En el ámbito de la investigación científica, el efecto Pigmalión ha sido estudiado principalmente en el terreno educativo. No obstante, este fenómeno, que se refiere a cómo las expectativas y percepciones de las y los demás pueden influir en nuestro comportamiento y rendimiento, también puede ser observado dentro del proceso terapéutico. En primer lugar, el estudio del efecto Pigmalión en la psicoterapia puede permitirnos conocer en qué grado las concepciones previas que las y los terapeutas tienen sobre sus pacientes pueden afectar, tanto positiva como negativamente, los resultados del proceso clínico. Por otro lado, el análisis de este fenómeno también da cuenta, a su vez, de cómo las opiniones de las y los clientes pueden influir en el trabajo de las y los profesionales de la salud mental.
Contenidos relacionados:
- Falacias lógicas formales e informales, tipos y ejemplos
- Argumento ad hominem: Concepto y ejemplos
- Argumento de autoridad y ad verecundiam
Debido a esto, el efecto Pigmalión se nos presenta como una dimensión que debe ser entendida y manejada adecuadamente, con el fin de maximizar los beneficios de la psicoterapia y minimizar sus posibles efectos adversos.
¿Qué es el efecto Pigmalión?
El efecto Pigmalión se refiere a la influencia que las expectativas de una persona pueden tener sobre el rendimiento de otra. De esta manera, las creencias y prejuicios que una persona tiene y expresa sobre otra podrían moldear la conducta de esta última, llevándola a confirmar dichas expectativas. De acuerdo a diversas investigaciones, este fenómeno podría impactar la autoestima, el rendimiento, las actitudes, la motivación y los comportamientos de las personas (Solís, Borja, 2017).
El origen del término ‘efecto Pigmalión’ se encuentra en la leyenda mitológica greco-romana del rey Pigmalión. Un talentoso escultor que fue capaz de crear a Galatea, una estatua femenina de singular perfección y belleza. Pigmalión quedó tan encantado con su obra que se enamoró de ella, por lo que pidió a la diosa Afrodita que la transformara en una mujer real. Afrodita, conmovida por su fervor, concedió su deseo, y Galatea cobró vida, convirtiéndose en la esposa de Pigmalión. Esta historia ilustra cómo el fervor y las expectativas de Pigmalión lograron transformar su ideal en realidad.
El efecto Pigmalión es un modelo de relaciones interpersonales que responde al hecho de que las expectativas que tenemos sobre las personas, las cosas y las situaciones con las que nos relacionamos pueden materializarse. De esta forma, cuando alguien cultiva o hace triunfar a otra persona, se dice que es su Pigmalión (Gutiérrez, Rafael, 2010).
Es importante señalar que, entendido de esta forma, el efecto Pigmalión podría tener tanto efectos positivos como negativos. En este sentido, diversos autores han sugerido la manipulación de este fenómeno en el ámbito educativo, en beneficio del rendimiento de las y los alumnos. Por otro lado, algunas y algunos críticos señalan que el concepto de esta dimensión es aún demasiado ambiguo para ser utilizado de esta manera.
El efecto Pigmalión en diferentes ámbitos
El Efecto Pigmalión ha sido corroborado a través de numerosos estudios en distintos ámbitos. En el área educativa, por ejemplo, el Dr. Robert Rosenthal realizó un experimento que demostró el enorme impacto que las expectativas de las y los docentes tienen sobre la capacidad y el desempeño de sus alumnos. Los resultados mostraron que las y los estudiantes a quienes los maestros consideraban más capaces tendían a rendir mejor, independientemente de sus habilidades reales. Por otro lado, autores como Feldman y Theiss demostraron que las expectativas de las y los alumnos también pueden influir en el desempeño de los profesores, mostrando así la bidireccionalidad de este fenómeno en el ámbito educativo.
Así mismo, en los campos de la administración y la industria, se ha estudiado la forma en que las expectativas de gerentes, supervisores e instructores, pueden afectar la productividad y el aprendizaje de sus subalternos y subalternas en distintas áreas y niveles. Esto ha dado lugar al diseño de programas que pretenden manipular dichas expectativas para mejorar el rendimiento de las y los empleados. Este tipo de investigaciones y estrategias también se han realizado en otro tipo de organizaciones estructuradas, como las fuerzas armadas.
Por su parte, la psicología ha expandido los criterios de investigación en el estudio del efecto Pigmalión. Por ejemplo, a través de estereotipos como el atractivo físico, mostrando que las expectativas basadas en la apariencia pueden influir en las interacciones sociales y el comportamiento de las personas (Gutiérrez, Rafael, 2010).
Las distintas caras del efecto Pigmalión en psicoterapia
El efecto Pigmalión puede generarse en ‘diferentes direcciones’ dentro de la psicoterapia. En primera instancia, dado el tipo de relación íntima que se mantiene dentro de una psicoterapia, es fácil imaginarse que las expectativas de las y los psicoterapeutas influyen en sus pacientes o clientes. Por ejemplo, una persona que ha pasado por diferentes psicólogos sin mostrar gran mejoría, puede generar un pronóstico menos favorable en la opinión de su nueva terapeuta, prejuzgándola como un ‘cliente difícil’.
Por otro lado, los deseos, expectativas y creencias que las y los pacientes tienen sobre la psicoterapia y sobre la eficiencia de las y los profesionales, también juegan un papel muy importante en el trabajo de las y los psicoterapeutas a cargo y, por lo tanto, de los resultados finales del proceso. Pensemos esta vez, en la percepción devaluada que este mismo paciente puede tener sobre la terapia en general después de repetidos fracasos en ella, y cómo la expresión de estos sentimientos puede influir en el trabajo de su actual psicóloga.
Aunado a esto, cada una de estas partes (terapeuta y paciente) se encuentra influenciada por su propio contexto. De esta manera, la opinión que los profesores, instituciones, compañeros de trabajo o colegas tengan de la labor y formación de las y los profesionales, tendrá un impacto importante en los resultados de su trabajo. Así mismo, las esperanzas y prejuicios que padres y familiares tengan sobre el éxito de la o el paciente en la terapia también pueden influir en el éxito de la misma.
Cabe señalar, además, que el mismo diagnóstico crea expectativas distintas tanto en profesionales como clientes. Esto, debido a que dichas etiquetas vienen acompañadas de connotaciones y prejuicios que, aunque útiles en el proceso, pueden ser arbitrarios (Díez, 2013).
Efecto Pigmalión en provecho de la psicoterapia
El efecto Pigmalión puede tener un impacto positivo y favorable en el proceso terapéutico, en el sentido de que las expectativas y el empeño de la o el terapeuta pueden ayudar a sacar adelante a su paciente más allá del pronóstico inicial. En este contexto, el proceso no solo dependería de las expectativas del paciente, sino de las del propio terapeuta, que actúa como Pigmalión, facilitando el cambio y el progreso del paciente (Pérez, 2020).
En cierta medida, el efecto Pigmalión, en ambas direcciones, puede ser visto como una parte integral de la psicoterapia. Las y los pacientes, a veces, acaban creando la realidad que temen y que les gustaría cambiar, en un proceso conocido como profecía autocumplida. En ocasiones, los terapeutas pueden ser cómplices de estas profecías, cumpliendo las predicciones y confirmando los temores de los pacientes. Poder percibir este proceso y actuar de manera contraria a lo que la situación provoca es una parte esencial del proceso terapéutico (Naranjo, 2014).
El uso de las expectativas como recurso terapéutico se presenta de manera especial en las psicoterapias de corte humanista. De acuerdo con estos modelos, la experiencia clínica muestra que las expectativas del paciente, especialmente al inicio de la terapia, pueden ser excesivamente exageradas o demasiado bajas. La labor de la o el psicoterapeuta sería entonces equilibrar estas ideas y ajustarlas a la realidad, ya que las expectativas adecuadas de la persona en busca de significados siempre serán un estímulo importante para el proceso de cambio (García, 2012).
De esta manera, al conocer y saber utilizar el efecto Pigmalión en su beneficio, las y los terapeutas pueden ayudar a las y los pacientes a superar sus dificultades, desarrollando un entorno terapéutico que fomente la autoeficacia y la confianza en sus propias capacidades.
Efecto Pigmalión en detrimento de la psicoterapia
Si bien el efecto Pigmalión puede tener un papel positivo en la terapia, también puede ser negativo y contraproducente. Esta situación puede ser vista en el propio proceso diagnóstico, cuando las designaciones clínicas clasifican y ‘etiquetan’ a las y los pacientes. Estas etiquetas pueden ayudar a clarificar un estado de malestar subjetivo, pero también pueden llevar a que la persona asuma un rol determinado a causa de un diagnóstico clínico, modificando artificialmente el curso de su vida (Díez, 2013). En este sentido, las expectativas generadas por un diagnóstico determinado, no solo de las y los profesionales de la salud mental, sino de la sociedad en general, pueden afectar la forma en que el o la paciente se percibe; y, por lo tanto, sus expectativas sobre el futuro de su propio proceso terapéutico.
En lo referente a los prejuicios y expectativas de las y los clínicos, la llamada ‘profecía autocumplida’ puede tener efectos negativos cuando no se espera gran cosa de las y los clientes, ya que puede significar el dejar de hacer esfuerzos que podrían ayudar al éxito de la psicoterapia. Debido a esto, es crucial que los terapeutas sean conscientes de sus propias expectativas y cómo estas pueden influir en el proceso terapéutico.
Aunado a esto, la influencia de las y los terapeutas sobre sus clientes es un tema de discusión común. En este sentido, diversos profesionales, investigadores y filósofos han propuesto que las y los terapeutas pueden inducir a sus pacientes mediante sugestión para proporcionar respuestas que validen sus propias teorías (Azcona, 2019). Esto sugiere que la base empírica de diversas corrientes podría estar contaminada, ya que las y los pacientes son víctimas de un efecto Pigmalión, y las interpretaciones del psicoterapeuta pueden reflejar sus propios deseos, careciendo de valor probatorio.
Limitaciones del efecto Pigmalión dentro de la psicoterapia
Aunque el efecto Pigmalión puede tener un impacto significativo en el proceso terapéutico, también presenta varias limitaciones que deben ser consideradas. Es cierto que las expectativas de las y los demás influyen en nosotros de maneras que aún no comprendemos completamente. Sin embargo, también es verdad que no estamos completamente determinados por las ideas que otros desarrollen sobre nosotros. Es decir, a pesar de que un o una terapeuta pueda imaginar un cambio en el o la paciente, este cambio puede ocurrir de manera inesperada y en direcciones que escapan a las previsiones del propio terapeuta.
En este sentido, es frecuente que las y los pacientes mejoren de formas que las y los terapeutas no anticiparon, y en ocasiones, las transformaciones que ocurren superan las expectativas o se desarrollan en direcciones imprevistas. Este fenómeno ocurre continuamente, y las y los clientes a menudo sorprenden con su capacidad para mejorar en formas que no se habían imaginado. Por lo tanto, el proceso de cambio no siempre se alinea con las expectativas del terapeuta, que pueden ser limitadas o negativas.
De igual forma, también es posible que las expectativas positivas sobre un paciente no se confirmen en el resultado del proceso terapéutico. A pesar de que un terapeuta pueda tener una visión optimista y transmitirla al paciente, no siempre se alcanzan las metas o los cambios deseados. Es decir, la realidad clínica no siempre depende de las creencias o imaginaciones de las y los terapeutas. Al final, el desarrollo de un proceso clínico no es completamente predecible y está influenciado por numerosos factores que van más allá de las expectativas y deseos (Naranjo, 2014).
Importancia de identificar el efecto Pigmalión en psicoterapia
Comprender el papel del efecto Pigmalión dentro de la psicoterapia es fundamental para mejorar la eficacia y la ética del tratamiento. Este efecto, que revela cómo las expectativas pueden influir en el comportamiento y el rendimiento de las personas, tiene implicaciones significativas en cómo las y los profesionales de la salud mental interactúan con sus pacientes y manejan sus diagnósticos.
Una de las principales tareas de las y los profesionales de la salud mental es mitigar las posibles consecuencias negativas de las etiquetas psiquiátricas en las y los pacientes. Como ya se comentó, las designaciones diagnósticas, aunque pueden ayudar a clasificar y entender ciertos estados de malestar, también pueden tener efectos estigmatizantes y limitar la percepción que la o el paciente tiene de sí mismo. Este fenómeno puede conducir a una profecía autocumplida, en la cual la o el paciente asume el rol que se le ha asignado, dificultando su recuperación y crecimiento (Díez, 2013). Ante esta situación, el ser conscientes del peso que tiene el diagnóstico en sus opiniones y su propia labor, brinda a las y los profesionales la oportunidad de mantener una postura más objetiva, y controlar sus propias preconcepciones en la labor terapéutica.
Además, saber que las pruebas clínicas pueden estar expuestas a la sugestión y la confusión invita a las y los profesionales a adoptar una actitud de cautela al usarlas. En este sentido, las y los terapeutas deben estar atentos a cómo sus propias expectativas pueden influir en los resultados y respuestas que obtienen de las y los pacientes y, por lo tanto, en el resultado del proceso terapéutico.
Referencias:
- Azcona, M. (2019). Hacia una redefinición del problema de la sugestión en psicoanálisis: minimizando el efecto Pigmalión. Revista Perspectivas en Psicología, volumen (16), número (2). handle
- Díez, F. (2013). El efecto Pigmalión: una teoría sobre la esperanza. Revista de Psicopatología y salud mental del niño y del adolescente, volumen (22), pp. 91-98. fundacioorienta.com
- García, J. (2012). El paciente, factor de efectividad. Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, número (67). com.aespat.es
- Gutiérrez; M., Rafael, E. (2010). El efecto Pigmalión en la actividad docente y administrativa. Revista de la Facultad de Ciencias Contables, volumen (17), número (33), pp. 173-181. core.ac.uk
- Naranjo, R. (2014). Predicción e Incertidumbre en Psicoterapia. Clínica e Investigación Relacional, volumen (8), número (3). cloudfront.net
- Pérez, M. (2020). El embrollo científico de la psicoterapia: Cómo salir. Papeles del Psicólogo, volumen (41), número (3). redalyc.org
- Solís, P., Borja, V. (2017). El efecto Pigmalión en la práctica docente. Publicaciones Didácticas. core.ac.uk
Créditos de imagen de portada: Foto de cottonbro studio de Pexels