas herramientas aún no han sido completamente estudiados, y es posible que los beneficios observados sean más transitorios que duraderos. Esto plantea interrogantes sobre si las aplicaciones pueden ser una solución viable a largo plazo, especialmente para aquellos o aquellas que enfrentan problemas de salud mental más graves o crónicos (Newbold et al., 2020; Pérez, 2024).
Críticas al uso de aplicaciones móviles para la salud mental
A pesar de los estudios que respaldan su uso, las aplicaciones móviles de autoayuda también han recibido críticas importantes. Una de las principales preocupaciones que rodea a estas aplicaciones es la falta de supervisión profesional. Muchas de estas herramientas son completamente autónomas, lo que significa que los usuarios las utilizan sin la orientación directa de un psicólogo o psiquiatra. Esto puede ser problemático, ya que la ausencia de un profesional de la salud mental podría resultar en un uso inadecuado de la aplicación o en la incapacidad para detectar problemas más serios que requieren intervención inmediata (Pérez, 2024; Walkins et al., 2024b).
Otra crítica recurrente es que no todas las aplicaciones móviles de autoayuda están respaldadas por estudios científicos rigurosos. De hecho, un gran número de estas aplicaciones no han sido sometidas a pruebas clínicas exhaustivas, lo que significa que su efectividad puede ser más cuestionable de lo que sus desarrolladores afirman. Esto también puede llevar a que las personas confíen en herramientas que no ofrecen los resultados prometidos, y como consecuencia, pueden postergar la búsqueda de ayuda profesional en situaciones que lo requieren (García, 2023).
Además, el aspecto de la privacidad y la seguridad de los datos es otra área de preocupación. Muchas aplicaciones móviles recopilan datos personales sensibles, incluidos detalles sobre el estado emocional y la salud mental de los usuarios. Sin embargo, no todas las aplicaciones implementan las medidas de seguridad adecuadas para proteger esta información, lo que plantea riesgos de violaciones de datos o mal uso de la información recopilada por parte de terceros.
Riesgos de utilizar aplicaciones sin aval científico
El uso de aplicaciones móviles de autoayuda que no cuentan con un respaldo científico puede representar riesgos considerables para la salud mental de las y los usuarios. Uno de los principales peligros es que estas aplicaciones, al no estar basadas en investigaciones clínicas sólidas, podrían ofrecer soluciones simplificadas a problemas complejos. Esto es especialmente problemático en casos donde las y los usuarios enfrentan trastornos graves, como depresión mayor o el trastorno de ansiedad generalizada, ya que la atención inadecuada puede empeorar su condición en lugar de mejorarla (Pérez, 2024).
La dependencia excesiva en estas herramientas digitales también puede resultar en la postergación de la búsqueda de ayuda profesional, lo que pone en peligro a quienes necesitan intervención médica o psicológica inmediata. En algunos casos, las y los usuarios pueden creer que están recibiendo un tratamiento adecuado a través de una aplicación, cuando en realidad podrían estar pasando por alto señales de advertencia importantes que solo una o un profesional capacitado podría identificar.
Otro riesgo importante relacionado con el uso de este tipo de programas es la exposición a enfoques terapéuticos que no tienen evidencia suficiente para respaldar su efectividad. En este sentido, existen aplicaciones que promueven técnicas o intervenciones que podrían calificarse como pseudoterapias, lo que puede llevar a los usuarios a gastar tiempo y dinero en soluciones que no ofrecen ningún beneficio real. La falta de regulación en muchas de estas aplicaciones significa que prácticamente cualquier persona puede desarrollar y comercializar una herramienta digital, lo que aumenta el riesgo de que los usuarios sean víctimas de fraudes o productos ineficaces.
Aprobación oficial de aplicaciones móviles de auto ayuda
Es importante señalar que, a pesar de la falta de acuerdo sobre los riesgos asociados a las aplicaciones móviles de autoayuda para la salud mental y su efectividad, en algunos países, esto programas han comenzado a recibir aprobación oficial por parte de agencias regulatorias. Un ejemplo destacado es el de Estados Unidos, donde la FDA ha aprobado la primera aplicación recetada para el tratamiento de la depresión, llamada Rejoyn (Moreno, 2024). Esta validación oficial es un antecedente muy importante en el uso de tecnología digital para el tratamiento de la salud mental, ya que implica que estas herramientas comienzan a ser reconocidas como complementos válidos para la terapia clínica.
Aun así, es necesario tomar en cuenta que las regulaciones varían considerablemente entre países. Mientras que en Estados Unidos se han implementado normativas estrictas para la aprobación de estas aplicaciones, en otras regiones todavía se carece de un marco legal claro que garantice la seguridad y efectividad de estas herramientas. La falta de una regulación homogénea a nivel internacional deja un vacío que podría ser aprovechado por desarrolladores de aplicaciones no verificadas.
Recomendaciones de las y los profesionales de la salud mental
Finalmente, es significativo aclarar que, a pesar los estudios que soportan el empleo de este tipo de programas, las y los profesionales de la salud mental suelen recomendar el uso de aplicaciones móviles de autoayuda solo como un complemento a la terapia tradicional, y no como un sustituto de esta. De esta forma, diversas investigaciones y especialistas coinciden en que estas herramientas pueden ser útiles para gestionar problemas leves o como soporte entre sesiones terapéuticas, pero no deben reemplazar la intervención profesional en casos graves. La mayoría de las guías clínicas actuales recomiendan que los usuarios de estas aplicaciones consulten a una o un psicólogo o psiquiatra antes de utilizarlas, especialmente si experimentan síntomas graves o persistentes.
En este sentido, el consenso general es que, mientras que las aplicaciones móviles de autoayuda ofrecen beneficios en términos de accesibilidad y conveniencia, su uso debe estar supervisado y complementado por un tratamiento clínico adecuado para garantizar su efectividad y seguridad.
Referencias:
- García, P. (2023). El ‘boom’ de las apps de salud mental en el móvil: ¿herramienta útil o el ‘psicólogo de los pobres’? El Español. elespanol.com
- Greentology (2023). 7 Apps que ayudan contra la depresión. Greentology Magazine. greentology.life
- Hornstein, S., Zanvoort, K., Lueken, U., Funk, B., Hilbert, K. (2023). Personalization strategies in digital mental health interventions: a systematic review and conceptual framework for depressive symptoms. Frontiers in Digital Health, volumen (5). frontiersin.org
- Linardon, J., Cuijpers, P., Carlbring, P., Messer, M., Fuller, M. (2019). The efficacy of app-supported smartphone interventions for mental health problems: a meta-analysis of randomized controlled trials. World Psychiatry, volumen (18), pp. 325-336. onlinelibrary.wiley.com
- Moreno, K. (2024). Estados Unidos aprobó Rejoyn, la primera aplicación recetada para tratar la depresión. Infobae. infobae.com
- Pérez, S. (2024). Los riesgos de recurrir a ChatGPT como terapeuta: “Puede derivar en un mal diagnóstico”. La Vanguardia: sitio web. lavanguardia.com
- Newbold, A. et.al (2020). Promotion of mental health in young adults via mobile phone app: study protocol of the ECoWeB (emotional competence for well-being in Young adults) cohort multiple randomised trials. BMC Psychiatry, volumen (20), número (458). springer.com
- Sánchez, I. (2023). Las ‘apps’ para tratar la depresión reducen la gravedad de la enfermedad, según un estudio. El País: sitio web. elpais.com
- Walkins, E. et.al (2024a). Emotional competence self-help mobile phone app versus cognitive behavioural self-help app versus self-monitoring app to promote mental wellbeing in healthy young adults (ECoWeB PROMOTE): an international, multicentre, parallel, open-label, randomised controlled trial. Lancet Digital Health. thelancet.com
- Walkins, E. et.al (2024b). Emotional competence self-help app versus cognitive behavioural self-help app versus self-monitoring app to prevent depression in young adults with elevated risk (ECoWeB PREVENT): an international, multicentre, parallel, open-label, randomised controlled trial. Lancet Digital Health. thelancet.com
Créditos de imagen de portada: Foto de mikoto.raw Photographer