A pesar de ser una técnica muy popular en el terreno de la educación, la intervención clínica y el entrenamiento corporativo, la programación neurolingüística se considera una pseudociencia y una práctica pseudoterapéutica. Esta categorización se debe a que dicho enfoque basa sus principios y prácticas en la deformación y reinterpretación de corrientes con plataformas teóricas más sólidas; además de que no cuenta con evidencia científica suficiente que avale sus prácticas, objetivos y supuestos resultados (Druckman, 2006; Witowski, 2010).
Aun así, sus defensores aseguran que la programación neurolingüística es efectiva en el tratamiento de todo tipo de trastornos psicológicos; recomendándola incluso para la atención de ciertas afecciones físicas. Además, se promociona y vende como una técnica maravillosa, capaz de mejorar la calidad de vida de las personas que la practican (Jaruffe, Pomares, 2011).
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Ante este panorama, es muy importante analizar los principios y prácticas que sostienen una técnica tan difundida como esta, pero con tan poco sustento empírico. Esto, con el fin de prevenir en lo posible, los daños que prácticas pseudocientíficas de esta clase pueden ocasionar en quienes confían en ellas.
La programación neurolingüística y sus principios
La programación neurolingüística es una pseudociencia desarrollada por Richard Bandler y John Grinder en la década de los 70’s. En términos muy generales, esta corriente se desarrolla a partir de la idea de que a través del proceso de la comunicación es posible dirigir el cerebro para lograr diversos resultados. Esto significaría que el lenguaje, tanto verbal como no verbal, sería capaz de afectar el sistema nervioso (Jaruffe, Pomares, 2011).
La programación neurolingüística parte de tres supuestos o principios, condensados en su propio nombre:
- Toda la conducta es el resultado de un proceso neurológico (neuro).
- Los procesos neuronales se representan, ordenan y secuencian en modelos y estrategias a través de sistemas de lenguaje y comunicación (lingüística).
- Es posible organizar los componentes de un sistema para obtener determinados resultados (programación).
(Dilts, et.al 1980).
Por lo tanto, de acuerdo a este enfoque, la conducta es programada combinando y secuenciando representaciones del sistema neuronal, esto es, imágenes, sonidos, olores o incluso sentimientos. Dicho procesamiento de representaciones internas es el origen de cualquier tipo de comportamiento.
Para la programación neurolingüística, el ser humano no opera directamente sobre el mundo real en que vive, sino que lo hace a través de mapas, representaciones y modelos, a partir de los cuales genera y guía su conducta. Esto implica que una persona frente a su experiencia del mundo, forma de éste una representación lingüística compleja que determina su realidad y sus respuestas hacia la misma. En este sentido, la labor del “modelador” sería entrenar a las personas a través de estrategias verbales a identificar y modificar la forma en que la información del medio se interpreta (Jaruffe, Pomares, 2011).
Estrategias de la programación neurolingüística
Una forma efectiva de entender mejor las ideas sostenidas por la programación neurolingüística, es conocer el tipo de problemas que identifica en la estructura del lenguaje y la forma en que propone responder ante estas supuestas deficiencias. En este sentido, es posible hablar de las siguientes dimensiones:
- Generalización: se presentaría cuando alguien no representa algo específico en la experiencia. Por ejemplo, el decir “todo lo que hago me sale mal”. Ante declaraciones como esta, la PNL propone utilizar intervenciones que contradigan la generalización, apelando a la propia experiencia, trabajando con la ausencia de índices referenciales, o bien, con los verbos que no especifica bien.
- Omisiones: se presentaría cuando se presta atención solo a ciertas partes de la experiencia, eliminando otras. Por ejemplo, la expresión “me siento nervioso”, donde se omite especificar el motivo del sentimiento. En este sentido, la intervención se dirigiría a manifestar los motivos de la emoción.
- Distorsiones: se producirían cuando la gente asigna responsabilidades que están dentro de su control a objetos externos. Por ejemplo, el decir que “los problemas ajenos me distraen”, cuando los problemas de concentración son un asunto de la persona que los experimenta. Ante esta situación, se recurre a replantear las afirmaciones, de forma tal, que al persona se haga responsable de lo que siente.
(Jaruffe, Pomares, 2011).
De acuerdo al enfoque en cuestión, este tipo de mecanismos actúan en todo el sistema de creencias, por lo que la intervención se dirigiría, en resumen, a que los individuos adquieran la capacidad de especificar sus generalizaciones, recobren partes faltantes omitidas en su modelo del mundo y corrijan las partes distorsionadas del mismo, con el fin de orientar de forma precisa su cambio (Jaruffe, Pomares, 2011).
Porqué la programación neurolingüística es una pseudociencia
La programación neurolingüística presenta distintas propiedades que la caracterizan como una pseudociencia. A continuación, se analizarán algunos de estos aspectos, con el fin de mostrar las razones por las que este enfoque goza de tan poco crédito dentro de la comunidad científica.
- Reinterpreta y exagera ideas prestadas: Un conocimiento pseudocientífico suele basarse en afirmaciones contradictorias, exageradas o no refutables (Hansson, 2008). En este sentido, es posible decir que la PNL toma prestados algunos argumentos e ideas con reconocimiento científico (por ejemplo, la gramática generativa transformacional de Chomsky), para realizar a partir de ellos, conclusiones y conexiones sin ningún fundamento científico.
- No sigue un proceso sistemático para desarrollar sus hipótesis y procesos: Los enfoques clínicos y psicológicos formales suelen desarrollar sus herramientas, prácticas y terapéuticas, a partir de una postura teórica determinada y un proceso sistemático de validación. En el caso de la PNL, los procesos surgen de la observación y “modelamiento” de estrategias de comunicación observadas en profesionales exitosos (Tosey, Mathison, 2006). Es solo a partir de dicha selección ecléctica, que se buscan los principios teóricos que justificarían su uso.
- No permite ser evaluada formalmente: las prácticas pseudocientíficas suelen cerrarse a la evaluación de sus principios por parte de expertos (Hansson, 2008). En este sentido, la PNL opta por desentenderse directamente de un análisis formal, declarando abiertamente haber extendido los límites de la ciencia occidental; y afirmando que sólo puede ser entendida a partir de una aproximación fenomenológica (Dilts, et.al 1980).
- La evidencia científica ha desacreditado sus principios, métodos y resultados: A pesar de su resistencia manifiesta a la evaluación, seguidores, críticos e investigadores imparciales han realizado distintos estudios sobre la efectividad de esta técnica, encontrando que no existe evidencia científica que apoye ninguna de sus afirmaciones (Druckman, 2006; Witowski, 2010).
El atractivo de una pseudociencia como la programación neurolingüística
La programación neurolingüística ha sido públicamente calificada como una pseudociencia por varios años ya. No obstante, su popularidad entre instituciones y particulares se ha mantenido estable a lo largo del tiempo, siendo aplicada y consumida en todo tipo de escenarios de todo el mundo.
Existen muchas razones para este éxito. A continuación, se mencionarán algunas de las más importantes.
- La PNL se muestra como un enfoque orientado en el desarrollo personal, más que en uno enfocado en la patología.
- Brinda una ilusión de control sobre los problemas cotidianos.
- A primera vista, sus principios hacen sentido de forma individual, por lo que la integración de dichas ideas es aceptada sin escepticismo.
- Es un enfoque práctico que vende estrategias, no solo para un supuesto crecimiento individual, sino, además, para la predicción y manejo de la conducta de los demás.
- La PNL promueve una actitud optimista frente a los problemas, lo que se encuentra en consonancia con muchas filosofías y religiones.
- Es fácil de aprender dada su simplicidad.
- Puede ser combinada o incluida en otros enfoques y prácticas pseudoterapéuticas como el coaching.
(Dilts, et.al 1980; Tosey, Mathison, 2006; Jaruffe, Pomares, 2011).
La popularidad de una peligrosa pseudociencia
A pesar de ser considerada una pseudociencia, la programación neurolingüística es utilizada en muchos campos. Sus propios creadores la proponen como una herramienta útil en el tratamiento de trastornos mentales específicos y padecimientos psicológicos como depresión, ansiedad o fobias (Dilts, et.al 1980). Sobra decir que tales afirmaciones no tienen ninguna base científica, constituyendo un peligro para aquellas personas que acuden a este enfoque como única alternativa terapéutica.
Por otro lado, este enfoque ha tenido diversos usos en el ámbito laboral. Algunos de los más destacados son su empleo como herramienta de evaluación en procesos de selección de personal, o bien, su enseñanza como una habilidad supuestamente útil en puestos directivos (Peña, 2005; Tosey, Mathison, 2006). En estos casos, tampoco se ha comprobado que la programación neurolingüística, tenga más efectos que cierto grado de reafirmación en la seguridad de sus usuarios. Aunque, en ninguna forma, ha podido comprobar su efectividad como estrategia de análisis, negociación o entrenamiento.
Los usos de la PNL son tan variados y populares que en muchos rincones del mundo se han constituido asociaciones que pretenden dar legitimidad a la formación de supuestos profesionales en la materia (Tosey, Mathison, 2006). Convenientemente, dichas agrupaciones se cuidan mucho de no hacerse llamar terapeutas o psicólogos, promocionándose sólo como “modeladores” que imparten cursos de entrenamiento.
Al final, es posible afirmar que la programación neurolingüística representa un peligro considerable, no solo por sus métodos sin respaldo científico, sino por la gran cantidad de personas que se entrenan en ella, considerándola una técnica legítima. En este sentido, es necesario que los profesionales de la salud mental abandonen la indiferencia frente a las prácticas pseudocientíficas que los rodean, y se manifiesten en contra de estos fraudes tan populares.
Referencias
- Dilts, R., Grinder, J., Delozier, J., and Bandler, R. (1980) Neuro-Linguistic Programming: Volume I: The Study of the Structure of Subjective Experience. Cupertino, California. Meta Publications. kupdf.net
- Druckman, D. (2006) Be All That You Can Be: Enhancing Human Performance. Journal of Applied Social Psychology, volumen (34), número (11). academia.edu
- Hansson, S. (2008) Science and Pseudoscience. Stanford Encyclopedia of Philosophy online. plato.stanford.edu
- Jaruffe, A., Pomares, M. (2011) Programación neurolingüística. ¿Realidad o mito en Psicología y Ciencias Cognitivas? Revista de la Facultad de Ciencias de la Salud: Universidad del Magdalena, volumen (8), número (2). dialnet.unirioja.es
- Peña, S. (2005) Modelo de selección de personal en base a perfil de competencias. Innovaciones de Negocios, volumen (2), número (1). eprints.uanl.mx
- Tosey, P., Mathison, J. (2006) Introducing Neuro-Linguistic Programming. NLPresearch.org. web.archive.org
- Witkowski, T. (2010) Thirty-five years of research on Neuro-Linguistic Programming. NLP research data base. State of the art or pseudoscientific decoration? Polish Psychological Bulletin, volumen (41), número (2), pp. 58–66. journals.pan.