Teoría de la incubación de Eysenck

La teoría de la incubación, desarrollada por Eysenck, constituye una perspectiva alternativa y complementaria al análisis de los trastornos de ansiedad.

La teoría de la incubación de Hans Eysenck es un concepto central en psicología, especialmente en el estudio de los procesos de aprendizaje y el desarrollo de respuestas emocionales. Esta teoría sugiere que ciertas respuestas condicionadas pueden fortalecerse incluso en ausencia del estímulo que las provocó inicialmente. Una postura que va más allá de la sostenida por otros modelos tradicionales del condicionamiento. La relevancia de la noción de ‘incubación’ se extiende a diversas aplicaciones en la terapia conductual, donde comprender cómo se mantiene o intensifica una respuesta emocional es clave para diseñar tratamientos efectivos para trastornos como la ansiedad y las fobias.

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A continuación, se exploran los fundamentos de la teoría de la incubación, su importancia en la psicología y su impacto en el desarrollo de intervenciones terapéuticas.

Condicionamiento pavloviano y teoría de la incubación

El condicionamiento clásico o pavloviano es una de las bases fundamentales para entender la teoría de la incubación de Hans Eysenck. Este tipo de aprendizaje implica la asociación entre un estímulo condicionado (EC) y un estímulo incondicionado (EI), que genera una respuesta condicionada (RC) similar a la respuesta incondicionada (RI). Sin embargo, Eysenck se apoyó en una variante específica de este modelo, conocida como condicionamiento pavloviano tipo B.

En el condicionamiento pavloviano tipo A, la motivación debe ser manipulada externamente, y las respuestas condicionada e incondicionada son distintas. En contraste, el tipo B se caracteriza porque la motivación surge del propio proceso de condicionamiento, lo que implica una menor dependencia del estado motivacional del organismo y una mayor similitud entre la RC y la RI. Esta particularidad resulta clave para explicar la persistencia y fortalecimiento de respuestas emocionales como la ansiedad (Arias, 2012).

Un experimento crucial que influyó en la teoría de Eysenck fue un estudio realizado por Napalkov en 1963. Siguiendo el esquema pavloviano, este autor aplicó un shock eléctrico como estímulo incondicionado (EI) a animales de laboratorio, lo que inicialmente provocó un aumento de la presión arterial (PA) de 50 mm Hg. Sin embargo, tras múltiples exposiciones, los animales se habituaron y dejaron de mostrar esta reacción. Posteriormente, Napalkov presentó un estímulo condicionado (EC) antes del EI, logrando que el EC por sí solo desencadenara incrementos significativos en la PA, incluso mayores que los generados originalmente por el EI. Sorprendentemente, esta respuesta condicionada persistió durante largos periodos, demostrando un proceso de fortalecimiento en lugar de extinción (Amigo, Castro, Fernández, 2007).

Este fenómeno ilustra cómo una respuesta emocional como la ansiedad puede intensificarse en ausencia del EI, un proceso central en la teoría de la incubación de Eysenck.

¿En qué consiste la teoría de la incubación de Eysenck?

La teoría de la incubación de Hans Eysenck, introducida por primera vez en 1968, explica cómo una respuesta emocional, particularmente la ansiedad, puede intensificarse en lugar de extinguirse con el tiempo. Contrariamente a lo que predice la ley clásica de extinción del condicionamiento pavloviano, Eysenck propuso que ciertos estímulos relacionados con la ansiedad no solo persisten, sino que se fortalecen bajo ciertas condiciones específicas (Azañero, Castro, 2023).

Eysenck sostiene que cuando una persona experimenta ansiedad, esta se manifiesta como una respuesta nociva que actúa simultáneamente como estímulo incondicionado (EI) y respuesta incondicionada (RI). En otras palabras, la propia vivencia de la ansiedad genera una respuesta que se refuerza a sí misma. Esto ocurre especialmente cuando el individuo es expuesto repetidamente a situaciones de ansiedad de corta duración, lo que impide que la respuesta de ansiedad se extinga. Por el contrario, una exposición prolongada a estas situaciones puede llevar a la extinción de la respuesta ansiosa.

Durante este proceso, la ansiedad inicial generada por una situación estresante actúa como un desencadenante que inicia un proceso de ‘incubación’. Si no se encuentra una solución adecuada a la amenaza percibida o si la exposición es demasiado breve, la ansiedad sigue aumentando en intensidad. Este incremento puede generar respuestas más intensas y persistentes, contribuyendo potencialmente al desarrollo de trastornos de ansiedad (Eysenck, 1968).

Condiciones para la Incubación según la teoría de Eysenck

Para que ocurra la incubación, Eysenck identifica tres factores esenciales:

  • Condicionamiento pavloviano Tipo B: La teoría se fundamenta en este tipo de condicionamiento, en el cual la motivación proviene del propio proceso de condicionamiento y no depende de estímulos externos. En este tipo de condicionamiento, las respuestas condicionadas e incondicionadas son similares, facilitando el mantenimiento de la respuesta de ansiedad.
  • Nivel elevado de ansiedad inicial: Si la respuesta de ansiedad es intensa desde el principio, es más probable que se mantenga o se intensifique con el tiempo.
  • Exposiciones repetidas y breves: Las presentaciones cortas y reiteradas del estímulo fóbico fortalecen la respuesta de miedo en lugar de debilitarla, debido a que el organismo no tiene tiempo suficiente para procesar el estímulo y extinguir la respuesta.

(Eysenck, citado por Gómez, Del Barrio, 2002).

Extinción e Incubación: Mecanismos contrapuestos

Eysenck reconoció que la extinción sigue siendo un fenómeno válido en el condicionamiento clásico. Sin embargo, argumentó que cuando un estímulo condicionado (EC) se presenta sin el estímulo incondicionado (EI), ocurren simultáneamente dos procesos opuestos:

  • Tendencia a la Extinción: La fuerza de la respuesta condicionada disminuye debido a la ausencia del refuerzo.
  • Tendencia a la Incubación: La fuerza de la respuesta condicionada aumenta debido a la naturaleza misma del proceso emocional y a las condiciones descritas anteriormente.

Si la tendencia a la extinción es mayor, la respuesta disminuye; pero si la tendencia a la incubación es más fuerte, la ansiedad se intensifica y persiste (Eysenck, 1968).

De esta manera, la teoría de la incubación de Eysenck ofreció una explicación innovadora para la persistencia y el incremento de respuestas emocionales como la ansiedad, redefiniendo los límites del condicionamiento clásico y abriendo nuevas perspectivas para la investigación y el tratamiento de los trastornos emocionales.

El miedo a hablar en público desde tres enfoques

Supongamos que, en el pasado, una persona tuvo una experiencia negativa durante una presentación escolar: olvidó parte de su discurso y algunos compañeros se rieron de ella. Esta situación generó una intensa respuesta emocional de vergüenza y ansiedad.

Condicionamiento operante:

La experiencia inicial se refuerza negativamente: la persona asocia hablar en público con consecuencias sociales negativas (ser ridiculizada). Como resultado, comienza a evitar situaciones que requieran presentarse frente a otros, disminuyendo temporalmente su ansiedad, lo que refuerza el comportamiento de evitación.

Condicionamiento clásico:

La incomodidad emocional (respuesta incondicionada) se asocia con elementos relacionados con hablar en público, como ver un micrófono, preparar diapositivas o incluso recibir una invitación a una reunión laboral. Con el tiempo, estos estímulos neutros se convierten en estímulos condicionados que generan respuestas de ansiedad (respuesta condicionada), como sudoración, palpitaciones o dolor de estómago, incluso sin necesidad de enfrentarse a una audiencia real.

Proceso de Incubación según Eysenck:

De acuerdo con la teoría de la incubación, esta ansiedad no solo persiste, sino que puede intensificarse con el tiempo. Supongamos que la persona recibe varias invitaciones para participar en reuniones o presentaciones y las rechaza constantemente, experimentando episodios de ansiedad solo con pensar en esas situaciones.

Como estas exposiciones son breves y la persona evita enfrentar el estímulo (hablar en público), no se produce extinción de la respuesta de ansiedad. Al contrario, cada episodio de evitación actúa como una repetición de exposición incompleta, fortaleciendo inconscientemente la asociación entre hablar en público y la ansiedad.

Con el tiempo, la respuesta emocional se intensifica y puede alcanzar niveles desproporcionados, incluso si la persona no ha enfrentado ninguna experiencia real negativa reciente. El proceso de incubación explica cómo la ansiedad se incrementa, resistiendo la extinción natural y volviéndose más difícil de manejar.

La teoría de la incubación de Eysenck y los trastornos mentales

La teoría de la incubación de Hans Eysenck ofrece una perspectiva única sobre cómo ciertos trastornos mentales se desarrollan y se mantienen a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por preocupaciones persistentes y excesivas en diversas áreas de la vida. Según la teoría de la incubación, estas preocupaciones pueden intensificarse debido a experiencias negativas repetidas y a respuestas emocionales condicionadas. De esta manera, una persona que experimenta estrés constante en el trabajo puede desarrollar una respuesta de ansiedad que se extienda a situaciones similares, incluso después de que las condiciones laborales hayan mejorado.

Por otro lado, en el caso de las fobias, una experiencia negativa aislada, como ser atacado por un perro, puede desencadenar una respuesta fóbica que se intensifica con el tiempo si la persona evita cualquier contacto con perros. La evitación repetida refuerza la respuesta de miedo, haciendo que la fobia sea más difícil de superar.

Así mismo, la teoría de la incubación explica los ataques de pánico, sugiriendo que, después de un primer ataque de pánico, la persona puede desarrollar una hipervigilancia ante señales corporales relacionadas con la ansiedad (como palpitaciones). Estos síntomas se convierten en estímulos condicionados que desencadenan nuevos ataques, incluso en ausencia de un peligro real.

Por su parte, en el TEPT, las personas reviven experiencias traumáticas a través de recuerdos intrusivos, pesadillas y flashbacks. En este caso, la exposición a estímulos relacionados con el trauma (como ciertos lugares o sonidos) puede actuar como estímulos condicionados que provocan respuestas emocionales intensas. La teoría de la incubación explica cómo estas respuestas pueden intensificarse con el tiempo si la persona no enfrenta sus miedos en un entorno seguro.

Teoría de la incubación de Eysenck en la terapia conductual

La teoría de la incubación de Eysenck no solo tiene aplicaciones en la comprensión de los trastornos de ansiedad, sino que también tiene implicaciones prácticas para la terapia conductual. Si bien, enfoques como la desensibilización y la terapia de aversión pueden ser efectivos, las y los terapeutas deben ser conscientes de que, bajo ciertas condiciones, los efectos de la incubación pueden complicar los resultados esperados. La comprensión de este proceso permite a los profesionales de la salud mental ajustar sus técnicas para abordar mejor los casos en los que la ansiedad y la fobia no disminuyen, sino que se refuerzan con la exposición. Así, la terapia debe considerar la naturaleza dinámica y compleja de la ansiedad, aplicando estrategias que prevengan la incubación de respuestas emocionales perjudiciales.

Por ejemplo, tanto la terapia conductual tradicional, como la desensibilización sistemática, buscan reducir la ansiedad a través de la exposición gradual a estímulos temidos, acompañada de relajación. Sin embargo, en casos donde la incubación se activa, la ansiedad no disminuye, sino que se fortalece. En este contexto, técnicas como la implosión o flooding (terapia de exposición masiva) pueden ser más complicadas de aplicar. Aunque en teoría deberían producir la extinción de la respuesta, la exposición inmediata y masiva a un estímulo temido podría fortalecer la respuesta emocional y provocar una exacerbación del trastorno en lugar de una mejora. Así, la incubación, al introducir una acumulación de ansiedad, puede interferir con los efectos esperados de la desensibilización.

De esta manera, según Eysenck, la intensidad de la respuesta emocional juega un papel crucial en este proceso; por lo que, si la respuesta inicial es fuerte, el riesgo de que la ansiedad aumente a través de la incubación es considerable (Eysenck, 1968).

Valor de la teoría de la incubación de Eysenck para la psicología

La teoría de la incubación tiene un valor muy significativo dentro de la psicología, especialmente en el campo del tratamiento de trastornos relacionados con la ansiedad. Este enfoque no solo destaca el papel del refuerzo operante, como lo hacía B.F. Skinner, sino que introduce el concepto de la ‘incubación’, que describe cómo la exposición a un estímulo condicionado (EC) sin la presencia del estímulo incondicionado (EI) puede, bajo ciertas condiciones, aumentar la intensidad de la respuesta condicionada en lugar de extinguirla​.

Este modelo, basado en el condicionamiento clásico, explica cómo los estímulos que inicialmente no provocan una reacción emocional pueden, mediante asociaciones repetidas con estímulos aversivos (como un dolor o una sensación de amenaza), desencadenar respuestas de ansiedad duraderas. Este proceso de condicionamiento se complementa con el concepto de ‘incubación’, que indica que, en algunos casos, la ausencia del EI tras la presentación repetida del EC puede reforzar la respuesta emocional, exacerbando la ansiedad en lugar de reducirla​.

Aunado a esto, la teoría de Eysenck amplía el modelo de aprendizaje social de forma significativa, proporcionando una perspectiva alternativa y complementaria al análisis funcional de los trastornos de ansiedad. Su énfasis en la asociación de estímulos condicionados e incondicionados ofrece una explicación sólida de cómo las respuestas emocionales pueden mantenerse o intensificarse con el tiempo, en especial cuando se presentan en contextos clínicos donde las y los pacientes experimentan ansiedad de manera subjetiva y no siempre tratada de forma específica. Esto ha sido útil para el desarrollo de intervenciones terapéuticas, como las basadas en la desensibilización sistemática y la exposición graduada, que ayudan a las y los pacientes a enfrentarse gradualmente a sus miedos y disminuir la ansiedad asociada a ciertos estímulos (Bernstein, Nietzel, 1980)​.

Referencias:

  • Amigo, I., Castro, S., Fernández, C. (2007). Efecto de la valoración negativa del personal de enfermería sobre la medida de la presión arterial. Implicaciones en la etiología de la hipertensión de bata blanca. Psicothema, volumen (19), número (2), pp. 276–279. reunido.uniovi.es
  • Arias, W. (2012). Hans Jürgen Eysenck (1916-1997): el infatigable investigador de la personalidad. Revista de Psicología UCV, volumen (14), número (1). revistas.ucv.edu.pe
  • Azañero, N., Castro, S. (2023). Relación entre el estrés y la ansiedad en el personal de salud que laboran en establecimientos de salud de nivel I-3 – San Juan de Lurigancho durante la pandemia del Covid-19. Repositorio Institucional: Universidad Privada del Norte. repositorio.upn.edu.pe
  • Bernstein, D., Nietzel, M. (1980). Introducción a la Psicología Clínica. MacGraw-Hill.
  • Eysenck, H. (1968). A theory of the incubation of anxiety/fear responses. Behaviour Research and Therapy, volumen (6), número (3), pp 309-321. hanseysenck.com
  • Gómez, M., Del Barrio, M. (2002). Tratamiento de fobia a tragar: Estudio de un caso. Acción Psicológica, volumen (1), número (3). revistas.uned.es
R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.

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R. Mauricio Sánchez
R. Mauricio Sánchez
Licenciado en Psicología por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMex (México). Experiencia docente y en atención clínica en entidades privadas y públicas, como el Instituto de la Seguridad Social. Editor adjunto y redactor especializado en Psicología en Mente y Ciencia.