En la actualidad, la cristaloterapia se encuentra entre las pseudoterapias más populares, utilizada para tratar diversos malestares físicos y emocionales mediante cristales y piedras preciosas. Sin embargo, al ser una práctica basada en supuestos principios energéticos y no en evidencia científica, ha generado un debate importante en el ámbito de la salud pública. Clasificada como pseudoterapia, la cristaloterapia ha crecido en popularidad en el contexto de tendencias de bienestar y espiritualidad; especialmente entre quienes buscan alternativas no invasivas para el manejo del estrés o la mejora del bienestar general.
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¿En qué consiste la pseudoterapia llamada cristaloterapia?
La cristaloterapia, o gemoterapia, consiste en la colocación estratégica de cristales sobre el cuerpo o su uso en el entorno inmediato para, supuestamente, equilibrar la energía vital y promover la curación física, mental y espiritual. Las y los practicantes atribuyen a cada cristal propiedades específicas según su color, composición y estructura. Por ejemplo, el cuarzo rosa se asocia con el amor y la paz interior, mientras que la turmalina negra es conocida por, supuestamente, ‘proteger’ contra energías negativas. Estas prácticas se utilizan en sesiones individuales, meditaciones guiadas o rituales espirituales (Griziotti, 2019).
Es importante resaltar que, hasta la fecha, no existen pruebas científicas que demuestren que los cristales tengan propiedades curativas intrínsecas. Por lo tanto, la cristaloterapia no cuenta con evidencia científica que respalde sus resultados. En este sentido, los efectos que algunas personas pueden experimentar al exponerse a esta técnica, suelen atribuirse al efecto placebo; un fenómeno en el cual las expectativas positivas de las y los usuarios generan una percepción subjetiva de alivio o mejora. Esto, sin embargo, no implica un cambio objetivo en la salud física o mental del individuo (Micke et al., 2010; Dubey, 2019).
El creciente interés por esta práctica refleja una búsqueda de conexión espiritual y soluciones holísticas, pero su promoción como tratamiento legítimo plantea serios desafíos éticos y de salud pública, especialmente cuando reemplaza terapias científicamente validadas (Verdú, 2018; Piñeiro et al., 2022).
Principios y creencias detrás de la cristaloterapia
Los fundamentos teóricos de la cristaloterapia provienen de tradiciones espirituales y místicas, muchas de ellas con raíces en las antiguas culturas orientales. Así, la práctica se basa en la creencia de que los cristales actúan como conductores o amplificadores de energía, capaces de influir en los campos energéticos del cuerpo humano. Según sus defensores, los cristales pueden equilibrar los centros energéticos del cuerpo, conocidos como chakras, y liberar bloqueos energéticos que, supuestamente, son la causa de enfermedades físicas o emocionales.
Estas ideas también incorporan conceptos de New Age, como la resonancia energética, y términos de la física, aunque de manera imprecisa. Se argumenta, por ejemplo, que los cristales vibran a frecuencias específicas que interactúan con la energía humana para promover la sanación. No obstante, la evidencia científica no respalda estas afirmaciones. Por el contrario, estudios controlados han demostrado que no existen cambios fisiológicos atribuibles al uso de cristales (Griziotti, 2019; Dubey, 2019).
El atractivo de la cristaloterapia radica en gran parte en su componente simbólico y estético. Para muchas y muchos, los cristales representan un punto focal de intención y meditación, lo cual puede ser beneficioso desde una perspectiva subjetiva. Sin embargo, estas experiencias no se consideran una prueba de eficacia terapéutica, lo que refuerza la clasificación de la cristaloterapia como pseudoterapia (Alonso, Cortiñas, 2014; Verdú, 2018).
Falta de evidencia científica en la cristaloterapia
A pesar de su popularidad, no hay evidencia científica sólida que respalde las afirmaciones sobre los beneficios curativos de la cristaloterapia. Esto se debe a que los cristales son materiales inertes cuya interacción con el cuerpo humano no genera efectos biológicos mensurables. Además, como ya se ha mencionado, las investigaciones realizadas hasta la fecha señalan que cualquier mejora percibida por las y los usuarios probablemente se deba al efecto placebo.
En estudios controlados, donde los participantes no sabían si estaban usando cristales ‘verdaderos’ o réplicas de vidrio, los resultados no mostraron diferencias significativas en términos de beneficios reportados. Esto sugiere que las expectativas y creencias del usuario desempeñan un papel más importante que las propiedades de los cristales en sí mismos (Micke, 2010; Dubey, 2019).
Por esta razón, instituciones científicas y médicas advierten sobre el uso de la cristaloterapia como sustituto de tratamientos basados en evidencia. Desafortunadamente, la falta de regulación y el uso indiscriminado de términos científicos sin respaldo validado también contribuyen a perpetuar la desinformación sobre esta práctica (Alonso, Cortiñas, 2014; Verdú, 2018).
¿Qué es la cristaloterapia cuántica?
La cristaloterapia cuántica surge como una evolución moderna de la cristaloterapia tradicional, con una terminología que busca legitimidad científica al utilizar conceptos de la física cuántica. En este sentido, las y los practicantes afirman que los cristales interactúan con partículas subatómicas y campos energéticos cuánticos, influenciando la salud física y emocional. Sin embargo, estas afirmaciones son pseudocientíficas y no tienen respaldo empírico.
Por el contrario, las y los expertos en física argumentan que el uso de términos como ‘energía cuántica’ o ‘frecuencias subatómicas’ en este contexto es incorrecto y engañoso. La física cuántica, aunque compleja, no respalda la idea de que los cristales puedan modificar procesos biológicos mediante interacciones a nivel cuántico (Dubey, 2019; Grizioti, 2019).
De esta forma, es posible afirmar que, la cristaloterapia cuántica no representa un avance terapéutico, sino una adaptación de marketing que busca aprovechar la percepción de sofisticación que otorga el término ‘cuántico’. Una cuestión que refuerza la clasificación de la cristaloterapia como pseudoterapia.
¿Por qué la cristaloterapia es una pseudoterapia?
Una pseudoterapia se caracteriza por presentarse como un tratamiento efectivo sin evidencia científica que lo respalde. En este sentido, la cristaloterapia cumple con esta definición debido a la falta de pruebas empíricas que avalen sus supuestos beneficios. A pesar de su creciente popularidad, los cristales no han demostrado tener efectos terapéuticos más allá del placebo (Alonso, Cortiñas, 2014).
Es importante señalar que, el término pseudoterapia es crucial para alertar a las y los consumidores sobre prácticas que podrían ser ineficaces o incluso perjudiciales, ya que, en casos como el de la cristaloterapia, su promoción como alternativas legítimas puede desviar a las y los pacientes de tratamientos médicamente validados.
Riesgos asociados a una pseudoterapia como la cristaloterapia
La cristaloterapia y otras pseudoterapias representan riesgos significativos para la salud pública. El principal peligro radica en que pueden retrasar o reemplazar tratamientos científicos eficaces, particularmente en enfermedades graves como el cáncer o trastornos psiquiátricos. Además, la promoción de estas prácticas perpetúa la desinformación y contribuye a la desconfianza hacia la medicina basada en evidencia.
Los riesgos incluyen gastos innecesarios, retraso en diagnósticos y complicaciones por falta de atención médica adecuada. Por ello, es fundamental educar al público sobre las diferencias entre terapias validadas y pseudoterapias, y priorizar enfoques respaldados por evidencia (Verdú, 2018; Piñeiro et al., 2022).
Referencias:
- Alonso, F., Cortiñas, S. (2014). La pseudociencia como (des)información tóxica. Una taxonomía para comprender el fenómeno y sus manifestaciones. Ámbitos, número (24). revistascientificas.us.es
- Dubey, S. (2019). Crystal Therapy. Asian Journal of Nursing Education and Research, volumen (9), número (3), pp. 460-462. ajner.com
- Griziotti, T. (2019). Cristaloterapia: Cómo curarse con los cristales. DVE Publishing.
- Micke, O., Schönekaes, K., Mücke, R., Kisters, K., Büntzel, J. (2010). Mystical stones in oncology: crystal healing power or perfect nonsense? Trace Elements and Electrolytes, volumen (27), número (2), pp. 73-79. researchgate.net
- Piñeiro, R., Núñez, E., Cabrera, L., Díez, I., Escrig, R., Gil, M., Manzano, S.,Rodríguez, B., Calvo, C. (2022). Resultados de una encuesta nacional sobre conocimiento y uso de pseudociencias por parte de los pediatras. Anales de Pediatría, volumen (96), número (1), pp. 25-34. sciencedirect.com
- Verdú, F. (2018). OMS u OMC. Sobre las medicinas tradicionales y complementarias. Medicina Naturista, volumen (12), número (1). researchgate.net
Créditos de imagen de portada: Foto de KATRIN BOLOVTSOVA