Desde hace más de un siglo, distintas disciplinas, científicas y no científicas, han explorado la posibilidad de utilizar la hipnosis como un método terapéutico para la atención de diferentes padecimientos. En el presente, la llamada hipnoterapia es considerada por muchas instituciones y profesionales, como una herramienta útil en el tratamiento de diversas enfermedades físicas y psicológicas. No obstante, a pesar de estas aplicaciones, la también llamada hipnosis clínica aún enfrenta severas críticas debido a las limitaciones de la evidencia científica que la respalda.
Contenidos relacionados:
- Pseudociencias y pseudoterapias en psicología
- Falsos recuerdos ¿Es posible manipular la memoria?
- Trauma psicológico, definición, concepto y crítica
En este sentido, aunque algunos estudios sugieren que la efectividad de la hipnosis en el campo de la medicina y la psicología está plenamente comprobada, dicha evidencia está muy lejos de ser concluyente; lo que demanda el fortalecimiento de la base científica que sostiene la hipnosis clínica, antes de seguir utilizándola como una técnica de validez comprobada.
Aunado a esto, existen algunas pseudoterapias que utilizan la hipnosis como el centro de su metodología clínica, atribuyéndole a este fenómeno propiedades extraordinarias, o incluso místicas; y que aprovechan la popularidad de esta técnica en el ámbito clínico para validar sus dudosos, y a veces peligrosos principios.
¿Qué es la hipnosis?
En términos generales, la hipnosis se describe como un estado de conciencia alterado en el que la persona experimenta una mayor receptividad a las sugestiones, cambios en la percepción, la cognición, las emociones o el control de la conducta motora. Durante este estado, las y los sujetos pueden mostrar una respuesta incrementada a las sugestiones, lo que les permite experimentar, sentir y comportarse de maneras que difieren de su estado de vigilia habitual (VandenBos, 2015).
Desde una perspectiva operativa, la hipnosis se entiende como un conjunto de procedimientos que implican una interacción social entre hipnotizador e hipnotizado. En este contexto, la o el hipnotizador utiliza una serie de técnicas, comúnmente denominadas inducción hipnótica, que consisten en tareas simples, como pedir al sujeto que se concentre en imágenes relajantes o permita que su mano flote hacia arriba. Estas técnicas están diseñadas para llevar al individuo a un estado de mayor sugestionabilidad, en el que es más receptivo a las sugerencias del hipnotizador. La eficacia de la hipnosis depende en gran medida de la susceptibilidad hipnótica del individuo, es decir, de su capacidad para entrar en este estado alterado de conciencia (Montgomery, Schnur, 2005; Mendoza, Lamas, Capafons, 2010; VandenBos, 2015).
Es importante destacar que el concepto de hipnosis no está exento de controversias y malentendidos. La terminología empleada para describir la hipnosis, como ‘sugestión’, mezcla términos técnicos con vocabulario del lenguaje ordinario, lo que puede llevar a errores categoriales y a dificultades para comprender completamente cómo se integran las diversas situaciones etiquetadas como ‘hipnosis’. Esto ha generado un debate continuo sobre la naturaleza exacta de la hipnosis y su aplicabilidad en diferentes contextos, incluidos los terapéuticos (Castellanos, Torres, Ortiz, 2013).
¿Qué es la hipnosis clínica o hipnoterapia?
La hipnosis clínica, también conocida como hipnoterapia, es la utilización de la hipnosis dentro del ámbito de la psicoterapia para tratar problemas psicológicos o médicos. Este enfoque terapéutico se ha empleado tanto en intervenciones breves, dirigidas a aliviar síntomas específicos o modificar patrones de comportamiento, como en terapias reconstructivas a largo plazo, orientadas a la adaptación o cambio de la personalidad. La hipnoterapia implica el uso de una o varias técnicas, donde un profesional (capacitado en el mejor de los casos) administra sugerencias terapéuticas a pacientes que han sido previamente inducidos al estado hipnótico (VandenBos, 2015).
En el contexto clínico, la hipnosis se inicia generalmente con un procedimiento de inducción. Durante esta fase, la o el hipnotizador guía al paciente mediante imágenes relajantes y tranquilizadoras, con el propósito de promover un estado de relajación profunda, distraer al paciente de estímulos aversivos y abrirlo a las sugerencias terapéuticas. Tras la inducción, seguiría la fase de aplicación, en la que la o el hipnotizador proporciona sugestiones específicas al paciente. Estas sugestiones pueden estar orientadas a generar cambios en los procesos sensoriales o cognitivos, en la fisiología o en el comportamiento (Montgomery, Schnur, 2005).
De acuerdo a las y los profesionales mejor capacitados, la hipnosis no sería una terapia en sí misma, sino una técnica auxiliar que se utiliza en el tratamiento de diversos problemas o trastornos psicológicos y médicos. De hecho, algunos expertos prefieren el término ‘hipnosis clínica’ en lugar de ‘hipnoterapia’, para subrayar que se trata de una técnica complementaria dentro de sistemas terapéuticos consolidados. En este sentido, la hipnosis clínica puede ser utilizada de forma aislada para abordar objetivos clínicos específicos, como la reducción del dolor o el manejo de la ansiedad, o como parte de un programa terapéutico más amplio (González, 2018).
Aplicaciones de la hipnosis clínica
En el ámbito clínico, la hipnosis ha sido promovida como una técnica versátil y útil en el tratamiento de diversas condiciones médicas y psicológicas. Algunos profesionales en la salud afirman que la hipnosis ha mostrado ser eficaz en el manejo del dolor, tanto crónico como agudo. Por ejemplo, la ‘hipnoanalgesia’ sostiene que puede reducir o incluso eliminar el dolor en pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos, pacientes con cáncer, o aquellos que sufren de dolor crónico, como migrañas o dolores de cabeza. En estas situaciones, se argumenta que la hipnosis no solo disminuye la percepción del dolor, sino que también mejora la calidad de vida al reducir la ansiedad y mejorar el sueño (Montgomery, Schnur, 2005).
En el campo de la psicología y la psiquiatría, los defensores de la hipnosis afirman que es eficaz en el tratamiento de trastornos como la ansiedad, el estrés postraumático y la depresión. Según estos profesionales, la hipnosis facilita la relajación profunda y aumenta la receptividad del paciente a las sugestiones terapéuticas, lo que podría ser beneficioso en la reducción del malestar emocional y la mejora del bienestar general (Johan, López, Zenteno, 2024).
Ante estas afirmaciones, es importante señalar que la evidencia científica que respalda el uso de la hipnosis en estos contextos sigue siendo objeto de debate. Mientras que algunos estudios sugieren beneficios, la solidez de esta evidencia no es uniforme, y la hipnosis no está exenta de críticas en cuanto a su eficacia real y su papel dentro de la práctica médica y psicológica. Por lo tanto, aunque se presentan testimonios sobre sus beneficios, la veracidad de estas afirmaciones aún requiere de mayor investigación y validación científica.
La hipnosis clínica y su falta de evidencia
A pesar de que la hipnosis clínica ha sido objeto de numerosos estudios y revisiones, la solidez de la evidencia científica que respalda su eficacia es cuestionable en varios aspectos.
En el manejo del dolor, la hipnosis ha obtenido una mayor aceptación científica. Estudios controlados y revisiones meta-analíticas han documentado su eficacia en reducir el dolor tanto en situaciones experimentales como clínicas.
Sin embargo, en otras áreas, los resultados son mucho menos concluyentes. Por ejemplo, en el tratamiento de trastornos psicológicos, como la ansiedad o la depresión, la hipnosis ha sido clasificada como ‘moderadamente eficaz’ o ‘probablemente eficaz’ en algunos estudios. Sin embargo, estos estudios a menudo presentan limitaciones metodológicas significativas, como falta de grupos de control adecuados, tamaño reducido de las muestras, o sesgo en la selección de participantes. Además, muchos de estos estudios no consideran el seguimiento a largo plazo, lo que impide determinar la durabilidad de los efectos de la hipnosis.
En el campo de los trastornos psicosomáticos, la situación es similar. Aunque algunos meta-análisis han sugerido que la hipnosis podría ser eficaz en el post-tratamiento de estos trastornos, dichas conclusiones deben ser tomadas con cautela debido a problemas metodológicos en los estudios revisados. La hipnosis en este contexto no ha demostrado ser claramente superior a otras intervenciones y, a menudo, su eficacia no supera la de los tratamientos estándar o el placebo (Mendoza, Lamas, Capafons, 2010; Castañeda, Krikorian, 2018).
Además, en la intervención para el tratamiento del tabaquismo, la obesidad y los trastornos del sueño, la investigación es aún más limitada. Pocos estudios han explorado la eficacia de la hipnosis en estos contextos, y aquellos que lo han hecho suelen adolecer de deficiencias metodológicas, lo que dificulta extraer conclusiones definitivas (Molina, Mendoza, Capafons, 2016).
Prácticas pseudocientíficas de la hipnosis en psicoterapia
Es muy importante destacar que la hipnosis ha sido objeto de una serie de prácticas y teorías que, a pesar de su popularidad en algunos círculos, carecen de una base científica sólida.
La hipnosis regresiva se divide en dos tipos de pseudoterapia: la regresión a la edad y la regresión a vidas pasadas. En la regresión a la edad, se induce al paciente a revivir experiencias de su infancia con la esperanza de que estas vivencias puedan aclarar problemas emocionales presentes. En la regresión a vidas pasadas, el paciente es guiado a experimentar supuestos eventos de vidas anteriores que podrían estar influyendo en su bienestar actual (VandenBos, 2015).
Aunque estos enfoques buscan explorar el subconsciente para resolver problemas emocionales (Mejía, 2016), no existe evidencia científica que respalde su eficacia. Además, están basados en planteamientos teóricos sin ningún aval científico (como la reencarnación).
Por otro lado, es cierto que la literatura muestra que los procedimientos hipnóticos pueden aumentar la cantidad de información recordada, pero no necesariamente su precisión. De hecho, la hipnosis puede incrementar la posibilidad de crear recuerdos falsos y fomentar una confianza exagerada en la exactitud de dichos recuerdos.
Además de la hipnosis regresiva, la hipnosis ha sido incorporada en diversos modelos terapéuticos eclécticos que buscan combinarla con otras modalidades psicoterapéuticas. Esta integración, aunque prometedora en teoría, a menudo carece de una base empírica sólida. En la práctica, la hipnosis se presenta a veces como una herramienta para potenciar los recursos terapéuticos de otras técnicas, como la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, el valor añadido de la hipnosis en estos contextos no siempre está respaldado por evidencia robusta y a menudo los estudios disponibles presentan problemas metodológicos significativos (Molina, Mendoza, Capafons, 2016).
Si la hipnosis clínica no tiene evidencia sólida ¿por qué es tan popular?
A pesar de la falta de una base empírica sólida y la controversia que rodea su eficacia, la hipnosis clínica sigue siendo una herramienta popular tanto entre profesionales de la salud como entre clientes.
Uno de los principales factores que contribuyen a la popularidad de la hipnosis clínica es el respaldo y la promoción por parte de diversas organizaciones profesionales y académicas especializadas en hipnosis. Estas instituciones han jugado un papel crucial en la difusión y legitimación de la hipnosis clínica como una opción terapéutica ofreciendo formación y certificación a los profesionales, y publicando investigaciones y guías clínicas que refuerzan el uso de la hipnosis en la práctica clínica. Este apoyo institucional genera una percepción de validez y credibilidad que, a menudo, no se corresponde con la calidad de la evidencia científica disponible.
Además, la hipnosis ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones que, aunque a menudo presentan problemas metodológicos significativos, han contribuido a su reputación como un tratamiento potencialmente eficaz. La evidencia científica indica que la hipnosis puede aplicarse con cierto éxito a una variedad de problemas de salud (VandenBos, 2015). Aunque los métodos y resultados de estas investigaciones son frecuentemente cuestionables, el volumen y la persistencia de estos estudios han contribuido a una percepción generalizada de que la hipnosis es una opción terapéutica válida.
Otro factor que potencia la popularidad de la hipnosis es la creencia de que esta es una terapia sumamente útil, rápida y eficaz, que no requiere esfuerzo por parte del cliente, (Mendoza, Lamas, Capafons, 2010). Este mito perpetúa la idea de que la hipnosis puede ofrecer resultados notables con mínima inversión de tiempo y esfuerzo, lo que la hace especialmente atractiva para aquellos que buscan soluciones rápidas para sus problemas.
Peligros de la hipnosis como psicoterapia
La hipnosis, a pesar de su popularidad y la percepción de su eficacia en el ámbito clínico, presenta riesgos significativos cuando se emplea como modelo psicoterapéutico exclusivo o sin una debida consideración del contexto y la evidencia científica.
Como ya se comentó, durante la hipnosis, la memoria puede verse alterada, y los recuerdos recuperados pueden ser poco fiables o incluso completamente ficticios. La hipnosis puede incrementar la cantidad de información recordada, pero no necesariamente su precisión. Esto es particularmente peligroso en contextos terapéuticos donde la recuperación de recuerdos es crucial para el tratamiento, ya que puede llevar a diagnósticos erróneos y a la perpetuación de traumas que no tienen una base real.
Además, los terapeutas que no están adecuadamente formados o que tienen creencias no fundamentadas en la hipnosis pueden ejercer una influencia significativa en el lenguaje y los recuerdos de las y los pacientes. Esta influencia puede llevar a la creación de recuerdos falsos y a la persistencia de creencias incorrectas sobre la hipnosis. Además, la tendencia a aceptar relatos de recuerdos traumáticos sin una evaluación crítica rigurosa puede exacerbar estos problemas.
Por otro lado, la hipnosis clínica también ha sido integrada en diversos modelos terapéuticos que no están respaldados por una sólida evidencia científica. La regresión hipnótica, por ejemplo, es utilizada para acceder a recuerdos del pasado o a supuestas vidas anteriores, pero estas técnicas carecen de un fundamento científico robusto y pueden contribuir a la formación de recuerdos falsos o inexactos (Capafons, Mazzoni, 2005).
Referencias:
- Capafons, A., Mazzoni, G. (2005). ¿Es lo peligroso de la hipnosis el hipnoterapeuta?: hipnosis y falsos recuerdos. Papeles del Psicólogo, volumen (25), número (89), pp. 27-38. redalyc.org
- Castañeda, E., Krikorian, A. (2018). Aplicaciones actuales de la hipnosis clínica en Latinoamérica: una revisión sistemática de la literatura. Avances en Psicología Latinoamericana, volumen (36), número (2). scielo.org.co
- Castellanos, F., Torres, C., Ortiz, G. (2013). El comportamiento hipnótico como un episodio sustitutivo referencial. Journal of Behavior, Health & Social Issues, volumen (5), número (1).
- González, H. (2018). Sobre la Validez y Eficacia de la Hipnosis Clínica. Valoración Crítica del Documento Observatorio OMC contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias en relación con la Hipnoterapia. Clínica y Salud, volumen (29), número (1). scielo.isciii.es
- Johan, A., López, C., Zenteno, G. (2024). La hipnosis como tratamiento, recopilación de la evidencia clínica: una revisión sistemática. Salud Jalisco, volumen (11), número (2). medigraphic.com
- Mamoune, S., Mener, E., Chapron, A., Poimboeuf, J. (2022). Hypnotherapy and insomnia: A narrative review of the literature. Complementary Therapies in Medicine, volumen (65). sciencedirect.com
- Mejía, A. (2016). Hipnosis clínica y terapia regresiva. Sincronía. cloudfront.net
- Mendoza, M., Lamas, J., Capafons, A. (2010). Hipnosis Clínica. FOCAD, Novena edición. cloudfront.net
- Molina, J., Mendoza, E., Capafons, A., Llanes, Y. (2016). Hipnosis Clínica: Evaluación de su Eficacia y Calidad de la Investigación en Psicología. Revista del Hospital Psiquiátrico de la Habana, volumen (13), número (2). medigraphic.com
- Montgomery, G., Schnur, J. (2005). Eficacia y aplicación de la hipnosis clínica. Papeles del Psicólogo, volumen (25), número (89), pp. 3-8. redalyc.org
- Pérez, G., Cobián, A., Cortés, E., Cribeiro, L. (2021). La conducta suicida en la adolescencia y su abordaje psicoterapéutico desde la hipnosis clínica. Anales de la Academia de Ciencias de Cuba, volumen (11), número (1). scielo.sld.cu
- VandenBos, G. (Ed.). (2015). APA dictionary of psychology (2a ed.). American Psychological Association.
Créditos de imagen de portada: Foto de cottonbro studio